Escribiré de ti,
y de tu mañia de tronarte los dedos cuando estás nervioso,
de agitar la cabeza cuando estás emocionado,
y de siempre querer llevarme la contraria así tenga razón.
Hablaré de tus quejas y reproches porque siempre soy la responsable de que la comida se queme,
de tu taza de café matutino,
y de ese perfume que tanto amo,
y que dejas impregnado en cada una de mis prendas.
Le contaré a todo el mundo de tus pecas y canas,
de tus abrazos,
y tu forma de besar;
les diré que aunque parezca exageración el mundo es un lugar más bonito desde que estás.
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