sábado, 31 de diciembre de 2016

Cuenta regresiva.


3,
2,
1.

Suelta,
perdona,
perdónate
sueña.

Quiero,
necesito pensar que sí se puede empezar de cero,
que aunque el pasado no se puede soltar,
ni obviar,
el futuro se puede cambiar.

Necesito creer,
que al igual que este año,
las lágrimas,
los errores,
los pedacitos en los que se partió mi corazón,
hoy,
también se marchan.

Esta noche,
he visto el cielo brillar,
los vecinos se han dado la mano,
y se han deseado un "feliz año",
mis padres se han dado un beso
al tocar la ultima campanada,
mi hermano me ha susurrado un "te quiero"
al oído.

Sí,
quiero,
necesito pensar,
que hoy,
es una nueva oportunidad para iniciar,
para olvidar,
para amar.

Porque estas letras
las escribo con lágrimas en los ojos,
porque me aterra pensar,
que el tiempo pasa,
que el mundo cambia,
que los corazones se separan,
y que el amor a veces,
también se acaba.

Me asusta imaginar
que el mundo se esta convirtiendo
en un pedazo de mierda,
que las noticias lo único que consiguen
es que yo me eche a llorar,
que los humanos,
hace ya bastante que perdieron su humanidad.

Quiero,
necesito pensar,
que la vida sí puede cambiar,
que los niños podrán ir de la manito,
pensando que en unos años
van a poder reír más.

Quiero,
necesito pensar,
que las personas se pueden arrepentir.
mejorar,
cambiar.

Escribiendo esto,
he pensado en Emilia,
en mi sobrina chiquita,
y he deseado que ella
viva como yo alguna vez lo hice,
sin miedo.

Mi deseo
es algo que no se puede envolver
y poner debajo de un árbol.

Si pudiera
quisiera que el mundo se callara,
que sonara una sola canción,
que las personas dejaran el celular por un rato
y miraran a los ojos a quien más quieren,
que una pareja de casados se diera un beso,
sin importar quien esté a su alrededor.

Yo solo quiero,
que al igual que yo,
esta noche
se decidieran ser felices,
ojalá que esos propósitos
que has escrito para año nuevo,
te lo propongas a cumplir un martes cualquiera.

Este no es un "borra y va de nuevo",
porque y ojalá la vida fuera tan fácil,
pero no,
no podemos pretender que el pasado no ocurrió,
porque las personas también tenemos raíces,
y las mías vienen de un pueblo
en donde nadie se rinde,
donde todos nos conocemos,
donde el sol hace su entrada triunfal a las seis de la mañana,
y las olas de vez en cuando,
parecen susurrarte algo al oído.

Aún me parece irreal
que el año ya ha acabado,
y que yo realmente no he hecho absolutamente nada,
¡que más da!
ahora tengo 365 oportunidades para hacerlo diferente.

Así que,
en sus marcas,
listos,
vuela.


martes, 27 de diciembre de 2016

Partidas.


En la vida nada pasa porque sí,
y eso, lo he aprendido a la fuerza,
cada persona.
cada camino,
cada decisión,
cada error,
pasa por algo,
para iluminarnos u oscurecernos de alguna manera.

Han pasado ya algunos meses,
es el tiempo suficiente para que uno pueda entender muchas cosas.

Cuando partiste,
me dejaste muchas dudas,
no porque no lo haya visto venir,
uno siempre sabe cuándo un corazón le deja de pertenecer.

Y el tuyo,
la verdad,
nunca fue mío,
y no te culpo.

Tampoco a mí,
ya no.

Es que han pasado ya muchos meses,
y he aprendido un montón,
he conocido mucha gente,
he degustado platos que juré jamás probar,
he leído nuevos libros,
he tenido nuevas pláticas,
a todos les termino hablando de ti.

Confieso que a veces te cambio el nombre,
le pongo otro fin a la historia,
y les digo que soy feliz.

A veces es cierto,
pero solo a veces.

Te confieso que he probado otros besos,
que he vuelto a sonreírle a otra mirada,
y que a veces me pongo nerviosa cuando alguien
me halaga,
he vuelto a sentir.

Bailo mucho,
lo sigo haciendo fatal
déjame decirte,
sigo cantando,
ahora escribo,
ya no eres tú el único que me lee,
¿lo recuerdas?
dime que sí,
cuando de la nada yo saltaba del sillón
y te decía:
"mira que hay cosas bonitas en la vida,
y yo me he topado con una"
el primer poema
que intenté hacer
fue aquel en el que describía
la magia de tu sonrisa,
jamás te lo leí,
no lo he vuelto a tocar,
no puedo.

Te agradezco todo,
el haber venido,
el haberte ido,
el no haberme querido,
todo.

Me dejaste las letras,
que últimamente es lo más bonito que tengo,
me dejaste un cariño enorme,
el propio.

Tal vez no sea nuestro momento,
y tal vez nunca lo sea,
no lo sé,
no te voy a estar esperando tampoco,
porque no es justo.

Pero si en serio somos nosotros,
encontrarás el camino de regreso
tu bien lo conoces,

Y si en algún momento
nuestras manos vuelven a enlazarse,
te prometo
cariño,
que no las suelto jamás.

lunes, 26 de diciembre de 2016

Carta.


Estoy escribiendo esto
en medio de los regalos
que alguna vez me hiciste,
entre el abrigo que me prestaste
aquella noche helada,
escuchando
Photograph,
mientras destapo una cerveza,
tu favorita.

¿Que te diré?
contigo
las palabras me quedan cortas,
las miradas siempre hablaron de más,
cuando de nosotros se trataba.

Me hacías feliz ¿sabes?
eras calma,
paz,
eras lo que yo siempre había deseado.

Eras.

La tormenta pasó,
las noches de echarte de menos,
acabaron,
logré borrar tus mensajes,
tu número,
pero
¡qué putada!
los recuerdos siguen intactos.

No es que hayas sido perfecto,
no lo eras,
eras un idiota
la verdad,
pero me viste,
me miraste
como nunca nadie antes lo hizo.

"Ya encontrarás
alguien a tu altura,
te lo mereces todo."
-me decías-
yo en ese instante
debí haber sabido que tú no tenias
planeado quedarte.

Pero es que me tenías ciega,
tonta,
me tenías completamente
loca por ti,
y yo que siempre presumía
mi cordura.

Mi karma,
te decía.

Porque todo lo que sufrí
me lo tenía bien merecido,
o no lo sé,
creo que el amor no se trata de eso,
pero es que yo de sentimientos
sé muy poco.

Estoy sanándome,
y todo está saliendo a la perfección,
me estoy conociendo,
ahora tengo claro lo que quiero,
mejor aún,
lo que merezco;
y esto no es.

Ya se acaba el año,
y con el,
esto de quererte también.

sábado, 24 de diciembre de 2016

Diciembre


Apaga las luces,
que los regalos no se vean,
que nadie note los espacios vacíos en la mesa,
que hoy la dieta no sea una excusa.

Aparta la mirada del celular,
no esperes mensaje alguno,
canta un villancico.

Piensa en lo que tienes,
no en lo que hace falta,
imagina sonrisas
y no más lágrimas,
cierra los ojos,
pide un deseo:
ser feliz.

Que a mi también la vida
me ha tratado mal,
yo sé lo que es derrumbarse
rogarle que por favor pare,
pero que vale la pena,
la vida
siempre merece la pena.

Piensa
en las primeras fiestas en aquel balcón,
en tu primer amor,
en la vez que juraste no volver a beber,
en la sonrisa de tu mejor amiga,
en tu bar favorito,
en aquella persona que sin proponérselo hace mejor tus días,
en los lugares que conociste,
en los que mueres por visitar.

Esfuérzate,
lucha,
levántate,
que nadie más lo hará por ti.

Alza la cabeza,
que aún quedan muchos motivos
por los cuales seguir,
y si no es así,
pues crea otros.

Encuentra lo que te haga sonreír,
y vive por ello,
vive,
porque morir es más fácil,
hazlo por aquellos que no pueden,
por ellos que ya no están,
se lo debes.


domingo, 18 de diciembre de 2016

Buena suerte.


Hay sucesos que sin pensarlo,
de repente lo cambian todo.

Hay personas que llegan a tu vida para ponerla de cabeza.

Son microsegundos para que pase,
una mirada,
una sonrisa,
un camino equivocado,
y de repente,
hasta despertar ya no es lo mismo.

Puedo asegurarte,
que desde ese día,
hasta verte en el espejo,
será diferente.

Yo no sospechaba que alguien como tú,
podría llegar a desordenarlo todo,
quién diría que el destino iba a jugar a mi favor aquella noche.

Ni siquiera debí haber estado en ese bar
aquel viernes,
pero como la vida es un tanto graciosa,
y quería darme una lección,
te conocí.

Entre errores,
y risas,
y cerveza,
y música,
acabaste consiguiendo mi número.

Un jueves cualquiera te vi pasar por mi casa,
llevabas café y un poco de prisa;
te veo el sábado dijiste,
y te marchaste.

Eras extraño,
o eso me decía,
todos los días.

Yo ni sospechaba que tu sonrisa
estaba cavando un lugar directo hacia mi corazón,

Es extraño,
como dos piezas tan diferentes
encajan a la perfección.

Solía decir que yo no sabía querer,
no porque nadie antes había querido quedarse,
era porque yo nunca antes había querido que alguien lo haga,
es que eras tú;
maldita sea,
solo tú.

Amuleto de la buena suerte,
empecé a llamarte,
desde que llegaste,
todo parece salir bien,
y si no es así,
pues,
ya no importa,
tú estás aquí.

¿Cómo es que alguien como tú estuvo sola tanto tiempo?
-me preguntaste un domingo-
Te esperaba
-respondí-

domingo, 11 de diciembre de 2016

Rueda moscovita.




He dormido todo el día,
no quiero despertar,
no quiero abrir lo ojos,
y ver que al igual que ayer,
hoy,
tampoco estás.

La vida no para de girar,
"es como una rueda moscovita"
me dijiste un día;
entonces yo debo ser
de las que está en los vagones
de abajo,
a punto de estrellarse contra el piso.

Estoy mareada,
el tiempo corre muy deprisa;
qué ganas de pedir que se detenga.

Todo ha cambiado,
tú,
yo,
un nosotros que ya no existe;
ambos lo matamos.

No has sido el primero en irte,
pero si él que más ha dolido,
hoy me encontrado con tu aroma,
he vuelto a llorar.

Respiro,
no me toca más que esperar,
que pronto sea mi turno,
de subir.


miércoles, 7 de diciembre de 2016

¿Que por qué escribo?


Irónicamente todo empezó un jueves por la tarde,
cuando mamá llamó a que le ayudara con la comida,
yo siempre he sido un desastre en eso;
y después de varios intentos,
mi mamá entre risas dijo:
"mejor, prepara la mesa".

Después de tantas risas en el comedor,
mientras mi papá ponía a cada rato
la misma canción de Miguel Bosé que tanto le gusta,
yo subí a mi habitación y escribí entre mis notas:
"estoy y soy feliz, ya está".

Desde ahí,
cada lágrima,
cada risa,
cada ataque de ira,
lleva impresa una frase.

Luego crecí,
y las letras se volvieron más fáciles de hacer,
pero más difíciles de entender.

Crecí,
y ahora cada palabra que retrato
es un salvavidas para no ahogarme.

Esta soy yo,
sin poses,
sin disfraces,
sin mi manía de querer hacerme la fuerte.

¿Que por qué escribo?
Porque caso contrario,
lloraría mucho.

domingo, 4 de diciembre de 2016

Estoy muriendo porque vuelvas.


Hoy estuve ordenando mis libros,
y me encontré
con el que me regalaste un martes cualquiera,
olvidé que te estaba olvidando.

En medio de tanto desastre,
te encontré,
en cada abrigo,
en cada nota olvidada,
en cada botella de cerveza
sin abrir.

Qué manera de decir que te extraño,
pues sí,
te extraño.

Es muy gracioso,
cada vez que avanzo diez pasos,
siento que retrocedo quince,
mis pies aún buscan tu rastro.

Mi cerebro
ya no se conecta con nada,
mi corazón,
mi piel,
mis dedos,
todo,
absolutamente todo,
terminan regresando a ti.

Te diré
que aunque he tratado,
tu sonrisa sigue sonando en mi cabeza,
tus bromas aún consiguen hacerme reír,
así no seas tú quien me las cuente.

Sé estar sin ti,
o eso creo.

Pero es que te lo llevaste todo,
mi canción favorita,
mi serie predilecta,
mis libros,
mis ganas de querer,
te las llevaste.

Quiero que vuelvas,
pero solo si lo haces para quedarte,
para quedarte en serio.
que a medias,
ya no quiero nada.

Estoy muriendo porque vuelvas,
a ver esa película de la que tanto hablamos,
a que me enseñes a cocinar,
a que manejes por mí,
a que me escuches cantar.

Esa carta que dejaste a medias,
sigue en mi cómoda
esperando a que seas tú quien la termine.

Todos mis escritos
terminan en puntos suspensivos,
no estas tú,
para acabarlos.

Estoy muriendo porque vuelvas,
pero esta vez,
te toca a ti regresar.