martes, 5 de marzo de 2019

Me gusta recordarnos.

Me gusta recordarnos riendo,
haciendo chistes privados,
escuchando música en el auto.

Me gusta recordarnos leyendo poesía,
hablando de libros,
de viajes,
de planes.

De cómo se vería una vida juntos,
y era hermosa.

Me gusta recordarnos un domingo cualquiera,
en pijama,
viéndote cocinar,
mientras yo iba por cervezas.

Me gusta recordarnos en días de sol,
en fiestas
y en mi absurdo intento de aprender
a bailar salsa.

Me gusta recordarnos con Jarabe de Palo
sonando de fondo,
nuestra historia contada en discos de vinilo,
y en postales de diferentes lugares,

Me gusta recordarnos en fotografías
donde ni siquiera aparecemos
pero atrás de la cámara el cuento es distinto,
como esa vez que no aparecimos con nuestros amigos
porque tu me cuidabas ebria
mientras repetías que me veía adorable de esa forma.

Tu manía de romantizar todo.

Me gusta recordarnos en días de rutina,
y en la que acabábamos con ella
en carro y carretera.

Me gusta recordarnos
amándonos como a nadie,
como si todo lo que sentíamos
se pudiera resumir en cosas tan simples:
como que fueras a recogerme de sorpresa del trabajo,
o que les dijeras a tus amigos que esa noche´
no te apetecía salir porque preferías
un concierto privado entre nosotros.

El amor habla en un lenguaje muy sencillo,
los sordos somos nosotros.

Me gusta recordarnos
viendo películas nominadas al Oscar
para terminar diciendo que ninguna era digna,
que entre todas las historias del mundo,
la nuestra era la mejor.

Me gusta recordarnos
en los días mas felices de nuestras vidas,
porque eso eramos,
felices.

Ojala un día,
no tener que solo recordarte
ojala.

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