Te quiero,
y aún no se desde cuando,
ni hasta donde.
Desde niña siempre hice caso omiso a las señales de "peligro",
soy experta en caminar por la orilla del precipicio,
por suelos resbaladizos,
por promesas sin cumplir,
y juro que estoy enamorada de las personas rotas.
Que dicen que el amor es un invento,
pues entonces yo me quedo con tu mentira,
con tu sonrisa de mediodía,
con tu malhumor cuando pierde tu equipo favorito,
con tus abrazos de "todo estará bien, estoy aquí"
Contigo me dan ganas de volver a ser una ingenua quinceañera,
de que me recojas a la puerta de mi casa
y le preguntes a mi papá si estaría bien que lleguemos a las once de la noche,
que me pidas permiso para agarrar mi mano,
regresar a ese "le escribo yo, o espero a que él lo haga"
deshojar cada margarita que decora la entrada de tu casa,
cruzar los dedos para que sea un "símequiere"
Que los recuerdos ya no hieren, ni sangran como antes,
es que mi amor si tu sonrisa está al final del camino,
a cualquiera le dan ganas de caminar hacia adelante;
si el futuro tiene tu boca,
dime ¿quién va a querer mirar al pasado?
Que no sé que sea esto que me tiene escribiendo tonterías como estas,
que no me tiene desvelada sino que consigo dormir con tanta paz,
la cual hace tiempo no experimentaba,
que no sé si es esto a lo que todos llaman amor,
así que le he puesto otro nombre,
lo he llamado como tú;
espero no te importe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario