El otro día, mientras sonaba:
"Sweet Home Alabama"
recordé que hace mucho no escucho canciones tristes,
canto siempre en la ducha,
bailo en cualquier lugar,
ahora duermo ocho horas diarias
y los domingos se han convertido en mi día favorito de la semana.
Eres el antídoto.
A todo.
Al insomnio,
a las pesadillas,
a las malas noches,
a los días aburridos,
a la casa sin libros nuevos.
Has alejado todo lo malo,
que no consigo recordar cómo reía antes de ti,
o si realmente lo hacía.
No es que haya sido infeliz toda mi vida,
pero
¿has usado lentes alguna vez?
es como cuando los tienes empañados desde siempre,
y de repente,
alguien decide limpiarlos,
y todo claro,
todo luz.
Así,
tú.
Lo sé,
sé que es muy poco romántico que te compare
con mi miopía,
pero lo siento,
sabes que no soy buena en esto,
y lo estoy intentando.
Por ti,
siempre.
Ahora entiendo cuando todos decían,
que siempre viene algo mejor,
Tan hecho a la medida.
A la medida de alguien más,
porque juro que a veces quisiera acabar contigo,
pero eso sería terminar conmigo también,
y por eso paso.
Me sacas de quicio,
todo el tiempo,
con tu sonrisa encantadora,
con tu mirada de siempre saber lo que pienso,
con tu guitarra,
con tu forma de abrazar.
Me sacas de quicio,
pero no imagino la vida sin ti,
y así va la cosa.
En fin,
que lograste lo que te propusiste,
que me tienes aquí,
escribiendo cosas sin sentido.
Riendo como estúpida pensando en ti.
Que te quiero,
y que más vale que llegues puntual hoy.
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