jueves, 26 de diciembre de 2019

Querido 2019


Querido 2019.

Has sido un maldito hijo de puta.

Pero gracias.

Ha sido el primer año,
en el que por primera vez.
sentí el corazón verdaderamente roto,
noches sin dormir,
lágrimas imprudentes,
manos nerviosas,
la cabeza jugándome malas pasadas.

Domingos oscuros,
pasar horas en el baño,
respitiéndome que puedo,
que voy a poder,

Y mira que sí.

Dejé de contar con personas que si me ponían a elegir,
yo me quemaba las manos por ellas.

Y lo hice,
y ellas jamás me rescataron.

De enero a junio,
viví una vida,
y de julio a diciembre una completamente diferente.

Me sorprendí pagando deudas,
haciendo planeas a futuro,
ahorrando para mi viaje soñado.

Me sorprendí usando tacos,
chaquetas,
y corriendo por llegar temprano al trabajo.

Me sorprendí viéndome mayor.

Y nadie, jamás me advirtió lo difícil que iba a ser.

Me encontré rechazando cervezas,
encuentros casuales,
citas,
y personas intermitentes.

Me encontré,
a mí.

Sentada, leyendo un poemario,
escribiendo cosas sin sentido.

Me sorprendí riéndome como una loca,
después de haber pasado noches llorando..

Y había vuelto a bailar,
a tomar vino,
y a usar vestidos.

Me reconstruí,
solita.

Y aunque sigo rota,
también me crecieron piezas diferentes,
partes que componen algo que sigue siendo bonito,
y fuerte,
y valiente.

Y así me siento.

Querido 2019,
no te voy a extrañar ni un poquito,
pero gracias,
gracias por lo que me enseñaste,
por lo que te llevaste,
y por lo que se quedó.

E infinitas gracias por gritarme a viva voz,
lo mucho que valgo,
lo hermosa que soy,
y lo valiente que puedo llegar a ser.

Y eso,
muchas gracias.

lunes, 16 de diciembre de 2019

Eres..


Te veo a ti,
y veo todo el conjunto de cosas que me gustan,
los días soleados,
la cerveza helada,
la música en el carro.

Te veo a ti,
y eres todo lo que algún día pedí,
lo que llorando dije que merecía.

Eres un viaje de carretera
sonando mi canción favorita.

Eres el sonido de las olas del mar a las cinco de la tarde.

Eres paz.

La tranquilidad de despertar
y verte ahí,
queriéndome
como ayer,
como mañana,
como todita la vida.

Tú me vuelves cuerda,
atada a tu cintura,
me das equilibrio,
estabilidad.

Que no me mueves el piso,
que me calmas el corazón.

Y ahora estoy segura
que estar en paz
es muchísimo mejor que estar feliz.

Y tú,
tú me das las dos.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Conversación de whatsapp, parte III.


-¿Cuándo fue la última vez que te enamoraste?
*No me he enamorado aún.
-¿Debería sentirme ofendido?
*Probablemente.

Nunca fui de coleccionar amores,
de citas,
y encuentros casuales.

Llena de relaciones cortas,
noches largas,
y viernes interminables.

Siempre fui de vuelos,
altos y largos.

Mujer independiente
-decía yo-
una miedosa
-diría mi madre-

De mis amigas,
la soltera del grupo,
la que nunca habia festejado un San Valentín,
ni aniversarios,
ni beso de año nuevo,
ni nada de esos clichés.

Libre
-me repetía una y otra vez-

*Compré gorros iguales para usarlos esta Navidad.
-Tenemos abrigos, guantes e incluso camisetas para estas festividades.
*Estoy emocionada.
-Aún no puedo creer que nunca hayas celebrado nada en pareja.
*Pues créelo.
-¿Debo asustarme para cuando llegue San Valentín?
*No celebro ese tipo de festividades, pero para Halloween tengo una idea increíble.
-Okey por primera vez aceptaste que vamos a durar más de un año, hemos avanzado.
*Probablemente, pero por si las dudas nada de fotos familiares.
-Aghhh eres un caso perdido.
*Lo sé.

Siempre iba de puntillas,
con mi corazón en la mano,
por si me tocaba esconderlo,
nada de te quieros,
ni de compartir música,
ni fechas especiales.

Siempre supe
que lastimarme era algo muy sencillo
y por eso siempre me protegí,
fui cautelosa,
e inteligente.

Pero no se que has hecho tú,
que me tienes pintando corazones en las paredes,
dejándote escritos a escondidas,
y leyéndote poemas
cada que tengo la oportunidad.

-Amor, llegaré tarde, recién salgo del trabajo.
*Demórate todo lo que quieras.
-¿Quemaste la cena, cierto?
*Solo a ti se te ocurre que es muy romántico que yo cocine.
-Pide pizza, ya llevo las cervezas
*Te amo.
-Ni te creas, vas a tener que cocinar el próximo fin de semana.

Pensé que cuando llegara,
cuando tú llegaras,
todo cambiaría,
que pondrías mi mundo al revés,
y yo,
dejaría de ser un poco yo.

Eso pensé.

Pero,
contigo a mi lado,
conozco más versiones de mi,
versiones que me gustan.

Como cuando consigues mejorar un día con uno de tus chistes malos,
o cuando me enseñas canciones que jamás pensé que me gustarían,
porque me enseñas otra parte de mi vida
que también es buena.

Que el amor no siempre significan corazones rotos,
decepciones,
y despedidas tristes.

Que el amor también es ver a alguien sonreír,
y que de repente todo pueda estar en calma.

Me río pensando que también me conmueven las historias de amor,
que si tú conduces y pones la música,
también está bien,
porque eres tú quién lo hace.

Porque yo sigo manejando mi vida,
pero tu estás a lado sosteniendo el timón por si choco,
y entonces todo parece tener sentido,
porque tú estas ahí,
a mi lado.

-Me he percatado de algo hoy.
*¿De qué?
-Cuando estabas leyéndome el poema de...., ay bueno no recuerdo.
*Loreto.
-Bueno, te brillaban los ojos de una forma muy bonita.
*Eres la primera persona que me lo dice.
-Ese brillo es propio de aquellos a los que no les rompen el corazón.
*¿Ah si?
-No dejes que nadie te rompa el corazón ¿vale?
*¿Ni siquiera tú?
-Mucho menos yo.