miércoles, 31 de mayo de 2017

Maga


Señorita de copas,
te dije una vez;
irónicamente
solo te he visto con trago en mano.

Es para los nervios,
me dijiste;
entonces tu vida debe estar patas arriba,
al parecer.

No te gusta llamar la atención,
me confesaste un día,
qué extraño,
el piso tiembla
cuando eres tú
la que entra a cualquier lugar.

No sabes coquetear,
pero no lo necesitas,
el guiñar un ojo,
la sonrisa pícara,
el decir que "sí" a todo,
es para aquellas chicas
que no tienen la mitad de la magia,
que desprendes con solo decir
"esta vez no me apetece"
cuando un patán
con aires de galán
piensa que puede hacer contigo,
lo que se le antoje.

Y sueñas,
sueñas un montón;
estás segura que puedes encontrar el amor,
el verdadero,
ese del que todos hablan,
solo si te esfuerzas más,
un poco más.

Quédate quieta morena,
deja de saltar,
de gritar,
y de querer llamar la atención
de quien no te ha mirado a ver,
no la merece,
tú no necesitas eso.

No te das cuenta
que cuando tu cabellera negra danza,
todos se sientas a admirarla,
que hasta las más guapas
se preguntan cómo es que consigues
ese rojo en tus labios.

Que tus lágrimas son más saladas,
porque por ahí cuentan
que se esconde la magia de verdad,
y es por eso que lloras demasiado,
me gustaría que no fuera así.

Y eres muy torpe,
y a veces no entiendo
la humanidad que escondes debajo de ese escote.

Pero te niegas a mostrarla,
estás harta de tanto daño,
y no te culpo.

¿Quieres que te cuente un secreto?
las personas no están listas para tanto hechizo,
lo siento,
pero es así,
guarda esos pasos de baile,
esas canciones de Morat con las que solías viajar
a mundos,
que ni yo,
he podido descubrir.

Deja de mostrar tu magia,
a quien no se lo merece,
la van acabar robando,
porque hasta yo,
me he visto tentada.

Cuídate morena,
que nadie sepa,
que debajo de esa sonrisa,
se esconde
la verdadera receta de la felicidad.

domingo, 28 de mayo de 2017

Habilidades


Hay cosas que me salen bien,
llorar,
por ejemplo,
soy la persona más sensible
de todo el mundo.

Siempre lloro,
aún cuando no debería,
por quien no debería hacerlo.

Se me da bien leer,
hace dos años,
con el corazón completamente roto,
no hacía nada más que leer,
por ahí dicen,
que tu mente viaja por otros mundos,
y yo lo que necesitaba en ese momento era desaparecer.

Se me da bien corear
todas las canciones de Alborán,
cuando manejo,
cuando me ducho,
cuando intento hacer deberes,
cuando me rompo,
cuando me reconstruyo,
siempre.

Se me da bien hablar,
siempre lo hago,
tengo una opinión con respecto a todo,
normalmente siempre es equivocada,
pero igual,
no dejo de hacerlo.

Se me da bien tropezarme mil veces,
literal y metafóricamente hablando,
porque siempre he sido muy torpe,
y con mis sentimientos es otra historia también,
elijo las peores piedras
para poner el pie,
y el corazón;
pensando que solo yo,
puedo salir ilesa,
me equivoco,
siempre.

Algunos dicen que se me da bien escribir,
y eso creo;
últimamente lo hago mucho,
¿por qué?
ni idea,
creo que es porque no sé coser,
y algo tuve que inventarme para repararme.

Esto nunca se me ha dado bien,
pero por ahí me dijeron que al parecer he aprendido,
que tú me enseñaste.

Creo que cuando me pregunten por mis habilidades
en mi currículum vitae,
pondré eso de quererte,
pero no a todo,
ni a todos,
a ti;
porque me sale bien,
porque con respecto a ti,
todo me sienta bien.

Me he convertido en todo lo que alguna vez juré nunca ser,
a todas aquellas que alguna vez dije ridícula,
lo siento,
ahora entiendo,
mi mejor amiga tenía razón cuando dijo: "ya te llegará Alejandra"
creo que pensaba en ti,
cuando me lo decía.

Quererte es de esas cosas que hago sin darme cuenta,
no es que lo haya planeado,
o que rondes por mi cabeza todo el tiempo,
porque no hace falta,
solo pasa,
y tú me pasas.

Como lo más natural del mundo,
como despertarme y preparar café,
como escuchar "she will be loved" antes de salir de casa,
como todo aquello que me hace tan feliz,
sin necesidad de esfuerzo siquiera.

jueves, 25 de mayo de 2017

Cobarde.


Amante al amor ajeno,
me dijiste una vez.

Que sí,
que me emociono mucho con los libros,
que no puedo vivir sin películas románticas,
y que soy una loca enamorada del amor.

Cuando no se trata de mí.

Aún no entiendo cómo logro hablar tan bien del amor,
si mis historias han sido más cortas,
que las fábulas que solía contarme mamá de niña,
y ya,
un par besos,
varias cervezas encima,
y al otro día finjamos que aquí,
no ha pasado nada.

No es que nunca he querido,
no,
lo he hecho,
pero en reacciones soy muy lenta,
y siempre tiendo a huir,
¿por qué?
no me lo preguntes
que ni yo lo entiendo.

Darme cuenta que he tomado la decisión incorrecta
cuando he salido corriendo
a tomar el primer autobús que me aleje de él,
regresar,
y darme cuenta que él también se ha marchado.

No lo culpo.

Ahora no.

Es decir ¿cómo luchar por mi?
si siempre soy yo la que apuesta
a que me van a perder.

En una de las tantas borracheras,
como el mejor ejemplo de mujer despechada,
me dediqué a quejarme de mi vida amorosa,
sin ningún intento de ser sutil,
Gabriela gritó que todo eso,
había sido mi culpa.

Cobarde
-me dijo esa vez-
porque te gusta lo sencillo,
porque estás esperando que alguien luche
y forme parte de tu hermosa
historia de ensueños,
pero tú no te atreves a ni siquiera
abrirle la puerta.

"Criticas al amor a distancia
porque tú nunca te atreverías a tener uno,
a los chicos con mala fama,
ni los regresas a ver,
porque estás segura que no cumplirán con tus expectativas,
a todo aquel que tenga un pasado difícil de cargar,
lo descartas de inmediato."

"Y te autodenominas romántica empedernida,
y suspiras,
y lloras,
y te enamoras cientos de veces;
pero cuando se trata de dar la cara por alguien,
agachas la mirada,
y te escondes en los mismos libros de siempre,
porque así eres"

Y aunque me sentí ofendida,
era cierto,
todo aquello,
era muy cierto.

Me preocupa pensar
que el escudo de autodefensa
que yo misma he construido
no se derrumbe jamás,
que pierda tantas tantísimas oportunidades
por este absurdo miedo
a que me lastimen.

No lo sé.

Una vez me dijeron que la persona indicada,
te va a perseguir hasta en la China si es necesario;
pienso
que la persona correcta
me va a quitar todas las ganas de correr,
porque en sus brazos encontraré lo que no podré tener
en ningún lugar del mundo.

Tal vez,
quizás,
Gabriela sí tenga razón,
que esta vez,
me toca a mí
sacarte a bailar.

martes, 23 de mayo de 2017

Es mi turno.


Esta vez me toca a mi.

Creo que es hora de equivocarme,
pero estrellarme de verdad,
contra un muro si es necesario.

Durante mucho tiempo,
tuve tanto miedo,
cerré las puertas tantas veces,
que como recuerdos
me quedaron,
mis típicos:
"que hubiera pasado si..."

Las dudas me asaltan
en los momentos menos esperados,
la soledad
a veces me atormenta
solo para recordarme
que hay veces
que el marcador estuvo a mi favor,
pero no aposté.
así que perdí.

No sé por qué tengo tanto miedo,
a mi,
nunca antes me han herido,
no es que tenga cicatrices sin sanar,
o que haya crecido en una familia disfuncional
y por eso se me de tan bien
eso de desconfiar.

No,
yo siempre lo tuve todo,
y tal vez ese sea el problema.

Me han querido,
me han querido bien;
tengo mi recámara llena de regalos,
una lista de reproducción
en donde Adele encabeza la lista,
con todas esas canciones que alguna vez me dedicaron.

No me arrepiento de nada,
cada persona que llegó a mi vida,
me dejó algo,
y también se llevó una parte,
y eso no es que esté mal.

Pero he crecido,
o tal vez mi corazón
ya se está cansando de tanto desperdicio,
ya no quiere volver a fallar.

Ya no busco quien me quiera,
sino alguien a quien valga la pena querer,
alguien que me haga buscarlo con la mirada,
que me deje en la nada,
cada que se vaya.

Ya no quiero tocar el corazón de nadie,
sino alguien que por fin despierte el mío.

Quiero alguien a quien escribirle,
a quien imprimirle cada una de mis letras,
alguien que se sienta afortunado
por el hecho de que yo lo quiera,
porque no encontrará en el mundo
alguien que lo haga a mi manera.

jueves, 18 de mayo de 2017

No quiero gustarte.



No quiero que digas que te parezco guapa,
que presumas mi inteligencia,
o que te emociones porque te contesto rápido los mensajes.

No quiero que te gusten mis actitudes,
o mi risa,
o mis lunares,
o lo bien que me lucen las ojeras.

No quiero que presumas con tus amigos,
o que ellos digan que no me dejes ir,
no quiero que andes diciendo que soy especial,
y que te gusta mi forma de pensar.

No quiero gustarte,
no quiero ser una de tus respuestas,
como cuando alguien te pregunta:
¿y te gusta la cerveza o prefieres el tequila?
¿o la morena de allá, o la rubia de acá?

Algo así como: me gustaba el frío,
ahora prefiero el calor,
porque me ha pasado.

Lo que me gusta depende de mi humor,
o que tal ha ido mi día,
tal vez hoy tenga ganas de café,
y mañana se me antoje vodka.

Porque así es, y así soy.

No quiero formar parte de tu lista de pasatiempos,
quiero que pienses en mí,
cuando te pregunten de algo que te apasiona,
como cuando me preguntan de los amores de mi vida,
y yo sin lugar a dudas respondo: mis libros.

Quiero importarte,
quiero que tengas ganas de cuidarme,
así sepas bien que yo no lo necesito,
quiero que desees conocerme todos los benditos días,
así despertemos en la misma cama durante varios años.

Quiero que le digas a todo el mundo que me quieres,
no por lo que soy,
o por lo que ven,
sino por lo que te hago sentir.

Porque en el mundo no encontraras a alguien que te haga sentir de esa manera.

Porque te erizas cuando canto,
porque te da ganas de llorar cuando intento ayudar a alguien,
porque no puedes esconder tu sonrisa cuando leo algún poema
y entre letras, no puedes evitar encontrarte.

No quiero que me prefieras antes que al resto,
sino que no te quepa en la cabeza estar con alguien más,
ni por muy bonita que sea,
ni por muy inteligente que parezca;
no porque yo sea muy distinta a las demás,
o porque creas que soy especial,
porque lo intento,
porque todos los días te intento.

No quiero gustarte porque te pongo nervioso,
o mi presencia te deja sin aire,
quiero que me quieras
porque te hago sentir tranquilo,
porque soy paz
en medio de tanta tormenta.

Quiero que nunca sepas qué hacer conmigo,
ni tampoco,
qué hacer sin mi.

domingo, 14 de mayo de 2017

Háblame


Ven,
cuéntame qué te preocupa,
dime si le tienes miedo a las alturas,
si te asusta la oscuridad,
si sufres de insomnio,

Cuéntame,
por qué lloraste esa vez
cuando tenías diez años,
por qué continuas llorando
cuando nadie te mira.

Dime qué te preocupa,
a quién extrañas,
y por qué ya no quieres enamorarte.

Quiero saber si te gusta la pizza,
si al igual que yo,
no puedes vivir sin el café,
si te puedo invitar a una copa de vino
y si mientras me cuentas de tus pasatiempos
predilectos,
puede sonar Vicente García sin que te moleste.

Cuéntame de aquel concierto que aún consigue hacerte sonreír
cuando lo recuerdas,
háblame de tu primer amor,
y  lo que hiciste luego de que te rompieron el corazón.

Háblame de tus borracheras,
a quien llamabas ebrio los viernes noche,
y si te gusta el whisky sin hielo.

Háblame,
dime qué es lo que odias,
por qué se te hace extraño
escuchar un "te quiero"
por qué no confías en que lo hago,

Mírame por un ratito,
y dime qué amas de ti,
qué es lo que detestas,
y que fue lo que pensaste la primera vez de mi.

Y tomaremos cientos de cervezas en la terraza,
y me dirás que te gustan las luces de la ciudad,
que detestas conducir por el tráfico,
y que no sabes que hacer para que me quede.

Háblame todo el día,
toda la noche,
háblame,
no dejes de hacerlo.

Yo estaré para escuchar.

Dime si prefieres la playa,
antes que las montañas,
cuál es el país al que sueñas ir,
por qué aún no has salido de casa,
y si sabes hablar inglés.

Prometo disfrutar de vez en vez,
de un partido de fútbol,
vestir de azul,
y gritar los goles de tu equipo favorito.

Empezar a ver Suits,
reírme con How I met your mother,
mirar mil veces tus películas favoritas,
y aprenderme ciertas canciones que te gustan.

Disfrutaré de lo que tú disfrutas,
porque
cómo no ser feliz con lo que te hace sonreír
de vez en cuando

Háblame.

Dime qué canción te hace bailar,
y ofreceme un show privado,
que te rías,
que me ría;
que nos duela las mejillas de sonreír tanto,
que nos duela el cuerpo de sentirnos tan cerca,
que no podamos concebir otra idea para querernos mejor,
porque no la habrá.

Ven,
abrázame,
no tengas miedo,
te voy a tocar las heridas,
las voy a vendar,
a curar,
a sanar,
volverás andar,
lo prometo;
y si te quedas aquí,
está bien;
y si te vas,
también estará bien.


lunes, 8 de mayo de 2017

Y me miras



Me miras con esos ojitos cafés
y respondo que: "sí"
cuando me preguntan
si tengo algún vicio.

Y te ríes,
y me haces reír,
y pienso que podría pasar así,
el resto de mi vida.

Es curioso como la vida cambia de repente,
como todo parece brillar,
después de pasar tanto tiempo a oscuras.

Ahora que estás,
parece que por fin me estoy aprendiendo a conocer,
es extraño como pareces saber siempre lo que pienso,
sin ni siquiera tener idea
de todo lo que pasé
antes de que llegaras.

Y me miras,
y haces una mueca graciosa,
y me dices: "te quiero",
y yo sonrío,
porque sigo siendo pésima en demostrar lo que siento.

Pero aún así,
me sigues mirando,
y no esperas un: "yo tambíén",
porque lo sabes,
porque estas seguro que yo también lo hago.

Y me miras,
mientras estoy en pijama,
cuando me siento enferma,
o cuando he terminado de llorar;
y juras que sigo siendo preciosa.

Me dices que soy la persona que has estado esperando
toda tu vida,
y yo no entiendo
por qué.

Y me miras,
y en serio me miras,
y parece que el mundo de repente desaparece,
porque estas tú,
y me estas mirando.




miércoles, 3 de mayo de 2017

Se me antoja.


Se me antoja un amor de pocos besos,
y millones de abrazos;
de esos que se te escapan risas
en los lugares menos apropiados.

Se me antoja ser libre en unos brazos,
caerme mil veces,
para emprender el vuelo a su lado.

Se me antoja un domingo de películas,
sábado de teatro,
viernes de cervezas.

Se me antoja un amor que no se deje atrapar por la rutina,
que nunca cumpla aniversarios,
y que jamás celebre San Valentín.

Se me antoja un amor que ya no existe,
pero que nosotros lo inventemos si es necesario.

Que me mires y te rías,
que te acerques,
y yo tiemble.

Se me antoja conciertos privados,
que disfrutes de mi voz desafinada,
y que no nos cansemos de bailar,
así no suene música en el fondo.

Que no cumplamos con ningún estereotipo que establezca la sociedad,
que ellos no entiendan cómo lo hacemos,
cómo es que nos queremos tanto,
porque ni tú, ni yo;
sabremos la respuesta.

Quiero alguien que le guste viajar,
que le guste ir a cenar,
que adore el vino,
que ame vivir,
y que quiera hacerlo junto a mí.