Ven,
cuéntame qué te preocupa,
dime si le tienes miedo a las alturas,
si te asusta la oscuridad,
si sufres de insomnio,
Cuéntame,
por qué lloraste esa vez
cuando tenías diez años,
por qué continuas llorando
cuando nadie te mira.
Dime qué te preocupa,
a quién extrañas,
y por qué ya no quieres enamorarte.
Quiero saber si te gusta la pizza,
si al igual que yo,
no puedes vivir sin el café,
si te puedo invitar a una copa de vino
y si mientras me cuentas de tus pasatiempos
predilectos,
puede sonar Vicente García sin que te moleste.
Cuéntame de aquel concierto que aún consigue hacerte sonreír
cuando lo recuerdas,
háblame de tu primer amor,
y lo que hiciste luego de que te rompieron el corazón.
Háblame de tus borracheras,
a quien llamabas ebrio los viernes noche,
y si te gusta el whisky sin hielo.
Háblame,
dime qué es lo que odias,
por qué se te hace extraño
escuchar un "te quiero"
por qué no confías en que lo hago,
Mírame por un ratito,
y dime qué amas de ti,
qué es lo que detestas,
y que fue lo que pensaste la primera vez de mi.
Y tomaremos cientos de cervezas en la terraza,
y me dirás que te gustan las luces de la ciudad,
que detestas conducir por el tráfico,
y que no sabes que hacer para que me quede.
Háblame todo el día,
toda la noche,
háblame,
no dejes de hacerlo.
Yo estaré para escuchar.
Dime si prefieres la playa,
antes que las montañas,
cuál es el país al que sueñas ir,
por qué aún no has salido de casa,
y si sabes hablar inglés.
Prometo disfrutar de vez en vez,
de un partido de fútbol,
vestir de azul,
y gritar los goles de tu equipo favorito.
Empezar a ver Suits,
reírme con How I met your mother,
mirar mil veces tus películas favoritas,
y aprenderme ciertas canciones que te gustan.
Disfrutaré de lo que tú disfrutas,
porque
cómo no ser feliz con lo que te hace sonreír
de vez en cuando
Háblame.
Dime qué canción te hace bailar,
y ofreceme un show privado,
que te rías,
que me ría;
que nos duela las mejillas de sonreír tanto,
que nos duela el cuerpo de sentirnos tan cerca,
que no podamos concebir otra idea para querernos mejor,
porque no la habrá.
Ven,
abrázame,
no tengas miedo,
te voy a tocar las heridas,
las voy a vendar,
a curar,
a sanar,
volverás andar,
lo prometo;
y si te quedas aquí,
está bien;
y si te vas,
también estará bien.
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