Los domingos vuelvo al calor de hogar,
al sabor de la sal impregnada en mi piel,
al bronceado de más,
a las tristezas de menos.
A su gente bailando salsa en cada esquina,
a la comida de otro mundo,
a los mojitos viendo al sol esconderse,
a los gritos de los niños,
a las olas rompiéndose unas con otras,
sanándonos desde adentro.
Los domingos yo vuelvo a mi amor de la niñez,
a los escondites de adolescencia,
a mi primera borrachera escondida de mis padres,
bailando frente a la playa.
Vuelvo a mis tardes de volleyball,
a mis libros esperando en el mueble,
a mis cds de colección empolvados,
a mi mamá bailando una canción de Whitney Houston.
Vuelvo a los vinos,
al olor a marisco,
a los días manejando a la playa con la música a todo lo que da,
con mi hermana de copiloto.
Vuelvo a los secretos de mi mejor amiga,
a las travesuras con Renata,
a las despedidas de niña,
a los arrumacos de papá.
Los domingos yo regreso a la brisa de mar,
a los balcones tomando cerveza,
a los atardeceres,
al cabello de arena.
Mañana hay trabajo,
pero hoy,
hoy yo regreso a casa.
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