lunes, 7 de octubre de 2019

Recuérdame.


No quiero que vuelvas.

Ya no sueño con tu regreso.

¿Tus recuerdos?
Empacados en maletas.

Te quiero,
aún lo hago.

Y eso es lo bonito de personas como tú.

Que siempre te dejan cosas buenas.

Que no sé que tienes, pero pido a Dios que no lo dejes de tener nunca,
que cada vez que hable de ti, se me dibuje una sonrisa preciosa,
de esas en las que todos me preguntan: y tú, ¿de qué te ríes tanto?
y no poder contárselo;
 porque eres mi secreto, mío, y el más bonito.

Que me recuerdes siempre,
que le cuentes a toda tu manada de hijos,
que conociste a una chica que estaba loca
que le gustaba la literatura,
que decía muchas malas palabras,
y era un desastre manejando.

Y que se reía un montón.

Que conozcas Grecia,
Madrid,
y que vivas un tiempo por Brasil.

Que le leas al amor de tu vida algún libro mio,
yo tal vez para ese entonces ya haya sacado como mínimo tres best sellers.

Aunque la vida no nos vuelva a juntar,
recuérdame.

Porque yo presiento que lo haré siempre.

Y ahora entiendo,
que eso;
no tiene por qué doler.

Que tengas risas, lunas, cervezas;
que digas: no la recuerdo muy bien; pero con ella me reía mucho.

Nos vemos en la luna, lleva vino.

Y cerveza, una cerveza también esta bien.

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