sábado, 13 de diciembre de 2025

Y yo también lo sentía.

 Lo cité en un café, con la sensación que esa sería la última vez que nos viéramos.

Él estaba triste, lo sabía.

Mira lo que encontré-sacó de su billetera una polaroid, éramos nosotros, solo diez años antes, yo le daba un beso en la mejilla y el arrugaba la nariz; éramos felices-

Tengo pena-le suelto de pronto-
por nosotros, por estos...- señalo la foto- ellos estarían tan enfadados si supieran lo que hicimos con lo mucho que se quisieron.

Lo sé-me dice- y se queda callado, sé que quiere decir algo pero no encuentra las palabras.

¿Y ahora qué?-respondo con un nudo en la garganta.

No dejes que nadie te quiera menos de lo que mereces. Cuando llegue, cuando sepas que es él, no pienses en mí, ni en él, piensa en ti. Que te lo dé todo. Todo mi amor, lo que yo no te supe dar; quema las cartas, las fotos, regala los presentes, bota ese anillo, quédate con las canciones, no se las des a nadie más; y suelta, suéltame. No me quiero ir, pero me voy ¿dale? -respondió y me dio un beso en la frente.

-Dale- respondo, y tuve que pararme porque iba a llorar, me despedí de lejos y alcancé a llegar a la puerta, lo regresé a ver y sus labios formaban dos palabras. LO SIENTO, susurró.

Y yo también lo sentía.

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