domingo, 30 de enero de 2022

Te escogería para siempre.



Hoy me han entrado unas ganas locas de llamarte,
de contarte las novedades,
de que pasaran cuatro, cinco horas y ninguno de los dos se aburriera del otro;
cuando pasa eso,
cuando quiero buscarte,
y sentir que a pesar de los años y los kilómetros;
de alguna forma extraña sigues estando,
me pregunto si lo hicimos mal,
si fue un error desde el principio iniciar una historia
que sabíamos tenía fecha de expiración.

Me pregunto si hubiéramos funcionado como amigos,
solo como amigos,
tal vez seguirías en mi vida,
tal vez hoy podría llamarte y estuvieras aquí,
haciéndome reír.

Se que si te lo dijera ahora,
me mirarías,
hicieras esa mueca que tanto extraño,
y sonriendo dirías:
tu y yo jamás,
jamás seremos amigos.

Si pudiera retroceder el tiempo,
te escogería para siempre,
si nuestros caminos nunca se han de cruzar,
tenerte ahí,
de vez en cuando,
para llamarte con noticias buenas,
para sostener tu mano si tu mundo se cae,
para escucharte mientras me cuentas que has conocido al amor de tu vida,
para estar en los días importantes,
y los no tan importantes,
para estar,
siempre.

Si pudiera retroceder el tiempo,
te escogería para siempre.


miércoles, 26 de enero de 2022

Desaprender



Cambié de trabajo,
empecé a ir a terapia,
retomé mi rutina de ejercicios,
y escribí,
como siempre.

Dejé de ver las películas de siempre,
abandoné los libros que leía todas las mañanas,
empecé a caminar distinto,
por otro camino,
desaprendiendo.

Era de rutinas,
de manías,
de amigos que tengo desde la infancia,
de amores viejos.

Siempre me ha costado los cambios,
siempre,
llevo toda mi vida comprando el mismo café,
frecuentando a las mismas personas,
soñando con los mismos lugares.

El cambio siempre viene bien,
a veces la felicidad,
el amor,
el éxito;
está a un ladito de lo que uno acostumbra hacer.

Entonces estoy aprendiendo a desaprender,
a soltar muchas cosas y a sujetar unas nuevas,
de otra manera,
de esas que no lastiman.

He mencionado tu nombre en terapia,
pensaba que aún estabas aquí,
rondando de alguna forma.

Y lo raro de empezar un camino nuevo,
es darte cuenta que no es tan aterrador como creíamos,
que todo eso que pensamos que aún nos ataba,
lo habíamos soltado hace ya mucho tiempo,
pero nos costaba admitirlo,
porque decirlo en voz alta 
significaba que te habías ido,
para siempre.

La verdad es que te fuiste hace ya muchos años,
y ahora,
que el pasado ya no suena tan tentador
que el futuro anuncia cosas muy buenas,
he entendido que estoy mucho mejor sin ti.

Voy a dejar de comparar tu sonrisa con la de los demás,
tu forma de querer con la manera que me han querido después de ti,
ya no serás la razón del por qué nunca sale bien.

Y te voy desaprendiendo.


viernes, 7 de enero de 2022

Soltar



He venido ya varias semanas tratando esto en terapia;
soltar,
que palabra tan rara,
s o l t a r,
y en este tiempo he entendido su importancia.

Cuando todo se derrumbó empecé a preguntarme:
¿qué ocurre?
¿qué pasó?
y todo se resume a una cosa:
no supe soltar a tiempo.

Aún no lo sé, pero lo estoy intentando.

Creía que iba a ser más sencillo,
pero la realidad es que es una putada.

Soltar también significa abrir heridas que parecían sanadas,
admitir errores,
aprender a perdonarme.

Yo siempre he sido de las que se van,
sin chistar,
si voltear.

Pero eso solo ha hecho más difícil porque he llevado a cuestas tantos:
"y si.."
"tal vez"
y hoy he decidido quemarlos,
abrirles un agujero,
echarles tierra,
y dejarlos morir,
porque me he hecho esta pregunta ya varios días y es: ¿qué carajos gano yo, con tantos "ojalás"?
y la verdad es que nada.

He sido desdichada ya mucho tiempo.

Dejando acumular resentimientos,
el deseo que no les vaya tan bien,
no sin mi,
que me extrañen un poco.

Con el tiempo,
y en terapia,
entendí que es el cúmulo de todas mis inseguridades,
de nunca creerme suficiente,
de que los demás sientan mi ausencia,
de sentir que no hay nadie como yo,
de la necesidad de aprobación.

Ahora lo he entendido,
que hay caminos que no coinciden,
nuevas rutas,
nuevos planes,
y eso no tiene nada que ver conmigo,
de ser mejor o peor que aquella,
yo soy yo,
y ya.

He puesto en un papel aquellos nombres,
que he tenido atorado todos estos años en la garganta,
me he perdonado,
y los he soltado.

Y no solo eso,
he soltado todas esas etiquetas,
esas versiones de mi que resultaron ser el producto
de todos esos miedos y rencores que cargué por mucho tiempo,
pero ya no quiero ser ella.

Quiero soltar mi manía de siempre querer vivir en el mañana,
en los "por si acaso"
en los "tal vez"
quiero soltar el control
mi inseguridad
y todo lo que me impide convertirme en la mujer que quiero.

En la mujer que me haga sentir  orgullosa,
no para nadie más,
para mi.

Hoy soy una persona completamente rota,
que se derrumbó para armarse de nuevo,
de cero,
ha sido un camino durísimo,
pero he vuelto a andar,
por mi cuenta,
paso a paso.

Qué orgullosa estoy de mi.

Suelta Ale,
suelta,
y vuela.

miércoles, 5 de enero de 2022

Siempre.



Te voy a querer siempre,
ahora lo sé,
después de todos estos años
lo he asumido,
he dejado de intentar olvidarte,
porque ahora se que es tiempo perdido.

Acabo odiándote,
deseándote lo peor,
para darme cuenta que detrás de toda esa rabia,
estoy ahí,
queriéndote,
como el primer día.

Verte,
hablar contigo como si fuéramos amigos que por cosas de la vida,
dejaron de frecuentarse,
hizo que la realidad entrara como una fuerte cachetada:
te voy a querer siempre.

No te asustes,
tú y yo no somos definitivos,
y no por falta de cariño,
por falta de coraje,
porque nos excusamos que no puede volver a salir mal,
pero en realidad nos morimos de miedo de que salga bien,
y que ya,
que se acabó,
que no más camas,
no más noches de viernes,
no más bocas,
porque tú y yo,
hemos llegado a puerto seguro.

Que no,
que nos morimos de miedo.

Y eso,
te pido que no vuelvas,
a medias no,
a medias los amores de verano,
los vasos de whisky,
historias que nada tienen que ver con nosotros,
a medias no.

Que puede salir mal,
darnos cuenta que hemos llegado tarde,
que tu y yo ya no bailamos la misma canción,
pero eso jamás lo sabremos,
y eso,
eso sí que da un poco de pena.

Nos quedaremos a vivir en un eterno: "y si..."
pero yo he asumido mi cobardía,
espero lo hagas tú también,
que cualquier día que te pregunten por mi
respondas que te faltaron cojones,
nada más.

Ayer entre copas y risas,
hablé de ti,
a viva voz grité:
"que te iba a querer siempre,
y a la mierda todo"
-¿en serio? ¿después de todo este tiempo?
preguntaron,
*siempre.
atiné a responder.