He leído un libro,
precioso,
he tenido que pasar en cama este domingo
para darle el luto que merece.
He llorado,
me ha dolido,
y he pensado en ti,
en "nosotros",
es raro conjugar esa palabra que ya no existe,
pero la escribo porque si la escribo,
existe,
y es real,
es tú y yo.
He pensado, y he pensado en todas esas historias que no tienen final feliz,
que se quedan ahí,
en dos protagonistas queriéndose mucho,
que no pueden ser,
y me ha parecido una putada.
Siempre he creído que el amor lo puede todo,
por eso,
cuando te marchaste,
comprendí que nos faltaron ganas,
y sueños,
y cariño,
que con el tiempo llegaríamos a otros puertos,
a otras camas,
a otros brazos;
y entenderíamos por qué tú y yo,
no.
Pero el tiempo ha pasado y yo sigo empeñada en quererte,
de lejos;
por supuesto,
en verte crecer por las conversaciones de mis amigos,
de nuestros encuentros cada año,
en imaginarte,
en soñarte,
en inventarme una vida tuya,
que tal vez no es real.
No puedo olvidarte,
no del todo,
pasan meses, en los que no te pienso,
en los que no imagino tu risa,
ni pienso en tu nombre cuando suena una canción de amor.
Pero siempre acabas volviendo,
a veces como un susurro,
y otras tantas como un terremoto dispuesto a llevarte todo.
Los protagonistas de la novela no quedan juntos,
queriéndose con toda el alma,
y he pensado en nosotros.
Una vez me dijeron que a veces,
el acto más real de amor es también dejar ir,
y antes me parecía una estupidez
porque el amor lo puede todo ¿no?
porque por amor se lucha ¿verdad?
El amor tendría que poderlo todo.
Ahora no lo sé,
ahora entiendo que a veces irse a tiempo,
es mejor que quedarse en el minuto equivocado,
Me pregunto si me amaste tanto,
tantísimo que te fuiste,
de lejos me hacías menos daño,
entonces si,
a veces
¿el dejar ir es la mejor forma de demostrar amor?
o cuando uno quiere,
en serio lo hace,
se queda
siempre se queda.