Después de tantos errores,
desfalcos,
"bueno, creo que esta vez me lo merecía"
De justificar equivocaciones injustificables,
de querer a destiempo,
de llegar impuntual,
siempre fuera de hora.
De tantos corazones sin coser,
de recorrer caminos a la mitad
y darme cuenta tan tarde,
que ese no me llevaba a ningún lado,
que no me llevaba a ti.
Después de haber tirado la toalla tantísimas veces,
de decirle a medio mundo
que esta vez
"estaba mejor sola"
llegaste.
Como quien no quiere la cosa,
parecías analizarme mil y un veces,
me mirabas como si fuera un ser extraño,
y en una de nuestras tantas borracheras
confesaste que el día que me conociste
pensabas que era de otro mundo
¿por qué?
aún no tengo idea.
Me acariciaste los miedos,
besaste mis defectos,
y hasta ellos empezaron a quererte.
Y me tocó acertar,
teniéndote a ti de la mano,
se me antoja que todo lo que hago
es algo así como perfecto.
Me curaste,
me vendaste,
me hiciste sonreír como aquella niña
que lee su primer libro
y quiere alardear con los demás.
Y aquí estoy,
presumiéndote un poquito,
porque me parece muy egoísta que sea yo,
la única afortunada de conocer tu magia.
Y como hay cosas que no sanan con el tiempo,
a mí me tocó tropezarme con tu sonrisa
y ¡qué bonito!
Era mi turno,
eras MI turno.
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