miércoles, 19 de abril de 2017

Te escribo a ti.



He despertado,
son las tres de la mañana,
y no consigo conciliar el sueño,
te he soñado,
de nuevo.

Suena extraño,
ni te conozco
y ya te estoy echando de menos,
pues te he confundido varias veces,
he besado otros labios creyendo que eran los tuyos,
he sostenido otras manos,
con la idea que encajaban a la perfección,
he creído mirar centenares de pestañas,
creyendo que por fin,
te había encontrado.

He muerto un poco,
cuando con el pasar del tiempo,
me daba cuenta,
que no eras tú.

Ahora creo que cada error,
me acerca un poco más a ti,
y solo por eso,
las lágrimas
han valido la pena.

A veces sospecho que te estás escondiendo,
cuando estoy a punto de dar contigo,
desapareces.

Tal vez porque hasta ahora,
ningún tiempo ha sido el adecuado.

Te escribo a ti,
y ni siquiera sé tu color de cabello,
si te gusta el café,
o prefieres el té,
si tienes algún vicio,
o si alguna vez te han roto el corazón.

Imagino que te gusta leer,
que tocas la guitarra,
y que tienes un montón de perros
con nombres ridículos.

Tal vez tropezaremos en la calle,
tal vez yo entraré en una librería
y te reconoceré porque tendrás en tus manos
mi libro favorito,
no lo sé,
sé que llegarás en el momento preciso,
en el tiempo correcto.

Te escribo a ti,
quien quiera que seas
luzcas mal,
luzcas bien;
porque a partir del día que te conozca
hasta mis letras sonarán diferentes,
pensaré:
que ha sido una pérdida de tiempo
no haberte encontrado antes,
pero estará bien,
todo siempre estará bien.

Mira que ni te conozco,
y ya te estoy queriendo.


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