Léelo escuchando: Die for you-The Weeknd.
Nunca he hecho algo precipitado,
alguna locura,
algo que no se alinee con mis planes.
Porque siempre he sido así,
la de las agendas,
la de los itinerarios,
me cuesta desprenderme del control,
pero eso tú ya lo sabes.
Tú eres diferente,
sin compromisos a largo plazo,
con esto: la vida es una sola,
y tu manía de oler siempre a cigarrillo.
Y me gustaba.
Esa forma de ver la vida,
tan distinta a la mía,
me provocaba hacerlo
¿sabes?
por primera vez
lanzarme a este viaje
total ¿qué puede salir mal?
Nos conocimos muy jóvenes,
nos enamoramos de verdad,
pero los dos nos negábamos a dar un paso al costado
para hacerle un espacio al otro.
Y no lo hicimos,
y el tiempo pasó.
Y nos convertimos en estas personas
tan diferentes de cuando teníamos veinte,
y la vida nos volvió a juntar,
cinco años después.
Yo,
con mi título universitario,
trabajo de oficina,
deudas,
y crisis existenciales,
tú con trabajos a medio tiempo,
tu guitarra,
y con una carrera a medias.
Culpo a las copas de vino,
y a mi manía de ver romance en todo lado,
después de una noche de reírnos como unos completos locos
me preguntaste ¿por qué no funcionamos?
a lo que respondí:
-no era el momento-
y muy serio me dijiste:
¿crees que hoy lo sea?
Cabrón,
sabías que eso era suficiente para tenerme como una idiota,
porque te quería,
y ahora,
no sé si alguna vez dejé de hacerlo.
Al día siguiente
llamaste a primera hora,
"hagámoslo,
descubramos qué podemos ser ahora"
y como contigo
yo siempre fui media inconsciente
te dije:
claro,
porque ¿qué podría salir mal?
Entonces pasaste por mi un viernes
cuatro de la mañana
con ninguna maleta y seis cervezas,
y sonaba The Weeknd de fondo,
"me van a despedir"
-te decía entre risas-
Apagamos los celulares,
mentimos sobre nuestra ubicación,
y terminamos en una playa cualquiera por tres días,
mirándonos,
riendo,
contándonos todo lo que había pasado
estos días en los que no hemos estado en la vida del otro.
Y pensé:
podría funcionar,
esta vez podría funcionar.
Hoy,
un año después
viendo tus camisas por el suelo
imaginaba que pude habérmelo perdido,
pudimos habernos perdido,
qué suerte que no lo hicimos,
porque ¿qué podría salir mal?