domingo, 2 de julio de 2017

Las cosas en su lugar




Mis personas favoritas
siempre han sido las rotas.

Ya saben,
de esas que no han tenido todo en bandeja de plata,
aquellas que la vida las ha tratado tan mal,
que ni siquiera yo,
entiende cómo es que han conseguido levantarse.

Pero lo hacen.

Siempre he tenido esa idea absurda,
de querer arreglar a alguien,
coserlo,
curarlo,
hacer que vuelva andar.

No sé por qué estoy empecinada en la idea,
de que algún día,
de una forma loca,
pueda dar a alguien todo ese amor que tengo guardado,
porque a mí eso,
me lo han dado hasta de sobra.

Con el tiempo he comprendido,
que no siempre es tan fácil,
llenar la pieza del rompecabezas faltante,
encontrar la media perdida,
hacerle creer que he sido yo,
lo que lleva esperando toda su vida.

Por fin he entendido,
que no he sido yo la culpable de tanto daño,
y no tengo que ser yo,
la responsable de curar a alguien,
que no le apetece
que yo lo haga.

Y no sé,
es domingo,
y sigo en pijama,
me he mirado al espejo,
y juro que me vi preciosa,
y eso suele ser tan difícil.

Creo que ahora estoy más completa,
he aprendido a quererme,
lo cual ha sido un verdadero triunfo para mi,
considerando lo exigente que suelo ser conmigo misma.

Y las cosas están empezando a caer en su lugar,
todo parece estar bien,
la luz ha entrado a escondidas,
y todo parece volver a brillar.

Ya no quiero complicarme con alguien,
que no quiere arreglarse conmigo,
ya no.

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