martes, 31 de mayo de 2022

Conversación con mi psicóloga.

 -Pensamientos fatalistas.
-Sobrepiensas mucho las cosas.
-Evitas las relaciones interpersonales.
-Baja autoestima.

-¿Me olvido de algo?

*No, creo que eso es todo.

-Es una lista larga si la analizamos bien.

*Si, supongo.

- ¿Te sientes mejor?

*Si, creo

-Ale recuerda que no podremos avanzar sino me cuentas lo que ocurre.

*Es que no sé muy bien que ocurre.

-Bueno, puedes contarme eso también.

*Pasa, que no sé, estoy haciendo algo que suelo hacer siempre, tender la cama, cocinar,
trabajar; y de repente todo me pesa, solo quiero volver a dormir, mis manos tiemblan, y yo solo quiero llorar, y llorar, y que el mundo se detenga un ratito.

-¿Y qué pasa después?

*Que no se detiene, y eso me causa mucha tristeza.

-Es que no se va a detener, pero tú puedes parar ¿sabes?

*Já, eso dígale a mi cabeza, ella nunca para.

-¿Haz hecho lo que te dije para dormir? ¿Compraste la agenda?

*No.

-Ale.

*Es que tengo miedo.

-¿A qué?

*De intentarlo todo, darlo todo y fracasar.

-Entonces lo cambiamos y ya está. 
Cambiamos de estrategia, de técnicas, lo intentamos una y otra vez hasta que funcione.
¿Sabes que está permitido fallar, verdad?

*Sí.

-Entonces inténtalo, falla; y vuelve hacerlo.

*Sí, tal vez.

-Suéltalo, Ale.

*¿Qué cosa?

-Todo, suelta tus pensamientos, esa idea que tienes de querer hacerlo todo bien, ese miedo que tienes a equivocarte; todo lo que te carcome la cabeza, el corazón; eso que te produce pesadillas y te genera ansiedad, suéltalo.

*Es que no se cómo.

-Escríbelo, píntalo, cuéntaselo a alguien, sino lo sueltas acabará por dañarte.

*¿Y después?

-Te sanas, Ale; con un poco de paciencia te juro que te sanas.

lunes, 30 de mayo de 2022

Contigo.



Mi vida va bien ¿sabes?
nuevo trabajo,
mejor sueldo,
más tiempo en casa,
escribo más,
leo más,
sueño más.

Voy a terapia cada mes,
la psicóloga dice que voy avanzando,
dejé las pastillas para dormir,
mi ansiedad me ha dado tregua estos meses.

Mi vida va bien ¿sabes?

Un poco mejor cada día.

Es extraño que aún sueñe contigo,
que algunas noches me levante de golpe
buscándote a un lado de la cama,
que cuando pasa algo bueno,
busco tu número de inmediato,
y me azota la realidad que ya no estás a un mensaje de distancia.

Dicen que es normal,
que está bien,
que me tome mi tiempo.

¿Será normal que después de tres años aún piense que eres al amor de mi vida?

Prefiero la vida contigo,
para serte sincera.

Ojalá un día llames y digas:
que estás harto de fingir,
de buscar a alguien como yo,
de no encontrar mi risa en la sala,
mis poemas,
y mis comentarios absurdos.

Ojalá fueras de esos amores que uno deja libre,
y vuelve.