jueves, 4 de febrero de 2016

Cicatrices.

Que no te hagas tatuajes porque va a doler,
que eso lo usan las personas indecentes,
que de viejo se verán arrugados,
que te vas a arrepentir;
y un sinnúmero de estupideces más.

Pero nadie habla de las cicatrices que van a durarnos vida y media,
aquellas que nosotros no vimos venir,
aquellas que fueron hechas con el filo de un cuchillo,
sostenido por la persona por la cual nos  hubiéramos arrojado desde un quinto piso,
si así él lo quisiera;
pero de esas marcas, de esas nadie dice nada.

Y mejor así, porque te prometo que con el tiempo,
nadie se acuerda del dolor.

Recordamos haber aprendido andar en bicicleta,
y la hermosa sonrisa de nuestro padre cuando por fin llegamos a la meta,
pero no cuánto nos dolió los raspones en las rodillas.

Nos olvidamos de en cuántos pedazos es capaz de romperse nuestro corazón,
y nos convencemos día a día lo expertos que somos construyendo muros,
que a la final no sirven de un carajo;
porque ahi estamos, comos unos perfectos cojudos entregando el corazón en bandeja de plata

Así que cariño, hazte los tatuajes que se te venga en gana;
quiere,
equivócate,
y vuelve a intentarlo;
que ya estaré yo para saldar tus cuentas con el cielo;
entrega el corazón y deja que te lo hagan mil pedazos,
que yo te prometo que llegara alguien que te lo deje intacto;
déjate la piel marcada,
para que de viejo podamos sonreírle a nuestras cicatrices,
porque años pasados nos equivocamos tanto y tan bonito,
que como premio tenemos esas hermosas manchas de guerra.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario