miércoles, 21 de septiembre de 2016

Amistad.


Ir al cine sola,
almorzar,
caminar hasta la universidad
con tus audífonos puestos,
llevar a Bécquer en la cartera,
mientras los demás te miran extrañados:
al verte tan "sola".

Te critican porque a diferencia de la mayoría,
no tienes planes para este fin de semana,
nadie te ha escrito por días,
y no llegas ni a los 20 likes en tus fotos.

No sé,
¿consideraron que algunas personas
simplemente no tenemos ganas de
fingir que nos importan otras
que no tienen nada que ver con nuestros ideales?
¿por qué esa mala obsesión de
rodearse con gente que no se deja querer sin tapujos?

Sonriendo forzadamente,
dando besos al aire,
fingir interés en conversaciones
que carecen de sentido.

La verdadera amistad no está en el número,
sino en los detalles que no se ven
pero vaya que se sienten,
así que yo me quedo con esas poquitas personas que también se quedan conmigo.

Ya saben,
aquellas que te esconden el celular
mientras vas borracha
y te impiden mandar un mensaje
inadecuado,
que te dejan poner esa canción
que a todo el mundo aburre
pero tu tantísimo amas,
aquellas que viajan cientos de kilómetros
para desearte un "feliz cumpleaños"
sabiendo incluso que tu odias esa fecha,
esas personas que te conocen tan bien
que sonriendo te dicen: "estás mintiendo",
aquellas que te dejan ser tú misma
en el sentido más amplio de la palabra,
porque vamos,
que aguantarme a mí si que es verdaderamente jodido.

Me gusta estar sola,
desaparecer,
volver al rumbo,
pero
vale,
que la soledad es un poquito más bonita en su compañía.

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