domingo, 24 de septiembre de 2017

Cliché, parte I.


Llevabas chaqueta de cuero,
olías a cigarrillo,
a whisky añejo,
y a veinte besos de diferentes bocas.

Te ignoré,
intenté tantas veces pasar de largo,
pero tu risa,
tu puta risa,
suena a rock del 70,
a éxito de los billboard,
a una maldita sonata digna de todos los grammy.

Yo nunca fui muy aficionada
a los que traían pinta de chico malo,
que cliché,
siempre odie eso.

La niña que lee poesía
y disfruta del café,
enamorada de un chico con tatuajes,
y de vocabulario vulgar.

Qué aburrido.

Pero pasó.

Me pasaste.

lunes, 18 de septiembre de 2017

Musa.


Entraste en aquel bar con el vestido negro de siempre,
zapatos de tacón
y labios color sangre.

Juro que de no ser por tu cabello,
tan rizado como siempre,
no te hubiera reconocido.

Sonreíste,
como si fueras cliente frecuente,
pediste que cambiaran de música,
y de repente sonaba Frank Sinatra de fondo,
y tú parecías un poco drogada mientras bailabas.

"No hace falta ninguna sustancia,
para aquellos que sabemos escuchar"
-me dijiste esa vez-

Parecía imposible que esa niña de mirada triste,
de corazón roto,
y caminar lento;
sea aquella mujer que vi aquella vez.

No la volví a encontrar,
aunque admito
que ella sigue siendo la razón por la que voy aquel bar
cada viernes
a las diez de la noche
y pido que suene jazz,
por si lo escucha y le da curiosidad entrar.

No sé que tenías esa vez,
no sé si sigues luciendo como aquella noche,
pero mujer,
qué guapa te ves siendo feliz.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Best seller


Tengo tantos,
tantísimos poemas escritos para ti,
uno por cada lágrima que provocaste,
de felicidad,
de tristeza,
no importa ya;
son tuyos.

Si tuviera más coraje,
más talento,
más yo no se qué,
te escribiría un libro,
una antología completa.

Se titularía "Consecuencias de vivir muerta de miedo"
y hablaría de todo lo que nos hicimos,
y de lo que no,
de todos los sueños juntos,
de las conversaciones a las tres de la mañana
mientras nos reíamos ebrios,
y actuábamos como si fuéramos a estar juntos una eternidad y media.

Escribiría de cómo yo misma me rompí el corazón,
por no decir "yo también" a tiempo,
de cómo ahora sé cuánto cuesta una jaba de cerveza,
o una buena botella de vino,
que ya sé diferenciar entre cabernet y merlot,
en la soledad de mi habitación.

Sería un best seller,
las personas se enamorarían de ti,
¿cómo no hacerlo?
maldita sea
¿por qué no hacerlo?
¿por qué no lo hice?
¿por qué no te lo dije?

Yo sería la villana,
la cobarde,
la que no se dejó querer,
porque así fue,
pero tú no insististe;
y ya no sé a quién echarle la culpa.

Culpemos a la poesía,
por no hablarme de ti mucho antes,
a Benedetti por convencerme de esperarte
después de haberte marchado hace tanto tiempo,
a Sabines,
a Neruda y hasta Mistral.

A Vicente García,
a Medrano,
a Pablo Alborán,
a todo el mundo,
porque el mío se paró,
desde que no estás.

Entonces,
tal vez éste sea el epílogo,
la carta de despedida,
la segunda parte que no salió tan bien.

No lo sé.

Hagamos un nuevo trato,
tu solo sonríe para mí,
finge un ratito;
y yo,
yo solo quiero escribir
¿dale?

lunes, 4 de septiembre de 2017

Tips para enamorarla.


Escúchala,
escúchala cuando diga que quiere desaparecer,
cuando quiera matar a sus hermanos,
o cuando está harta de la universidad,
tú sólo escucha,
odia que la interrumpan cuando habla.

Pregúntale sobre sus sueños,
cuántos libros planea escribir,
y qué países anhela conocer.

Llámala en las noches,
dile que observe la luna,
ella probablemente ya la habrá visto
cientos de veces,
le gustará que te hayas acordado de ella.

Así es ella.

Ni se te ocurra distraerla mientras lee,
lo detesta,
obsérvala cuando escriba,
memoriza sus expresiones cuando lo hace,
nunca es tan ella,
como cuando coge papel y lápiz
y se va a quién sabe dónde.

Deja que te recite poemas,
los que ella quiera,
jamás le pidas que escriba sobre ti
ella lo hará en su momento,
y tú deberás descifrar qué escrito lleva tu nombre
porque ella nunca te lo dirá.

Así es ella.

Nunca, jamás; la despiertes,
le cuesta un montón conciliar el sueño,
no vas a querer lidiar con su humor
una vez que lo hagas.

Disfruta su "eres un completo idiota"
mientras ríe,
está diciendo que te quiere.

Enamórate de su risa,
ámala tanto como espero la ames a ella,
si lo haces,
nunca en la vida volverás a estar triste.

Limpia sus lágrimas,
conoce sus miedos,
abrázala siempre,
incluso cuando ella te diga que no lo hagas.

Nunca le compres algo costoso,
déjala que invite de vez en cuando,
y no digas nada si ella insiste en pagar su parte.

Cuando se arregle,
dile que está preciosa,
pero que ella no lo necesita,
repítele todas las veces que puedas lo inteligente que es.

Pelea,
no siempre estés de acuerdo con ella,
y cuando se equivoque,
no la llames,
oblígala a admitir su error,
es orgullosa
mucho,
pero debe aprender a pedir disculpas.

Sal,
diviértete,
déjala libre,
ama sus alas,
no intentes cortar su vuelo,
ella regresará a su nido,
pero no lo hará
si tus intenciones es que ella viva en una jaula.

Cómprale antigüedades,
las adora,
hazle obsequios los martes trece,
le encanta desafiar a la mala suerte,
un vino y un libro; siempre es una buena idea.

Así es ella.

Llámala ebrio,
dile que piensas en ella,
aún cuando no puedes ni pensar.

No llegues tarde,
nunca,
ella se vengará,
créeme.

No celebres San Valentín,
ni aniversarios,
ni nada que se le parezca,
al menos que quieras escucharla decir todo un discurso
sobre las mentiras que inventan los negocios para aumentar sus ventas,
yo me lo sé de memoria.

Estar con ella es una celebración de todos los días.

Hazla feliz,
hazla jodidamente feliz,
como yo no supe hacerlo.