domingo, 17 de mayo de 2020

Me gustas en azul.


Soy adicta al control.

Lo soy.

Siempre tengo una agenda a la mano,
cuatro esferos de colores,
centenares de post its,
alarmas,
horarios precisos.

Tengo miles de planes,
todos con fechas,
con tiempos específicos.

Soy muy intensa con la vida,
siempre le exijo más de lo que puede darme.

Mis sentimientos,
siempre a flor de piel,
no puedo a medias,
nunca.

Cuando me gusta una canción puedo escucharla cien veces
en un día,
y la mañana siguiente detestarla con todo mi ser.

Lloro con libros,
con cartas,
con ver a mi mamá tomando café.

Para mí vivir,
implica sentir,
sentirlo todo,
el amanecer y ver los primeros rayitos de sol,
contemplar la luna por horas,
respirar y que el aire huela a jazmín.

Ver a alguien y que eso te transporte a tu concierto favorito,
a tu canción predilecta sonando en la radio,
a la cerveza del domingo.

Por eso siempre ando de puntillas.

Porque siento,
y lo hago demasiado.

Por eso lo que no pueda ajustarse a mis días de la semana,
a mis ocho horas laborables,
todo aquello que yo no pueda controlar,
lo desecho.

Antes que eso acabe conmigo antes.

Pero me he encontrado con un post it pegado al respaldar de mi cama,
con tu nombre dibujado,
y creo que puedo pintar corazones en mi agenda,
señalando tu fecha de cumpleaños.

Que si no tengo tiempo,
le invento veintiséis horas al día,
para cenar contigo.

Me dijiste un día:
"me gustas en azul"
y supe que te referías a mi camisa.

Pero yo solo imaginé;
que me quisieras siempre en azul,
en gris,
y en negro también.

Cuando todo va mal,
que me quieras ahí también.

Cuando no puedo con mi ansiedad,
con mi estrés,
cuando la vida se me antoja gigante.

Que me quisieras ahí también,
sobretodo ahí.

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