Hace días me preguntaron:
si hoy,
él tocara tu puerta
¿lo dejarías entrar?
Él no lo va a hacer.
Esa no fue mi pregunta
-me replicó-
El tiempo pasó y la vida siguió sin él,
crecí,
cambié;
llegué a lo que sigue después de tocar fondo,
y salí.
Me sentí tan sola,
que solo de rememorar aquellos días,
me pongo a temblar.
No puedo,
no puedo permitirme seguir pensando que un día,
las cosas puedan ser diferentes,
no puedo esperarlo,
ya no;
porque lo hice;
por mucho tiempo,
y él,
nunca llegó.
El tiempo pasó,
la vida siguió;
y él siguió con ella;
estoy segura que me quiso como a nadie;
pero el verbo se conjuga en pasado
y no puedo hacer nada para cambiar eso.
Lo quiero,
y a veces siento que voy quererlo toda la vida,
pero eso,
que no quiero quererlo más.
Entonces,
la respuesta es sí
¿cierto?
le abrirías la puerta.
-dijo-
Y mostrando una mueca de fastidio
porque es increíble lo mucho que me conoce:
todas las veces que él tocara
-respondí-
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