martes, 7 de febrero de 2017

Pero me vas a extrañar.


Cuando partiste,
me dijiste que no podías lidiar con mi carácter,
que era muy extraña,
y que si te quería,
por qué no lo demostraba.

Dime que me quieres,
me soltaste una vez,
y yo me quedé en silencio.

Pensé que era muy obvio
lo que yo sentía por ti,
me equivoqué.

Y es verdad que te abrazaba muy poco,
que no me gustaba besarte en público,
y que en raras ocasiones admitía quererte.

Es que a mí, las demostraciones de afecto
jamás se me dieron muy bien,
pero estaba segura que mis actos hablaban por sí solos.

He visto como te trata,
pero,
¿seguro que es ella lo que buscabas?

Y me extrañaras,
cuando te des cuenta que ella no puede salir a ningún lado sin maquillaje,
cuando no tenga las palabras exactas en tu tristeza,
cuando no te acompañe en tus locuras,
cuando en el auto pida que cambies de canción,
cuando no quiera pasar un domingo viendo series,
como solíamos hacer.

Me extrañarás porque ella no se sonroja cuando le dices algo bonito,
porque ella no te obliga a leer poesía,
o porque no llora con películas de amor,
porque no se sienta a ver el fútbol contigo así lo odie.

Y me vas a echar de menos,
añoraras mi voz en las madrugadas,
encontrarás las servilletas que solía dejar en tu mochila a escondidas,
con alguna rima de Benedetti,
y me buscarás los viernes en la noche en algún trago de vodka,
me confundirás con alguna morena,
pero te darás cuenta que ella no mira igual que yo,
que ella jamás te va a querer de la forma en que yo lo hice,
y verás nuestras fotos,
y desearás volver el tiempo atrás,
te golpearás contra la pared por haberme dejado partir.

Tranquilo,
solo espero
que esta vez,
no se te haga tan tarde.

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