miércoles, 11 de julio de 2018

Confesiones.


Confieso que me da miedo,
que me das miedo,
que es increíble como el paso del tiempo
no ha borrado las canciones que sonaban en tu compañía.

Que me da miedo,
como entran y se van personas,
como ya no me hablo con amigos de años,
que mis primos ya no saben de mi vida,
y que a pesar de todo,
tú,
sigues aquí.

Confieso que me da miedo,
que un día de estos,
no me abras la puerta,
que ya no reciba un mensaje tuyo,
que no pueda sorprenderte en la salida del trabajo,
que ya no podamos reírnos en el asiento trasero de tu coche,
que ya no deba inventar excusas tontas para salir a rescatarte a las tres de la mañana

Confieso también,
que me da miedo tenerte muy cerca,
pero me aterra tenerte muy lejos,
no te vayas nunca.

Me da miedo que un día descubras
que no soy tan mágica como crees,
que te aburras de mis manías,
y de mis gustos raros,
que decidas no leer más poesía,
que basta de Fredi,
de León,
de Vicente,
y de Josean.

Que estás harto de mi música,
y de mi idea de ser vegetariana,
que ya no te gustan los gatos,
o quedarte en el sofá los viernes noche.

Que tengo miedo.

Confieso que no te has ido,
y yo igual estoy echándote menos,
que soy una cobarde por no ir ahora mismo a buscarte,
¿qué hacemos?
si tengo miedo.

En unos meses estaré arrepentida por no haber hecho algo a tiempo.

Sé que te voy a perder,
lo confieso.

Haz algo al respecto,
por favor.


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