Te voy a querer siempre,
ahora lo sé,
después de todos estos años
lo he asumido,
he dejado de intentar olvidarte,
porque ahora se que es tiempo perdido.
Acabo odiándote,
deseándote lo peor,
para darme cuenta que detrás de toda esa rabia,
estoy ahí,
queriéndote,
como el primer día.
Verte,
hablar contigo como si fuéramos amigos que por cosas de la vida,
dejaron de frecuentarse,
hizo que la realidad entrara como una fuerte cachetada:
te voy a querer siempre.
No te asustes,
tú y yo no somos definitivos,
y no por falta de cariño,
por falta de coraje,
porque nos excusamos que no puede volver a salir mal,
pero en realidad nos morimos de miedo de que salga bien,
y que ya,
que se acabó,
que no más camas,
no más noches de viernes,
no más bocas,
porque tú y yo,
hemos llegado a puerto seguro.
Que no,
que nos morimos de miedo.
Y eso,
te pido que no vuelvas,
a medias no,
a medias los amores de verano,
los vasos de whisky,
historias que nada tienen que ver con nosotros,
a medias no.
Que puede salir mal,
darnos cuenta que hemos llegado tarde,
que tu y yo ya no bailamos la misma canción,
pero eso jamás lo sabremos,
y eso,
eso sí que da un poco de pena.
Nos quedaremos a vivir en un eterno: "y si..."
pero yo he asumido mi cobardía,
espero lo hagas tú también,
que cualquier día que te pregunten por mi
respondas que te faltaron cojones,
nada más.
Ayer entre copas y risas,
hablé de ti,
a viva voz grité:
"que te iba a querer siempre,
y a la mierda todo"
-¿en serio? ¿después de todo este tiempo?
preguntaron,
*siempre.
atiné a responder.
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