Estuve a punto de escribirte ebria en una noche de sábado y me detuve.
Porque ya no estás.
Ya nunca estarás.
No habrá más cumpleaños feliz,
no más navidades juntos,
ya no seremos,
jamás.
Y no entiendo.
¿Cómo no vuelves?
¿Cómo es posible que esto que estoy sintiendo solo me pese a mi?
Pero está bien.
Con esa sonrisa,
te lo perdono todo.
Todo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario