jueves, 23 de septiembre de 2021

Carta a la mujer de hoy.

 


Ale,
mira se que estas abrumada,
que sientes que la vida te está quedando grande,
piensas que me has fallado,
acumulas tus días en cosas que solías jurarme que nunca serían importantes,
dices que llevas una vida que no deseabas tener,
duermes poco porque el miedo a fracasar te visita en las noches,
sueñas con volver a casa,
y recuperarme,
recuperarte.
 
Ale,
esta parte del poema es lo que todos llaman: crecer,
dices que te has perdido un poco por el deseo enfermizo de querer pertenecer,
pero yo te veo,
y me sigo viendo,
un poco más guapa eso sí,
sigues acumulando libros que no lees,
sigues cantando a todo pulmón,
y cuando disfrutas de algo cierras los ojos, y se te eriza la piel,
te ríes, un montón,
y haces reír a los demás,
y no tienes vergüenza de nada,
dices las cosas como son
no temes a las consecuencias,
eres más,
mucho más de lo que pensé que llegarías a ser.

Las letras te siguen salvando,
como siempre lo han hecho,
y no deberías estar preocupada pequeña,
sigues amando todo lo que algún día dijimos que nunca soltaríamos,
porque se convirtieron en nuestros salvavidas.
 
Mira,
se que solíamos hablar y me decías que a estas alturas serías exitosa,
estuvieras escribiendo,
cambiando vidas,
viviendo en ese país que tanto anhelas,
tuvieras el pasaporte lleno de tantos sellos,
estarías completamente enamorada de alguien,
dueña de dos perros,
y un librero enorme con 150 poemarios.
 
Se que piensas que estás perdida,
y que no has alcanzado nada de lo que algún día hablamos.
 
Pero has conseguido más de lo que habíamos planeado,
sanaste heridas,
soltaste el pasado,
renunciaste a la idea de querer ser guapa,
te enamoraste de tu soledad,
volaste y te curaste tu misma las alas cuando estrellaste.
 
Creciste Ale,
pero lo has hecho increíble.
 
¿Sabes lo interesante de todo esto?
es que te queda más,
mucho más,
tienes tiempo,
no creas que no,
deja de ver el viaje de los demás,
y empieza a disfrutar del tuyo.
 
Canta Ale,
no dejes jamás de hacerlo,
y escribe,
escribe,
aunque no lo creas,
estás cambiando a personas cuando lo haces,
y eso es lo que más me hace sonreír cuando te observo frente al computador.
 
Nunca sueltes a los poemas Ale,
jamás,
aunque te digan que no lo haces bien,
que esto no te llevará a ningún lado,
que por algo tienes una carrera,
un trabajo,
aunque llegue un momento en el que solo lo hagas para ti,
porque te curaste,
te sanaste
porque decidiste escuchar a los versos que un día te susurraron al oído,
ahora te gritan por si vas distraída.


 
 

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Carta a mi niña de ayer.



Hoy,
mientras me alistaba para ir al trabajo,
he visto mi reflejo en el espejo,
no me he reconocido,
he sido yo,
haciéndome mayor.

Me ha provocado un poco de ansiedad pensar
que no me reconozco,
que he dejado atrás la niña que fui algún día.

Deudas,
trabajo,
si hacer o no la maestría,
declaración de impuestos,
cosas de adultos.

Hoy me he sentido desequilibrada,
como si estuviera caminando en un hilo,
a cinco metros de altura,
haciendo malabares,
me he enojado con la Ale de doce que deseaba ser adulta.

Me han preguntado ¿cómo me veía dentro de cinco años?
y no he sabido qué responder,
porque estoy luchando con todas mis fuerzas por llegar a diciembre un poco cuerda.

Quiero bajarme un ratito,
este mundo va muy deprisa
y yo me quedé en ese verano del 2014 donde di mi primer beso.

Necesito un descanso,
respirar profundo,
sentir que estoy en el camino correcto,
siento que estos años estoy en un viaje sin fin en donde alguien vendó mis ojos,
y ahora manejo a tientas,
con miedo de estrellarme todas las veces.

Quiero dejar de sentir que estoy improvisando,
que me equivoco más veces de las que logro acertar,
quiero sentir que estoy haciendo las cosas bien,
porque últimamente he olvidado cómo se siente ganar,
y extraño eso.

Necesito respuestas,
sentir que algo queda de la niña de ayer,
aquella que se reía por todo,
que leía un libro cada semana,
que soñaba con amor,
y creía en las personas.

Necesito saber que esa niña,
aún está conmigo.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Odio=amor.



He pensado en mi vida amorosa,
bueno,
en la falta de esta.

En todas las citas que cancelé,
en todos los mensajes que nunca abrí,
en estos tres años de tener a la soledad
como mi acompañante infaltable.

He pensado en todos los "peros"
que me han impedido seguir adelante
desde aquel agosto en el que nos dijimos adiós.

Me he sentido chiquitita,
otra vez.

Y me ha dado miedo,
de que no vuelva a pasar,
que los poetas,
escritores y demás,
tengan razón,
y que en la vida solo se coincide una vez,
y que yo,
ya lo había hecho.

No sé.

Y pienso y pienso,
e imagino que te digo más "te quieros"
que sostuve más veces tu mano,
que escuchamos más canciones,
que nos quisimos más.

Que aunque lo nuestro tenga fecha de caducidad,
lo hicimos mejor,
que en ese lapso nos sobró amor para lo que queda de esta vida,
y de todas las que vendrán.

Me he planteado la idea de olvidarte ¿sabes?
de hacerlo de verdad
de ligarme a un extraño en algún bar y confundirlo con el amor de mi vida,
de que alguien más me rompa,
para olvidar que fuiste tú el que me dejó hecha añicos.

Me he preguntado si se puede
si  en realidad uno puede enamorarse de alguien más,
amando a otro.

Te tengo a ti como bandera,
como símbolo patrio,
como esas cosas que guardas así no estén,
en un cajón,
a oscuras,
dejando que se llene de polvo,
para darte cuenta que a pesar de los años,
lo de adentro,
sigue completamente intacto.

Sabes ¿qué es lo peor de todo esto?
te apuesto tres cervezas esta noche que tú estas sintiendo lo mismo,
que no me importa si has batido récord de las chicas a las que llevas a la cama
desde que no estoy para hacerte compañía.

Puedes llamarlo ingenuidad,
insensatez,
o que simplemente soy una tonta por aún pensar que tú y yo estaremos juntos toda la vida,
así nuestros caminos nunca vuelvan a juntarse.

No vamos a coincidir,
lo rompimos,
lo estiramos tanto,
que un día,
así sin querer,
se rompió para nunca más enmendarse.

Y nos odiamos,
porque lo único sensato que alguien puede hacer después de amarse de la manera en la que lo hicimos,
es odiándose con todas sus fuerzas.

Espero un día no lo hagas más.

Y te deseo,
te deseo la casa de ensueño,
la esposa profesional, abnegada, la madre ejemplar,
te deseo tres perros y dos gatos,
hijos,
viajes,
y una vida plena,
y que cada inicio de año te preguntes ¿qué carajo estaré haciendo yo en esos momentos?

He aceptado y encarado mi soledad,
mientras he escrito esto
me he dado cuenta que si no es contigo,
no podrá ser nunca con nadie más,
y hago esta certeza con ningún atisbo de dolor,
hay cosas que uno debe aceptar en silencio y con la cabeza agachada.

A diferencia de ti,
he decidido no engañarme más.

No pienso dormir con alguien,
y que al cerrar los ojos,
imagine por unos minutos que eres tú,
el que está a mi lado,
como estoy segura que tú,
lo estás haciendo ahora.