domingo, 14 de julio de 2019

Te extraño.


Volví a verte,
en sueños,
me refiero;
es la única manera de saber de ti,
últimamente.

Te extraño
¿sabes?
y no de una manera romántica
o necesaria.

Solo te echo de menos,
como cuando la vida se empeña en que te recuerde,
y abro un libro,
y es tu poema el que me saluda,
y escribo un mensaje y el teclado forma la manera
en la que tú solías llamarme.

Y así,
solo,
te echo de menos.

Extraño saber de tus días,
de si dejaste el tabaco,
de si empezaste a leer
como me lo prometiste un día,
si estás pensando en la maestría
o si eso quedó para otra vida.

Extraño esa forma tan fácil que tenías de ver la vida,
contigo a lado,
siempre estaba de vacaciones,
y es eso,
lo que necesito tanto.

Extraño todo eso,
que la costumbre da.

Tenerte era mi rutina,
entonces te imaginas cómo ha sido mi vida,
desde que te fuiste.

Y no,
no ha ido mal,
en realidad me va increíble.

Pero sigue patas arriba,
como cuando el huracán de tu ausencia,
llegó
y acabó con todo.

Y lo siento,
pero no he tenido tiempo para limpiar.

Solo eso,
que te extraño.

Y que aunque no me arrepiento ni un segundo
de que acabara,
hubiera querido que sea diferente,
todo.

Y nada,
que es domingo y,
te extraño.

Solo quería que lo supieras.


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