He vuelto a casa y te he encontrado.
En el bar de nuestra primera cita,
en el atardecer de nuestro primer beso,
en el semáforo en rojo cuando hablábamos de un futuro juntos.
He vuelto a casa y todas las calles llevan tu apellido.
Es más fácil ¿sabes?
haber empezado en una ciudad nueva
donde ningún lugar se haya inundado
nunca de tu risa.
Pero vuelvo a casa,
y hasta parece que vuelvo a escucharte,
a ti y a tu guitarra.
Si supieras que este año ha sido el que más lágrimas me ha hecho derramar,
tal vez estuvieras a lado mío
enseñándome a caminar de nuevo,
tal vez todo pesara menos contigo.
Pero no estás y el mundo se me cae,
y quiero rendirme,
y deseo tanto un día en el que pueda
darme el lujo de perder,
pero se que no puedo.
Y no estás.
Y todo es más difícil así.
Ojalá no la estés pasando mal,
ojalá en tu vida esté encendido el sol,
ojalá estés cumpliendo tus sueños,
ojalá me estés echando de menos.
Ojalá lo tengas absolutamente todo,
y aún así te esté faltando yo.
Porque a mi me haces falta,
muchísima falta.
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