lunes, 4 de octubre de 2021

Asignatura pendiente.



He cumplido metas,
sueños;
de los que hablábamos con veinte años,
he conocido 9 países,
hablo tres idiomas,
tengo el trabajo que siempre deseé,
he vuelto a escribir,
y estoy segura que no volveré a dejar de hacerlo.

Voy por la segunda maestría,
adopté dos perros,
un departamento en el centro de la ciudad,
una vida buena,
dirías tú.

He conseguido tanto,
y pensaría que no me falta nada,
pero tú y yo sabemos que eso no es cierto.

Porque aunque ya no me asalte en las noches el miedo
a no conseguir todo lo que quiero,
que aunque ya no me duela la cabeza por la frustración de llegar con las justas a fin de mes,
a pesar de que a estar alturas todos me ven como el sinónimo de éxito,
al despertar en la madrugada todavía me cuesta acostumbrarme
a tu lado vacío en la cama.

Ahora tomo vino importado,
y no tienes idea de lo que extraño nuestros viernes de cerveza y risas.
me costó muchos errores entender que siempre es mejor una casa pequeña sin luz.
en la que estás tú,
a lugares lujosos y carros extravagantes que son un continuo recordatorio
de lo absurdo que fue haber escogido una vida en la que no ibas a estar para acompañarme.

Ojalá supieras cómo volver,
ojalá quisieras,
volver.

No importa cuánto tiempo pase,
siempre serás el amor que tuve,
aquí en mis manos,
abrazado a mi cintura,
el cual no cuidé suficiente,
y se marchó.


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