martes, 19 de junio de 2018

Minuto noventa y tres.


¿Han sentido que nada va bien,
que de repente la vida ha conspirado en tu contra,
y por mucho que te esfuerces nada sale como quieres?

¿Lo has sentido?
¿Horrible, cierto?

Como ir ganando cuarenta,
y perder la mesa
por cuatro cartas iguales,
cerveza con espuma,
whisky caliente,
canciones de Arjona.

Nada bien.

Y te sientas a esperar
que otra desgracia pase,
total,
¿para qué intentar?
¿cierto?

Y pierdes,
el marcador va en tu contra,
y lo único que te queda es esperar
que no te ganen por goleada.

Aún así,
al árbitro se le da por pedir tres minutos extra.

Así,
sin esperarlo,
alguien sale en picada,
derriba todos los obstáculos,
recibe un pase de su compañero,
y gol.

En el minuto noventa y tres.

Y el árbitro pita.

Ha sido un empate,
nada mal,
y te sonrío.


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