Querida Alejandra,
han pasado 20 daños ya,
y todo es muy diferente ahora.
Vives con tus hermanos,
la casa es un desastre,
normalmente,
se llevan bien,
las peleas tontas cesaron,
y ahora son cómplices,
¿quién lo diría, no?
Eres feliz,
no de la manera en la que esperabas,
a veces ni yo lo entiendo,
pero eres muy feliz,
otra clase de felicidad,
un poco más compleja,
un poco más difícil de sobrellevar,
pero lo eres.
No te has enamorado,
pero eso no impide
que tengas el corazón roto,
tranquila,
nada de qué preocuparse.
Estás perdida,
un poco,
no sabes a dónde vas,
a veces olvidas qué quieres,
pero estas segura
de a quién quieres ver al final del camino.
Eres mayor,
has aprendido a cocinar,
aunque se te da fatal,
sigues cantando,
ahora escribes,
y quieres un montón.
Has cambiado Ale,
tu mirada ya no es la misma,
tus manías son diferentes,
y ya no eres tan buena
como solía recordar.
Es verdad que la vida no deja intacto a ninguno.
Te estás aprendiendo a querer,
aceptar,
te cuesta,
pero lo estás haciendo.
Tranquila pequeña,
aquí todo marcha bien,
podría ir mejor,
pero paciencia.
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