martes, 27 de febrero de 2018

Obra final.


Y se cierra el telón,
nadie aplaude,
todos lloran desconsoladamente,
decepcionados,
alcancé a escuchar: ¿ y la protagonista?
y no atiné a responder.

Te retiras, tal como llegaste,
de una manera inesperada,
y cierras con broche de oro,
dejando a todo el mundo con ganas de más.

De más risas,
de más bailes,
de más consejos,
de más de ti.

Y ya no estás.

Es tan extraño hablar de ti en pasado,
porque yo te sigo viendo,
sigo tropezando contigo,
en cada pasillo,
en cada aula de clases,
sigo escuchando tu voz,
May,
tú sigues aquí.

Y me sonríes,
siempre me sonríes.

¿Hace frío allá?
Aquí llueve,
todos los días.

Te extrañamos.

Eras tan buena,
tanto,
que aún ahora que no estás,
nos sigues enseñando tantas cosas, como:
que nunca está de más un te quiero,
un te extraño,
un abrazo,
un: "a la mierda, no todo estará bien,
pero estoy aquí, contigo."

Nos enseñaste, también;
que no siempre estamos en las buenas,
pero en las malas,
nadie falta.

Que la vida es tan fugaz,
tan inexplicable,
y tan hija de puta,
que hay que hacerla valer.

Ahora nos toca seguir con la función;
fingir un poco,
actuar mejor;
por ti,
reír,
llorar,
sentir,
porque ya no estás,
y te lo debemos.

Dejas un hueco enorme,
grietas irreparables,
pero ese es el costo de haber sido los afortunados
de poder verte actuar,
yo pago gustosa cada una de mis deudas.

Recién te fuiste,
y ya te estamos echando de menos.

Cuídate,
y cuídanos siempre.

Estás mas viva que nunca May.

Te queremos,
y lo haremos siempre.

jueves, 15 de febrero de 2018

Ten, tu escrito.


Llevo siete meses,
trece días,
y probablemente 12 horas 
sin escribir algo nuevo.

¿Cómo lo sé?
porque es el tiempo exacto
en el cual irrumpiste en mi vida.

Hace un par de días,
reclamaste mis versos,
"tanto tiempo y ni un solo escrito"
me dijiste.

Yo solo atiné a sonreír,
no tienes la menor idea ¿verdad?

Te lo voy explicar,
las palabras me quedan cortas para todo lo que he querido expresar,
lo he intentado,
vaya que lo he hecho,
me he sentado horas y horas frente al ordenador,
para darme cuenta que para escribir sobre ti,
alguien tendría que crear otro diccionario.

He pensado en ti,
y en tu sonrisa,
y el mundo a la mierda,
que no hace falta poesía,
si tengo tu risa todos los días.

Cómo explicarte que ahora,
las historias románticas me parecen una pequeñez
para lo que tú y yo tenemos.

Si escribiera de ti,
serías como los demás;
una historia inconclusa,
un amor de verano,
un cuento sin sentido,
y tú;
definitivamente no eres como el resto.

Yo a ti no te escribo,
te siento.

Ten, tu escrito.

domingo, 11 de febrero de 2018

Continuará.


Los finales,
nunca son felices,
y aquel que me diga que eso no es cierto,
se va directo a la mierda.

Los adioses,
sea cual sea el motivo,
siempre provocan nudos en la garganta
insoportables,
que te impiden respirar,
como  si pudieras volver a la vida,
solo si él volviera.

Pero más horribles que las despedidas,
son los puntos suspensivos,
las historias que acaban en un
"continuará"
y pues,
no sigue,
no continua,
y los personajes se quedaron con ganas
de decirse tantas tantísimas cosas.

No diré que no lo vi venir,
porque no fue así,
te conozco tan bien,
que puedo darte la hora exacta
en la que tu mirada dejó de buscar la mía.

Pero sí,
llegó un día,
y tú ya no estabas más,
te llevaste todo,
y entre tus discos de vinilo,
empacaste mi sonrisa,
devuélvemela,
por favor.

Pero es que me dejaste con mil versos
hechos para ti,
inventé un diccionario completo
de nuevas groserías
todas
sinónimo de "hijueputa"

Y me quedé con millón cosas que decirte.

Vamos,
que aún no es tan tarde,
y tengo miedo
que un día lo sea.

Voy a volver a tocar tu puerta,
tienes un minuto
estoy aquí,
otra vez
¿qué me dirías?

domingo, 4 de febrero de 2018

Spoiler


¿Por qué no lloras?
-me preguntan-
¿en realidad lo amas?
¿estás segura?
-me insisten-

Duele, claro que duele;
el que te hayas ido
azotando la puerta
diciendo: que no entendías esa forma mía
tan extraña de querer,
que estabas harto de esperarme,
que dijera algo
-suplicaste-
algo, cualquier cosa.

¿Me quieres?
y yo no atiné a responder.

Entonces te fuiste,
haciendo ruido,
como si así lograras que yo te detuviera.

No lo hice,
no porque no te amaba,
por Dios,
claro que lo hacía,
claro que lo hago.

Pero hay ciertas cosas,
que no se pueden,
ni se deben pedir,
y que te quedaras,
era una de ellas.

Por supuesto que eres tú,
no me cabe ni la menor duda,
porque a pesar de mis intentos de escabullirme,
de mis ansias por encontrar siempre mi libertad,
a quién siempre elegía,
donde aterrizaba,
después de un vuelo cansado,
el lugar donde encontraba paz,
era en ti,
siempre en ti.

Eres la persona indicada.
en el tiempo incorrecto,
ya sé,
ya sé,
te sonará a excusa,
siempre has sido un romántico de primera,
y te cuesta entender,
que lastimosamente
el amor,
no siempre puede con todo.

Vida mía,
espero lo entiendas algún día,
te amo,
y por eso dejé que te fueras,
porque te amo.

Estoy trabajando en mi,
por ti,
estoy conociéndome,
aprendiendo a quererme,
ahora soy más expresiva,
un poco menos frívola,
y ahora escucho,
trato de hacerlo.

Tú me diste todo lo mejor de ti,
y eso es lo que mereces tú,
lo mejor de mi,
estoy trabajando en ello,
tenme paciencia,
por favor.

Cariño,
no importa con quién estés,
Mónica,
Victoria,
Sara
¿cuál es la última?
Amelia, creo que se llama.

Está bien,
muchas personas tienen distintas formas de sanar,
y tú lo has encontrado en ellas,
y no te juzgo.

Que debo estar loca,
por pensar que a pesar de todo eso,
yo sigo creyendo que acabaremos juntos.

Pero es que hay personas,
que definitivamente nacen para estar juntas;
tú y yo,
somos una de ellas.

Es que para los demás es simple criticar,
hablar,
y claro si somos pocos los afortunados
de tener la certeza de que somos para alguien.

Y tú,
eres para mi,
punto final.

Los demás no saben,
que mi piel,
y tú piel;
fueron creadas para ser tocadas por las mano del otro,
y nuestro roce es fuego;
qué van a saber ellos de eso,

Que mis ojos miraron en tu dirección,
desde el día que llegué a este mundo,
y lo supe desde el primer día en que te ví,
porque desde ahí,
no pude jamás,
mirar hacia otro lado.

Que tus brazos tienen la medida exacta,
para abarcar mi cuello,
y mi corazón;
que tus labios encajan a la perfección con los míos,
que tu metro ochenta,
va a la par de mi metro sesenta y nueve.

Que hemos sido creados para querernos;
y ya está,
no voy a explicarle a nadie de eso,
con que lo entendamos nosotros,
basta y sobra.

Que nunca será nadie más.

Es verdad que te he hecho esperar un par de meses,
pero tú,
cariño,
me has tenido como tonta buscándote toda una vida,
creo que ya va siendo hora,
no perdamos más el tiempo.

Basta de estupideces.

Spoiler: vas aprender a querer los perros,
los nuestros se llamarán Luna y Pablito,
adoptarás un gato,
y amarás París,
pero no tanto como a mi,
todos los días,
del resto de tu vida.

jueves, 1 de febrero de 2018

Recalculando ruta


Como aquel GPS dañado,
que haga lo que haga siempre me envía a casa,
a la tuya.

No importa los malabares que intente hacer,
las veces que he intentado convencer a mi cabeza,
que vacíe ese cuarto que arregló para ti,
y dejó intacto desde el día en que te marchaste.

Te sé de memoria,
no hace falta que nadie te nombre,
que suene alguna canción,
o algún atardecer en la playa,
nada es necesario;
siempre estás.

He peleado con mis demonios,
con uñas y dientes;
los he mandado al carajo,
cuando me susurraron al oído que no podría vivir sin ti,
les escupí en la cara.

Estoy empezando a creer que tienen razón.

Eres tú,
maldita sea.

Mi brújula,
mi norte,
tu dirección,
cuando alguien me pregunta a dónde voy.

Tú,
un millón de veces tú.

¿Qué le vamos hacer
si me quedé queriendo sola?

Ayer manejando,
recordé tu dirección e intenté ir hasta allá;
el poquito de amor propio que me ha quedado susurró: recalculando ruta,
y acabé en el bar de la esquina.