Llevabas chaqueta de cuero,
olías a cigarrillo,
a whisky añejo,
y a veinte besos de diferentes bocas.
Te ignoré,
intenté tantas veces pasar de largo,
pero tu risa,
tu puta risa,
suena a rock del 70,
a éxito de los billboard,
a una maldita sonata digna de todos los grammy.
Yo nunca fui muy aficionada
a los que traían pinta de chico malo,
que cliché,
siempre odie eso.
La niña que lee poesía
y disfruta del café,
enamorada de un chico con tatuajes,
y de vocabulario vulgar.
Qué aburrido.
Pero pasó.
Me pasaste.
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