Me han preguntado por mis palabras favoritas,
y yo no dude al decir:
luna,
dientes de león,
margaritas.
Siempre he creído que las tres están asociadas
a los deseos,
y a mi me encanta pedir deseos.
Soy una niña chiquita recolectando pestañas,
persiguiendo estrellas fugaces,
cualquier cosa que me de la mínima esperanza,
que un día así de la nada,
amaneceré viendo tu rostro.
Porque hay mañanas bonitas,
ya sabes,
el olor a café inundando el comedor,
toda la familia riendo,
música a todo volumen,
un domingo en compañía.
Pero todo es mejor,
cuando cualquier día,
inicia con tu sonrisa.
No me importa desperdiciar mil deseos,
si en el 1001,
apareces tú.
No sé,
sigues siendo la persona en la que pienso antes de dormir,
con la que anhelo al despertar.
Y no sé.
Ojalá no desearte.
Ojalá un día entienda que no eres el amor de mi vida,
pero sí la persona de mis sueños,
y que te quedes solo en ellos.
Ojalá.
No lo sé.
Últimamente no se muchas cosas.
En fin.
Me han vuelto a preguntar sobre mis palabras favoritas,
y ya no estoy muy segura,
pero que llevan las seis letras de tu nombre,
las lleva.
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