jueves, 14 de febrero de 2019

San Valentin


Volverse intensa,
niña,
adolescente caprichosa,
pero por primera vez
descubrirse siendo uno mismo.

El amor es muy extraño.

Lo descubrí un día,
cuando regresé a casa y la cama estaba tendida;
porque Gabriela por fin entendió que no podía dormir
si no estaba así;
es decidir seguir compartiendo habitación
aún pudiendo tener cada una su cuarto.

Es que en mi casa nunca preparen jugo de maracuyá
porque saben que lo detesto,
es encontrar un libro que leer en la cómoda cada que regreso a casa.

Que Cami compre cervezas,
que mis mejores amigas cocinen en mi casa,
y que Paúl compre pastillas de dolor de cabeza a altas horas de la noche.

Por fin,
he aprendido que el amor,
sí que está en las simples cosas,
y espero no olvidarlo en los otros días que vienen.

Y está ahí,
en las llamadas de papá,
en el "me avisas cuando llegues",
en mi favorito:
"pero mira, que eres guapísima"
estando en pijama y con ojeras.

De verdad que el amor es el motor que mueve al mundo;
y a veces,
lo olvidamos,
o priorizamos otras cosas
como los likes de Facebook,
no lo sé.

En fin.

Que hoy nadie me regaló flores,
ni me dedicaron canciones,
o me prepararon alguna cena romántica,
pero me sorprendí
mandando mensajes de amor,
y recibiendo muchos de ellos.

Descubrí que hay personas
que me adoran y que yo amo a muchos más,
y creo que ese es el objetivo de este día.

Y aunque siempre me he considerado una persona
con muy poco que ofrecer;
hay gente que me quiere tan pero tan bonito;
que supongo que algo debo estar haciendo bien,
ojalá no lo deje de hacer nunca.

Supe que papá llevo a cenar a mamá,
y eso es lo bonito de este catorce de febrero,
que él sigue presumiendo a su esposa como un colegial enamorado.

El amor existe,
y está ahí
a ladito nuestro.

No lo dejemos escapar.

No otra vez.

Feliz San Valentín.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario