miércoles, 30 de octubre de 2019

Ellas.

Las manos temblando,
las lágrimas en el escritorio,
una voz susurrando:
"estás muy flaca, pareces un palo".

Otra que dice:
"que gorda estás ¿qué te paso?"

No eres muy inteligente,
ni guapa,
ni valiente,
ni divertida.

No eres suficiente.

No.

"Nunca encontrarás.
alguien que se quede,
eres rara."

Y te lo empiezas a creer.

Todo.

Un grupo de chicas
riéndose,
apuntando con el dedo.

El peso,
el maquillaje de marca,
la ropa de moda,
y el chico más guapo.

Tonterías.

Tonterías que alguna vez pensé que eran importantes.

A veces aún escucho esas risas.

A veces aún siento que me apuntan con el dedo.

A veces aún escucho el: "pero si está bien fea."

Pero ahora,
esas chicas con el cabello perfecto,
con la sonrisa triunfadora,
con el maquillaje impecable,
me dan pena.

Me dan muchísima pena.

Me pregunto si con esa misma boca
que pronunciaron comentarios maliciosos,
dijeron alguna vez te quiero.

Si con el mismo dedo que alguna vez me apuntaron,
dibujaron un corazón a escondidas.

Si con esa misma sonrisa de maldad,
se rieron de algo bonito.

No lo sé.

Pero ojalá sí.

Ojalá alguna vez sus madres les haya acariciado el cabello,
su padre pase por ellas a la salida del trabajo,
y tengan una mejor amiga que las sorprenda con un abrazo.

Ojalá alguna vez sientan que el amor no les cabe el pecho,
y tengan que ponerse a llorar de lo bonito que es todo.

Porque eso es lo que les falta,
les hace tantísima falta.

Un poco de amor.

Ojalá algún día se quieran tanto,
como dicen hacerlo.

Ahora me río,
ahora no arreglo mi cabello,
ni me maquillo,
ni me visto bonito.

Pero hay veces,
pequeñas veces,
en las que veo mi reflejo y pienso:
"bueno, total no puedo hacer nada al respecto"
y en esa milésima de segundos,
me siento tan culpable,
tanto.

De aún no poder quererme como me merezco.

De aún no poder decir:
"al carajo todo, soy preciosa":

Porque no,
porque aún no puedo.

Pero algún día saldré a bailar,
y sentiré como todo se ha reparado,
por fin.

Espero que ellas,
algún día,
también puedan decir lo mismo.

domingo, 27 de octubre de 2019

Conversaciones de Whatsapp Parte II


-Sal, estoy afuera.
*Si vuelves hacer ese chiste idiota, de que me asome a la ventana cuando no has llegado,
te bloquearé.
-No vas a bloquearme.
*Sí lo haré.
-Sal, hace frío.

Llegaste,
con ganas de fiesta,
de cerveza,
de una vida llena de viernes.

Y tropezaste conmigo.

Con la niña de los libros,
de domingos,
de caminatas largas,
de días de sofá y series,
de playa, y mar.

De la niña que odia los lugares con mucha gente,
que escucha Vicente García en las noches,
y le gusta que la abracen por la espalda.

Tú,
que venías a sacarme de cama,
a que utilice ese vestido negro que tanto te gusta,
ahora prefieres abrazarte a mi cintura,
la comida en casa,
y la música a todo volumen retumbando en la sala.

*Tengo ganas de cocinar.
-Pero eres terrible cocinando.
*Pero tú no.
-Entonces iré a tu casa; cocinaré lasaña y dirás que la hiciste tú.
*Eres inteligente, ya llamé a las chicas, haré compras ¿quieres vino?
-Cavernet por favor.

Siempre fui muy crítica con quien dejaba entrar a mi vida,
y quien solo estorbaba en la puerta,
nunca fui de muchos amigos,
ni de relaciones largas,
ni nada por el estilo.

Me encantaba la soledad,
mi lugar en la casa,
mis libros tirados por doquier,
mis cervezas en la nevera,
y que nadie se atreviera a tocarlas.

El silencio de los sábados,
y que yo pudiera escribir hasta la madrugada.

Mi música,
mi comida,
mis días,
todo,
para mí.

Hasta que tú.

Y hasta ahí bailó mi soledad.

Entraste en mi vida de una manera tan cautelosa,
y me descubrí dejándote comida caliente,
comprando cosas que te gustan,
que tuvieras un cepillo en casa.

Cosas tan simples,
tan rutinarias,
que para mí aún representan un triunfo.

Siempre decía que era terrible en eso del amor,
pero estar contigo se me da bien.

*Odio dormir sola.
-Gaby recién se fue ayer.
*Lo sé, pero odio dormir sola.
-Es una indirecta para que vaya a dormir contigo ¿cierto?
*Eres lento.
-Y tú muy cruel, ya no tendrás quien te caliente los pies.
*No señor, sino iré yo.
-No es necesario, ya salgo.

Porque me quisiste así,
fría,
torpe y sin saber qué decir.

Porque no necesitas demostraciones efímeras,
porque solo me quieres a mí,
y todo lo que eso conlleva.

Porque me calientas las manos,
y me das tu abrigo,
porque pides que te arrugue la nariz,
me respiras cerquita,
me acurruco en tu pecho,
y eso,
ese momento justo,
se convierte en mi momento favorito del día.

De cualquier día.

Porque una vez unos niños pedían caridad,
y tú los invitaste a comer con nosotros,
porque acaricias perros en la calle,
y tienes un gato que yo amo.

Porque eres un hombre maravilloso.

Y aún no entiendo qué has visto tú en mi.
pero sea lo que sea,
no dejes de verme así nunca.

Y yo no sé qué hacer cuando me miras.

Porque sigo sin saber qué hacer cuando eres tú quien me mira.

-Te echo tantísimo de menos.
*Solo será un mes.
-Eso no fue lo que pensaste ayer cuando te echaste a llorar en el aeropuerto.
*Eso es porque estoy hormonal.
-¿Por qué no eres una novia normal y aceptar que me amas y me vas a extrañar
como una loca?
*Porque no es así.
-¿No me amas, ni me extrañas como loca?
*No tienes una novia normal, amor.

Siempre tuve tanto pavor de acostumbrarme a la presencia de alguien,
siempre manejé muy bien los adioses,
y nunca abrí la puerta a corazones rotos.

Pero tú puedes hacerlo,
cariño,
yo encantada me rompo el corazón por ti.

Porque después de repararlo,
te aseguro que el te susurraría,
gracias,
por todo.

-¿Cuándo vuelves?
*DIOOOS, TE LO HE DICHO MIL VECES, VIERNES ONCE DE LA NOCHE.
-Ok, pero no me grites.
*Es que siempre olvidas las cosas importantes.
-No las importantes.

-Ok, fue una broma; ¿se puede saber por qué no respondes?
*Estaba haciendo COSAS IMPORTANTES.
-Ya quiero verte, muero por verte.
*Igual, pero han sido unas merecidas vacaciones
-Quiero que me cuentes cada detalle de Europa.
*Precioso, pero Madrid no es lo mismo sin ti.
-Cariño, desde que tú estás; ni el parque de la esquina es lo mismo sin ti.
*Voy a tener que darte clases de romanticismo.

Porque me encantas así,
con cada detalle que olvidas,
que hayas aprendido a ser puntual
porque yo odio los minutos tarde,
que te rías cuando estoy estresada,
y de repente todo parece estar mejor.

Que no sea tu niña mimada,
sino la mujer que admiras y dejas volar,
y la miras,
y la aplaudes,
porque amas sus alas.

Y las cuidas y las besas.

Y eso,
eso es lo que más amo de ti.

-Te extraño
*Pero ya volví, nos vimos anoche.
-Pero igual te extraño; además no sé qué hacer con tanto libro ¿por qué no me compraste otra cosa?
*Creo que te odio un poco ¿cómo vas a decirme eso?
-Sabes que bromeo, yo amo la poesía.
*Eso es mentira.
-Bueno, pero te amo a ti.
*Lee aunque sea los poemas marcados.


-Ahora lo bueno me toca a mí;
porque has venido agarrando de la mano todo aquello a lo que yo tenía miedo:
a sentir con alguien todo lo que no sentí con nadie.
*Los has leído.
-Todos y siento unas ganas extrañas de llorar.
*Eso es lo que hace la poesía.
-¿Qué has hecho conmigo Alejandra? Me desconozco.
*Para mí, eres hermoso; es más creo que nunca te he amado tanto como ahora.
-¿Qué tanto?
*Digamos que si tú me pidieras que nos casáramos, me lo pensaría.
-Pero tú no crees en el matrimonio.
*Pero creo en ti.

lunes, 14 de octubre de 2019

Conversaciones de Whatsapp


-Feliz día de las escritoras.
*Yo no soy escritora.
-Sí lo eres, me escribiste un poema.
*Jamás te he escrito un poema.
-Es cierto ¿por qué no lo has hecho?
*Porque no sirvo para escribir de lo que me hace feliz.
-¿Y yo te hago feliz?
*Muchísimo.

La vida entre todas las cosas que me ha enseñado,
tengo una que se me ha grabado permanentemente en la cabeza:
"las cosas nunca, nunca resultan como uno quiere"
pero a veces,
y solo a veces,
es muchísimo mejor.

Enamorarse,
es que todos los clichés de repente se cumplan,
que la poesía siempre hable de tu vida,
que las películas de amor se sientan reales,
y que todas las canciones,
sean la banda sonora,
de cientos de recuerdos preciosos.

Y toda esa cursilería.

-Estás preciosa.
*¿Cómo lo sabes?
-Porque tú siempre estás preciosa
*No cuando pase días sin dormir por aquella horrible gripe.
-También esa vez; es más, nunca te he visto tan guapa como ese día.
*Mientes.

Pero también,
es que las cosas más cotidianas,
las acciones más sencillas,
sean tu actividad favorita del día;
que yo esté cepillándome los dientes,
y tú estés haciendo muecas al espejo.

O como aquel día que enfermé,
y tu hiciste una sopa horrorosa,
y te acurrucaste conmigo aquel domingo,
y olvidaste ese correo que debías enviar a media noche.

Cosas así.

-Ya en serio, ¿me escribirás un poema?
*No lo sé, tal vez; probablemente cuando me rompas el corazón.
-Yo no te romperé el corazón.
Ya sé, sábado, iremos a un museo, tomaremos un café, y ahí me leerás el poema que escribirás para mí.
*Tú odias los museos.
-Pero tú los amas.
*Igual no te escribiré un poema para el sábado.
-¿Por qué no?
*Porque así no funciona esto.
-Entonces ¿cómo?

No sé como va esto
¿sabes?
esto de querer alguien,
a veces me faltan las palabras,
a veces no sé que hacer,
a veces no respondo las llamadas,
o los mensajes,
porque no sé que hacer,
porque aún me aterra lo mucho que te quiero.

Porque ese día mientras acariciaba tu cabello,
y lloraba escuchando aquel audiopoema,
que tú decías que era aburrido,
era porque ella también me hablaba de ti.

Porque desde el día en que tu mirada tropezó con la mía.

Todos,
y todo,
me hablan de ti.

"Fue en ese segundo exacto,
cuando al mirarte le pedí al cielo, al destino y a la suerte,
a cualquiera que sea el hilo que mueve este puto mundo,
que no te fueras jamás,
que te quedaras a mi lado siempre."
Lo dijo Loreto.

Pero como yo no soy escritora te digo:
que lo haré mal,
que me equivocaré tantísimas veces,
pero que siempre,
acabaré queriendo que nos salga bien,
que me salgas bien.

Que me faltarán versos,
y escritos sin sentido,
para que entiendas que si dejo que rayes mis libros,
es porque te quiero,
que si dejo que tú elijas el vino,
es porque no quiero que nadie más lo vuelva a elegir,
que si comparto contigo mis canciones favoritas,
es porque quiero que la última canción que escuches antes de dormir,
te recuerde siempre a mi.

Porque tal vez no te de besos inesperados,
ni te dedique canciones,
ni haga regalos sorpresas,
ni te escriba poemas de amor.

Pero que te voy a querer,
toda,
todita la vida,
así
no estés.

Así,
un día te vayas.

Y ahí sí,
que te voy a escribir una antología completa.

-Te quiero.
*Lo sé.
-¿Me estás escribiendo un poema cierto?
*Así es, tendrás que poner cara de sorprendido.
-Más vale que me haga llorar.
*Más vale que traigas cervezas.
-Ya las compré, llego en diez.
*Vale, te quiero.

Dicen que la vida,
siempre pone a cada quien en su lugar.

Y yo he terminado aquí,
contigo.

Ten, tu poema.

lunes, 7 de octubre de 2019

Recuérdame.


No quiero que vuelvas.

Ya no sueño con tu regreso.

¿Tus recuerdos?
Empacados en maletas.

Te quiero,
aún lo hago.

Y eso es lo bonito de personas como tú.

Que siempre te dejan cosas buenas.

Que no sé que tienes, pero pido a Dios que no lo dejes de tener nunca,
que cada vez que hable de ti, se me dibuje una sonrisa preciosa,
de esas en las que todos me preguntan: y tú, ¿de qué te ríes tanto?
y no poder contárselo;
 porque eres mi secreto, mío, y el más bonito.

Que me recuerdes siempre,
que le cuentes a toda tu manada de hijos,
que conociste a una chica que estaba loca
que le gustaba la literatura,
que decía muchas malas palabras,
y era un desastre manejando.

Y que se reía un montón.

Que conozcas Grecia,
Madrid,
y que vivas un tiempo por Brasil.

Que le leas al amor de tu vida algún libro mio,
yo tal vez para ese entonces ya haya sacado como mínimo tres best sellers.

Aunque la vida no nos vuelva a juntar,
recuérdame.

Porque yo presiento que lo haré siempre.

Y ahora entiendo,
que eso;
no tiene por qué doler.

Que tengas risas, lunas, cervezas;
que digas: no la recuerdo muy bien; pero con ella me reía mucho.

Nos vemos en la luna, lleva vino.

Y cerveza, una cerveza también esta bien.

jueves, 3 de octubre de 2019

Si estás sintiendo lo mismo que yo.

No voy hablar de mi posición,
si estoy de acuerdo con las políticas o no.

No voy a criticarte,
y por eso no quiero que hagas lo mismo.

Solo que tal vez tú sientas lo mismo que yo.

Tal vez llegaste a casa llorando,
y te sentiste inseguro,
con miedo;
al igual que yo.

Porque probablemente no puedes pasar más de cinco minutos en redes sociales,
y sientes tanta impotencia con los videos que comparten.

O que no soportes leer comentarios de:
"pero si el alcohol sigue barato"
de niños de dieciocho que cada semana reciben
plata de mami y papi.

Lo único que pido es un poco de empatía,
un poco más de humanidad,
de las personas que salieron a trabajar,
y probablemente aún no llegan a casa.

De que hace tres años,
nos abrazamos,
y nos sujetamos fuerte.

Entonces ¿qué nos pasó?

Que si mañana ves a alguien igual de espantado que yo,
le des un abrazo,
le digas que lo entiendes,
y que si algún día necesita de tu ayuda,
vas a estar ahí,
dándole un hombro.

Porque así somos,
y por favor,
no dejemos de serlo.

Ecuador, te amo;
y por eso te siento,
y me dueles,
me dueles un montón.