martes, 28 de febrero de 2017

Olvido



Ha pasado mucho,
muchísimo tiempo,
y es verdad que las cosas han cambiado;
ya no soy la misma.

Crecí, cambié,
adquirí nuevos hábitos,
cree nuevos sueños,
y viví muchas vidas ya,
desde que te fuiste.

Pero hay cosas que no cambian,
y ojalá pudieran ser diferentes,
qué no daría 
por no sentir nada
cada que tu rostro vuelve aparecer.

No te alarmes,
no deseo tu regreso,
a veces dudo mucho que te siga queriendo,
pero es que siempre me ha dado la impresión
de que hay algo inconcluso.

O no sé,
yo siempre he sido experta
en ponerle "peros" 
a absolutamente todo,
y yo de sentimientos no sé un carajo;
pero contigo se me antojaba aprender.

No es que no ha habido nadie más
desde que no estás,
porque no,
pero,
ese es el maldito problema,
que después de un tiempo,
me doy cuenta que no se parecen a ti,
que no se ríen como tú,
que no piensan como tú,
que lastimosamente,
no son tú.

Y así empieza el juego de nunca acabar.

Es verdad que el tiempo no deja intacto a nadie,
ni a nada,
y que mis días ya no te pertenecían,
ni mis sonrisas,
ni absolutamente nada de mi,
pero mira como mis letras,
siempre terminan regresando a ti.

Qué absurdas, tienen vida propia.

Mira qué mal se me da,
volver hablar de ti,
y créeme que no lo había hecho 
desde hace mucho,
pero es que nada parece hacerle justicia
al huracán de emociones 
que aun pareces ocasionar.

No importa, paciencia;
que a veces el olvido cuesta más;
pero de que llega, llega;
y a ti,
ya te ha de tocar tu turno.



lunes, 20 de febrero de 2017

Idas y vueltas.


No te rías,
por favor,
no lo hagas;
no te das cuenta
que no quiero volver.

No me escribas,
por favor,
no lo hagas,
no ves
que no quiero que vuelvas.

Hagamos de cuenta que somos dos extraños,
todo marcha mejor
cuando ambos fingimos
que entre tú y yo
no hay ni recuerdos.

Hay historias
que nadie se atreve
a poner un punto final,
y nosotros,
nunca tuvimos el valor
de ni siquiera empezar a escribir.

Porque aquí estamos,
poniendo al orgullo
de primero,
pretendiendo que el que gana
es aquel que no da su brazo a torcer.

Porque no sé querer,
y tú no estás dispuesto a enseñarme,
yo necesito a alguien que camine a mi lado,
y tú alguien que vaya cuidando tus espaldas.

Es que no encajamos.

Y tal vez algún día nos arrepintamos,
y nos demos cuenta
que ¡vaya que sí eramos nosotros!
pero no seré yo
quién ceda esta vez.

Y no sé,
ojalá leas esto,
y no me busques;
aunque mueras por hacerlo,
y se te dibuje una sonrisa
y pienses:
"maldita, si que me quería"
y lo hacía,
aún lo hago.


sábado, 11 de febrero de 2017

La vita é bella.



Regresé de un concierto,
un tanto anonadada
porque hace tiempo que no asistía a uno.

Me quedé sin voz de tanto gritar,
se me erizó la piel
cuando escuche cómo otros
coreaban mi canción favorita.

Me sentí feliz,
hace tanto que no ocurría.

Entre tanta rutina,
horarios,
alarmas,
deberes,
me he olvidado de lo que me hace feliz.

He priorizado tantas cosas
sin importancia,
que no me había dado cuenta
que yo ya no sonreía.

Desde hace tanto tiempo
he venido pregonando lo hermosa que es la vida,
mientras me venía ahogando en cosas tan sencillas.

Llegaba a casa,
y me quejaba de toda la tarea que tenía pendiente,
que no dormía bien,
que hacía frío,
o porque el chico que me interesaba no me ha regresado a mirar.

Detestaba verme al espejo
y ver unas libras de más,
o que mi cabello nunca estaba arreglado,
y que ya no me sentía cómoda con mi ropa.

Seguía gastando en libros,
mientras tenía varios en la cómoda
esperando a ser leídos,
y luego me preocupaba
por no tener dinero.

Pasaba días extrañando mi casa,
soñaba con poder volver;
cuando llegaba,
me quejaba del aburrimiento.

No sé cómo,
ni por qué,
ni por quién,
empecé a sonreír un poco más;
y a quejarme mucho menos.

No es que todo esté marchando a la perfección,
pero es que ya he dejado de cruzar los brazos,
de hacerme la víctima,
de pensar que la vida estaba en mi contra,
y he empezado a hacer algo al respecto.

Están las personas que deben estar,
corrección;
las que quieren estar,
y nunca nada se sintió tan bien.

Más que felicidad,
siento paz,
tranquilidad,
seguridad.

Tal vez no esté más bonita,
pero últimamente yo me veo así,
bella,
y eso es lo que realmente importa.

¡Qué miedo!
Todo parece encajar,
no importa,
le voy a sacar provecho mientras dure.




martes, 7 de febrero de 2017

Pero me vas a extrañar.


Cuando partiste,
me dijiste que no podías lidiar con mi carácter,
que era muy extraña,
y que si te quería,
por qué no lo demostraba.

Dime que me quieres,
me soltaste una vez,
y yo me quedé en silencio.

Pensé que era muy obvio
lo que yo sentía por ti,
me equivoqué.

Y es verdad que te abrazaba muy poco,
que no me gustaba besarte en público,
y que en raras ocasiones admitía quererte.

Es que a mí, las demostraciones de afecto
jamás se me dieron muy bien,
pero estaba segura que mis actos hablaban por sí solos.

He visto como te trata,
pero,
¿seguro que es ella lo que buscabas?

Y me extrañaras,
cuando te des cuenta que ella no puede salir a ningún lado sin maquillaje,
cuando no tenga las palabras exactas en tu tristeza,
cuando no te acompañe en tus locuras,
cuando en el auto pida que cambies de canción,
cuando no quiera pasar un domingo viendo series,
como solíamos hacer.

Me extrañarás porque ella no se sonroja cuando le dices algo bonito,
porque ella no te obliga a leer poesía,
o porque no llora con películas de amor,
porque no se sienta a ver el fútbol contigo así lo odie.

Y me vas a echar de menos,
añoraras mi voz en las madrugadas,
encontrarás las servilletas que solía dejar en tu mochila a escondidas,
con alguna rima de Benedetti,
y me buscarás los viernes en la noche en algún trago de vodka,
me confundirás con alguna morena,
pero te darás cuenta que ella no mira igual que yo,
que ella jamás te va a querer de la forma en que yo lo hice,
y verás nuestras fotos,
y desearás volver el tiempo atrás,
te golpearás contra la pared por haberme dejado partir.

Tranquilo,
solo espero
que esta vez,
no se te haga tan tarde.

jueves, 2 de febrero de 2017

Alguien


Uno siempre termina necesitando de alguien,
una sonrisa,
un hombro en donde descansar
cuando el camino parece más largo de lo esperado.

Alguien a quien contarle que el día ha sido un desastre,
que el trabajo anda mal,
que ya son las once de la noche
y no has comido nada,
y que tus migrañas han vuelto
estos últimos días.

Alguien que te enseñe a cocinar,
y que recuerde que eres alérgica a los champiñones,
que sepa de memoria tus libros favoritos,
y que se acuerde siempre que detestas la impuntualidad.

Alguien con quien viajar,
y conocer mundos más allá de una habitación,
literal y metafóricamente hablando.

Alguien que no esté dispuesto a caerse contigo
sino que esté ahí para levantarse,
juntos,
que te diga siempre la verdad,
así duela,
así sangres.

Que te abrigue los pies cuando tienes frío,
que te acune el alma.

No me hablen de independencia,
o de libertad;
que al final de cuentas
una siempre necesita que de vez en vez,
alguien le diga lo guapa que es,
que es inteligente,
que vale la pena.

Necesito de alguien,
mentira,
necesito de ti.