domingo, 17 de diciembre de 2023

2023, cómo doliste.

Este año me dolió el alma.
Este año se me rompió el corazón en la avenida de siempre.
Me perdí.
Este año se resumió en terapias psicológicas, psiquiátricas, anti-depresivos, y los efectos secundarios de tomar anti-depresivos, el chocarse con la realidad de este país donde se mueren las esperanzas, los sueños, la vida.
Podría hablar de mis episodios depresivos, de lo mal que lo llegué a pasar, de cosas que me dan vergüenza admitir, días que se me hicieron difíciles retratar en letras porque aún no los entiendo (algún día escribiré de ello, y le daré un significado a todo) pero no ahora.
Este año SOBREviví porque siempre se sintió a tope, como si cada respiración significara la última, como si cada cosa que hiciera conllevara un esfuerzo sobrehumano.
Mi psicóloga dice que lo hable, que lo cuente, que lo diga en voz alta a todo quien quiera escuchar, que tal vez si lo repito lo llegue a entender, y no lo sé; cuando lo digo, cuando cuento lo destrozada que estoy, todo se vuelve tan real, tan obscuro, tan sin fin, y eso me rompe.
Estoy tan rota, y no tengo idea cómo armarme de nuevo, no lo sé.
Entendí muchas cosas, aprendí a tenerme más compasión, más paciencia, nunca regresaré a ser la de antes, y no se qué tan bueno o malo esto sea.
Los libros me salvaron (una vez más) y las llamadas de mis mejores amigas, y su amor incondicional, muchas personas me sobraron este año y me alegra haber borrado sus números telefónicos de mi directorio, porque para qué, ya no me interesan.
Quiero un año sin ataques de pánico, sin episodios depresivos, sin los efectos alternos de la medicación que me hacen sentir como una mierda, y sin tomar clonazepam para dormir, pero no sé que tan ambicioso sea esto.
Quiero un año un poco mejor que este, en el que sentí que me llevaba la chingada (o algo más poético), quiero creer que el 2024 me tratará mejor, aunque sea un poco, que volveré a sentirme más optimista con respecto a todo, que el amor volverá a inundar mi vida, y que yo podré abrirle la puerta, porque ahora simplemente no, a todo.
Quiero llorar, quiero renegar, porque estoy cansada de todo esto, porque cada día se siente como ir a la guerra desarmada, y estoy agotada; no quiero sentir que vivir sea algo tan difícil, que estoy aquí por todos los que me quieren, pero por nada más.
Quiero creer que todo pasa, y que todo llega; y que para mí también será así.
Que todo pasa, y que todo llega.