jueves, 30 de abril de 2020

Te echo de menos-



Nunca me ha hecho tanta falta alguien,
como hoy.

Te echo de menos.

Al principio pensé que era la necesidad de compañía,
el insomnio ha vuelto,
las noticias malas vuelan,
y no estás.

Estoy sola.

Creí que el encierro estaba empezando a pasarme factura,
que estaba cansada,
y que el estrés volvía apoderarse de mí.

Qué equivocada estaba.

Me encontré con esa carta,
con aquella que escribiste a mano,
en la que tachabas un corazón,
y decías que me ibas amar por siempre.

Lo supe.

Te extrañaba.

Y lo hago en cosas muy simples,
en los desayunos con olor a café,
en las reuniones de cerveza y cantar a todo pulmón,
en los paseos en el carro
sonando Drexler.

Extraño tus manos en mi cabello,
tu perfume,
y tu camisa azul.

Extraño tus muecas,
y la imagen de ti,
mandando mil correos,
que contestes las llamadas del trabajo,
que te excuses que estás ocupado,
otro día será.
les decías.

Y te extraño.

La cama caliente,
los pies fríos,
tus manos con las mías.

Los mil y un planes tachados en el calendario.

En otra vida será,
y los borré.

Si estás leyendo esto,
y espero que sí,
que sepas que es para ti.

Que te echo de menos.

domingo, 19 de abril de 2020

Domingos.


Los domingos vuelvo al calor de hogar,
al sabor de la sal impregnada en mi piel,
al bronceado de más,
a las tristezas de menos.

A su gente bailando salsa en cada esquina,
a la comida de otro mundo,
a los mojitos viendo al sol esconderse,
a los gritos de los niños,
a las olas rompiéndose unas con otras,
sanándonos desde adentro.

Los domingos yo vuelvo a mi amor de la niñez,
a los escondites de adolescencia,
a mi primera borrachera escondida de mis padres,
bailando frente a la playa.

Vuelvo a mis tardes de volleyball,
a mis libros esperando en el mueble,
a mis cds de colección empolvados,
a mi mamá bailando una canción de Whitney Houston.

Vuelvo a los vinos,
al olor a marisco,
a los días manejando a la playa con la música a todo lo que da,
con mi hermana de copiloto.

Vuelvo a los secretos de mi mejor amiga,
a las travesuras con Renata,
a las despedidas de niña,
a los arrumacos de papá.

Los domingos yo regreso a la brisa de mar,
a los balcones tomando cerveza,
a los atardeceres,
al cabello de arena.

Mañana hay trabajo,
pero hoy,
hoy yo regreso a casa.