domingo, 23 de octubre de 2016

Mi pedacito de cielo.


He regresado al cuarto que solía compartir con mi hermana,
siguen intactos los regalos que alguna vez me dieron mis amigas,
aún está el retrato que algún artista dibujo para mí,
están mis vestidos con los que solía ir a los quinceaños,
mis primeros zapatos de tacón,
mi primer carta de amor,
la guitarra que nunca aprendí a tocar.

Han pasado dos años,
y todo sigue igual;
incluso el inmenso nudo en la garganta que se me forma
cada vez que me toca partir,
siempre me preguntó:
¿algún día será fácil?

Ojalá el hogar entrara en una maleta,
me llevaría la playa,
el paisaje de las cinco de la tarde,
el bolón de desayuno,
el encebollado del cementerio,
la cerveza con mi papá,
la conversación con mi madre,
los jueves de The Voice,
empacaría mi corazón,
se niega a irse conmigo
cada que me toca volver a la estación.

Hogar siempre será el lugar donde tengo guardados mis cd's de Maroon5,
donde tengo esas fotos de niña que tanto me avergüenzan pero que mi mamá se niega botar,
donde guardo mis primeros libros,
mis diplomas del colegio,
las medallas de mérito académico.

Hogar es ese lugar que te conoces de memoria,
donde habitan personas que te hacen sentir en casa,
donde no hay cine,
donde si vas a algún lugar
te encuentras al vecino de tu amigo de la niñez,
y no puedes evitar saludarlo
con una sonrisa en el rostro.

Hogar es ese pedacito de cielo, al cual siempre voy a querer regresar.

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