jueves, 26 de diciembre de 2019

Querido 2019


Querido 2019.

Has sido un maldito hijo de puta.

Pero gracias.

Ha sido el primer año,
en el que por primera vez.
sentí el corazón verdaderamente roto,
noches sin dormir,
lágrimas imprudentes,
manos nerviosas,
la cabeza jugándome malas pasadas.

Domingos oscuros,
pasar horas en el baño,
respitiéndome que puedo,
que voy a poder,

Y mira que sí.

Dejé de contar con personas que si me ponían a elegir,
yo me quemaba las manos por ellas.

Y lo hice,
y ellas jamás me rescataron.

De enero a junio,
viví una vida,
y de julio a diciembre una completamente diferente.

Me sorprendí pagando deudas,
haciendo planeas a futuro,
ahorrando para mi viaje soñado.

Me sorprendí usando tacos,
chaquetas,
y corriendo por llegar temprano al trabajo.

Me sorprendí viéndome mayor.

Y nadie, jamás me advirtió lo difícil que iba a ser.

Me encontré rechazando cervezas,
encuentros casuales,
citas,
y personas intermitentes.

Me encontré,
a mí.

Sentada, leyendo un poemario,
escribiendo cosas sin sentido.

Me sorprendí riéndome como una loca,
después de haber pasado noches llorando..

Y había vuelto a bailar,
a tomar vino,
y a usar vestidos.

Me reconstruí,
solita.

Y aunque sigo rota,
también me crecieron piezas diferentes,
partes que componen algo que sigue siendo bonito,
y fuerte,
y valiente.

Y así me siento.

Querido 2019,
no te voy a extrañar ni un poquito,
pero gracias,
gracias por lo que me enseñaste,
por lo que te llevaste,
y por lo que se quedó.

E infinitas gracias por gritarme a viva voz,
lo mucho que valgo,
lo hermosa que soy,
y lo valiente que puedo llegar a ser.

Y eso,
muchas gracias.

lunes, 16 de diciembre de 2019

Eres..


Te veo a ti,
y veo todo el conjunto de cosas que me gustan,
los días soleados,
la cerveza helada,
la música en el carro.

Te veo a ti,
y eres todo lo que algún día pedí,
lo que llorando dije que merecía.

Eres un viaje de carretera
sonando mi canción favorita.

Eres el sonido de las olas del mar a las cinco de la tarde.

Eres paz.

La tranquilidad de despertar
y verte ahí,
queriéndome
como ayer,
como mañana,
como todita la vida.

Tú me vuelves cuerda,
atada a tu cintura,
me das equilibrio,
estabilidad.

Que no me mueves el piso,
que me calmas el corazón.

Y ahora estoy segura
que estar en paz
es muchísimo mejor que estar feliz.

Y tú,
tú me das las dos.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Conversación de whatsapp, parte III.


-¿Cuándo fue la última vez que te enamoraste?
*No me he enamorado aún.
-¿Debería sentirme ofendido?
*Probablemente.

Nunca fui de coleccionar amores,
de citas,
y encuentros casuales.

Llena de relaciones cortas,
noches largas,
y viernes interminables.

Siempre fui de vuelos,
altos y largos.

Mujer independiente
-decía yo-
una miedosa
-diría mi madre-

De mis amigas,
la soltera del grupo,
la que nunca habia festejado un San Valentín,
ni aniversarios,
ni beso de año nuevo,
ni nada de esos clichés.

Libre
-me repetía una y otra vez-

*Compré gorros iguales para usarlos esta Navidad.
-Tenemos abrigos, guantes e incluso camisetas para estas festividades.
*Estoy emocionada.
-Aún no puedo creer que nunca hayas celebrado nada en pareja.
*Pues créelo.
-¿Debo asustarme para cuando llegue San Valentín?
*No celebro ese tipo de festividades, pero para Halloween tengo una idea increíble.
-Okey por primera vez aceptaste que vamos a durar más de un año, hemos avanzado.
*Probablemente, pero por si las dudas nada de fotos familiares.
-Aghhh eres un caso perdido.
*Lo sé.

Siempre iba de puntillas,
con mi corazón en la mano,
por si me tocaba esconderlo,
nada de te quieros,
ni de compartir música,
ni fechas especiales.

Siempre supe
que lastimarme era algo muy sencillo
y por eso siempre me protegí,
fui cautelosa,
e inteligente.

Pero no se que has hecho tú,
que me tienes pintando corazones en las paredes,
dejándote escritos a escondidas,
y leyéndote poemas
cada que tengo la oportunidad.

-Amor, llegaré tarde, recién salgo del trabajo.
*Demórate todo lo que quieras.
-¿Quemaste la cena, cierto?
*Solo a ti se te ocurre que es muy romántico que yo cocine.
-Pide pizza, ya llevo las cervezas
*Te amo.
-Ni te creas, vas a tener que cocinar el próximo fin de semana.

Pensé que cuando llegara,
cuando tú llegaras,
todo cambiaría,
que pondrías mi mundo al revés,
y yo,
dejaría de ser un poco yo.

Eso pensé.

Pero,
contigo a mi lado,
conozco más versiones de mi,
versiones que me gustan.

Como cuando consigues mejorar un día con uno de tus chistes malos,
o cuando me enseñas canciones que jamás pensé que me gustarían,
porque me enseñas otra parte de mi vida
que también es buena.

Que el amor no siempre significan corazones rotos,
decepciones,
y despedidas tristes.

Que el amor también es ver a alguien sonreír,
y que de repente todo pueda estar en calma.

Me río pensando que también me conmueven las historias de amor,
que si tú conduces y pones la música,
también está bien,
porque eres tú quién lo hace.

Porque yo sigo manejando mi vida,
pero tu estás a lado sosteniendo el timón por si choco,
y entonces todo parece tener sentido,
porque tú estas ahí,
a mi lado.

-Me he percatado de algo hoy.
*¿De qué?
-Cuando estabas leyéndome el poema de...., ay bueno no recuerdo.
*Loreto.
-Bueno, te brillaban los ojos de una forma muy bonita.
*Eres la primera persona que me lo dice.
-Ese brillo es propio de aquellos a los que no les rompen el corazón.
*¿Ah si?
-No dejes que nadie te rompa el corazón ¿vale?
*¿Ni siquiera tú?
-Mucho menos yo.

domingo, 24 de noviembre de 2019

Dos canciones.


Soy amante a la música,
amo los conciertos,
las presentaciones en los bares.

Que suene canciones en la sala.

Muchas letras,
salvaron hasta mi vida,
me dieron razones para levantarme aquel día,
y me hicieron creer que un lunes cualquiera,
las mañanas volverían a brillar.

Entonces,
debí saberlo,
debí intuir que moverías mi mundo,
con el pretexto de saber tocar guitarra.

Y te metiste en mis canciones favoritas.

Vicente García me lo dijo un día:
"no tuvimos dos minutos ni siquiera,
y aún así de ti me habló la eternidad."

Y aún así de ti me habló la eternidad....

Creo que uno de los lazos más fuertes
que llegas a concretar con una persona,
es aquel que se enlaza con alguien que disfruta el arte
en la misma magnitud que tú.

Lo supe cuando encontré discos de vinilo en tu casa,
libros a montón regados por doquier,
cuando en una canción yo me eché a llorar,
y tú dijiste que lo entendías,
que lo sabías.

Y te vi tarareando She will be loved,
mientras parqueabas el carro,
y lo supe;
lo supe.

Que desde ese día;
ya no podría vivir sin tu lista de Spotify,
que mis viernes favoritos serían los que compramos cerveza,
y tú eliges la canción que bailaríamos en la sala.

Ahora todas las canciones
se resumen al momento en el que te conocí,
y no hay mejor concierto que encontrarte a ti cantando.

La música es bellísima,
pero es perfecta,
cuando la escucho en tu hombro.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Dos amores


Coelho asegura que:
a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores,
uno con el que te casas o vives para siempre,
esa persona con la que consigues la compenetración máxima
para estar el resto de tu vida junto a ella.

Y dicen que hay un segundo gran amor,
una persona que perderás siempre,
alguien con quien naciste conectado
tan conectado que las fuerzas de la química
escapan a la razón y les impedirá siempre alcanzar un final feliz.

Hasta que cierto día dejarás de intentarlo,
te rendirás y buscarás a esa otra persona que acabarás encontrando.

Yo nunca he sido de creer en leyendas,
en "leyes"
en cosas que supuestamente están destinadas a ocurrir.

Siempre he dejado que la vida me sorprenda.

Ya saben:
la excepción a todas las reglas.

Pero,
una vez más,
la vida me ha dado una bofetada,
le encanta hacerlo,
y no puedo culparla.

En fin,
que te he encontrado bebiendo vino
en mi bar favorito,
que nunca pensé que serías algo parecido a lo que la gente piensa
cuando alguien se refiere al amor de su vida.

Quién iba imaginar que una historia romántica podría pillarme
borracha un viernes noche.

Pero como quien no quiere la cosa;
me acabé quedando
en tus orificios marcados cuando estallas a reír,
en tu ceño fruncido,
en tu desorden de domingo,
en las cuerdas de tu guitarra,
y en tu camisa azul favorita.

Me quedé.

Pensé que había encontrado al primer amor
del cual me habló Coelho,
ese día en el que te despediste,
y sentí que nunca
jamás,
quería que volvieras a irte.

Que compraría un armario nuevo,
una cava para tus vinos,
un puesto para tus libros,
que haría de todo,
para que mi casa,
se volviera tu hogar.

Y ya.

Qué simple ¿no?

Pero aquí está el truco,
que conmigo las cosas,
jamás han podido ser sencillas.

Y ese viernes mientras yo gritaba en el auto,
y tú solo  movías la cabeza negándolo todo,
pensé que te convertirías en eso;
en el cliché de las historias con finales tristes,
en mi protagonista de todos los poemas de desamor.

Que volverían las borracheras,
y los tragos de whisky,
que escribiría un mensaje de odio,
de diez párrafos
del cual me arrepentiría y jamás enviaría.

Mi segundo amor.

Mi imposible.

Y un día,
así,
como si nada,
tu página sería la de un libro
que no volvería abrir.

Pero eres más terco de lo que pensé.

Y entonces,
una semana después,
cuando ya había escrito lo suficiente
como para hacer tres libros.

Estacionaste en mi bar de siempre.

Te presentaste,
usabas esa camisa azul que me fascina,
y me invitaste a una copa de vino.

¿A qué estas jugando?
te pregunté seria.

A que soy el amor de tu vida
-me respondiste-

Y no recuerdo mucho de lo que pasó aquella noche.

Solo que has ido a trabajar y te has dejado el móvil.

Papá te ha dicho que te da su bendición.

Y he sonreído como imbécil.

Mira que sí,
que soy la excepción a la estúpida regla.

Que encontré el uno,
el dos,
y el dos en uno.

Mis dos amores.

miércoles, 30 de octubre de 2019

Ellas.

Las manos temblando,
las lágrimas en el escritorio,
una voz susurrando:
"estás muy flaca, pareces un palo".

Otra que dice:
"que gorda estás ¿qué te paso?"

No eres muy inteligente,
ni guapa,
ni valiente,
ni divertida.

No eres suficiente.

No.

"Nunca encontrarás.
alguien que se quede,
eres rara."

Y te lo empiezas a creer.

Todo.

Un grupo de chicas
riéndose,
apuntando con el dedo.

El peso,
el maquillaje de marca,
la ropa de moda,
y el chico más guapo.

Tonterías.

Tonterías que alguna vez pensé que eran importantes.

A veces aún escucho esas risas.

A veces aún siento que me apuntan con el dedo.

A veces aún escucho el: "pero si está bien fea."

Pero ahora,
esas chicas con el cabello perfecto,
con la sonrisa triunfadora,
con el maquillaje impecable,
me dan pena.

Me dan muchísima pena.

Me pregunto si con esa misma boca
que pronunciaron comentarios maliciosos,
dijeron alguna vez te quiero.

Si con el mismo dedo que alguna vez me apuntaron,
dibujaron un corazón a escondidas.

Si con esa misma sonrisa de maldad,
se rieron de algo bonito.

No lo sé.

Pero ojalá sí.

Ojalá alguna vez sus madres les haya acariciado el cabello,
su padre pase por ellas a la salida del trabajo,
y tengan una mejor amiga que las sorprenda con un abrazo.

Ojalá alguna vez sientan que el amor no les cabe el pecho,
y tengan que ponerse a llorar de lo bonito que es todo.

Porque eso es lo que les falta,
les hace tantísima falta.

Un poco de amor.

Ojalá algún día se quieran tanto,
como dicen hacerlo.

Ahora me río,
ahora no arreglo mi cabello,
ni me maquillo,
ni me visto bonito.

Pero hay veces,
pequeñas veces,
en las que veo mi reflejo y pienso:
"bueno, total no puedo hacer nada al respecto"
y en esa milésima de segundos,
me siento tan culpable,
tanto.

De aún no poder quererme como me merezco.

De aún no poder decir:
"al carajo todo, soy preciosa":

Porque no,
porque aún no puedo.

Pero algún día saldré a bailar,
y sentiré como todo se ha reparado,
por fin.

Espero que ellas,
algún día,
también puedan decir lo mismo.

domingo, 27 de octubre de 2019

Conversaciones de Whatsapp Parte II


-Sal, estoy afuera.
*Si vuelves hacer ese chiste idiota, de que me asome a la ventana cuando no has llegado,
te bloquearé.
-No vas a bloquearme.
*Sí lo haré.
-Sal, hace frío.

Llegaste,
con ganas de fiesta,
de cerveza,
de una vida llena de viernes.

Y tropezaste conmigo.

Con la niña de los libros,
de domingos,
de caminatas largas,
de días de sofá y series,
de playa, y mar.

De la niña que odia los lugares con mucha gente,
que escucha Vicente García en las noches,
y le gusta que la abracen por la espalda.

Tú,
que venías a sacarme de cama,
a que utilice ese vestido negro que tanto te gusta,
ahora prefieres abrazarte a mi cintura,
la comida en casa,
y la música a todo volumen retumbando en la sala.

*Tengo ganas de cocinar.
-Pero eres terrible cocinando.
*Pero tú no.
-Entonces iré a tu casa; cocinaré lasaña y dirás que la hiciste tú.
*Eres inteligente, ya llamé a las chicas, haré compras ¿quieres vino?
-Cavernet por favor.

Siempre fui muy crítica con quien dejaba entrar a mi vida,
y quien solo estorbaba en la puerta,
nunca fui de muchos amigos,
ni de relaciones largas,
ni nada por el estilo.

Me encantaba la soledad,
mi lugar en la casa,
mis libros tirados por doquier,
mis cervezas en la nevera,
y que nadie se atreviera a tocarlas.

El silencio de los sábados,
y que yo pudiera escribir hasta la madrugada.

Mi música,
mi comida,
mis días,
todo,
para mí.

Hasta que tú.

Y hasta ahí bailó mi soledad.

Entraste en mi vida de una manera tan cautelosa,
y me descubrí dejándote comida caliente,
comprando cosas que te gustan,
que tuvieras un cepillo en casa.

Cosas tan simples,
tan rutinarias,
que para mí aún representan un triunfo.

Siempre decía que era terrible en eso del amor,
pero estar contigo se me da bien.

*Odio dormir sola.
-Gaby recién se fue ayer.
*Lo sé, pero odio dormir sola.
-Es una indirecta para que vaya a dormir contigo ¿cierto?
*Eres lento.
-Y tú muy cruel, ya no tendrás quien te caliente los pies.
*No señor, sino iré yo.
-No es necesario, ya salgo.

Porque me quisiste así,
fría,
torpe y sin saber qué decir.

Porque no necesitas demostraciones efímeras,
porque solo me quieres a mí,
y todo lo que eso conlleva.

Porque me calientas las manos,
y me das tu abrigo,
porque pides que te arrugue la nariz,
me respiras cerquita,
me acurruco en tu pecho,
y eso,
ese momento justo,
se convierte en mi momento favorito del día.

De cualquier día.

Porque una vez unos niños pedían caridad,
y tú los invitaste a comer con nosotros,
porque acaricias perros en la calle,
y tienes un gato que yo amo.

Porque eres un hombre maravilloso.

Y aún no entiendo qué has visto tú en mi.
pero sea lo que sea,
no dejes de verme así nunca.

Y yo no sé qué hacer cuando me miras.

Porque sigo sin saber qué hacer cuando eres tú quien me mira.

-Te echo tantísimo de menos.
*Solo será un mes.
-Eso no fue lo que pensaste ayer cuando te echaste a llorar en el aeropuerto.
*Eso es porque estoy hormonal.
-¿Por qué no eres una novia normal y aceptar que me amas y me vas a extrañar
como una loca?
*Porque no es así.
-¿No me amas, ni me extrañas como loca?
*No tienes una novia normal, amor.

Siempre tuve tanto pavor de acostumbrarme a la presencia de alguien,
siempre manejé muy bien los adioses,
y nunca abrí la puerta a corazones rotos.

Pero tú puedes hacerlo,
cariño,
yo encantada me rompo el corazón por ti.

Porque después de repararlo,
te aseguro que el te susurraría,
gracias,
por todo.

-¿Cuándo vuelves?
*DIOOOS, TE LO HE DICHO MIL VECES, VIERNES ONCE DE LA NOCHE.
-Ok, pero no me grites.
*Es que siempre olvidas las cosas importantes.
-No las importantes.

-Ok, fue una broma; ¿se puede saber por qué no respondes?
*Estaba haciendo COSAS IMPORTANTES.
-Ya quiero verte, muero por verte.
*Igual, pero han sido unas merecidas vacaciones
-Quiero que me cuentes cada detalle de Europa.
*Precioso, pero Madrid no es lo mismo sin ti.
-Cariño, desde que tú estás; ni el parque de la esquina es lo mismo sin ti.
*Voy a tener que darte clases de romanticismo.

Porque me encantas así,
con cada detalle que olvidas,
que hayas aprendido a ser puntual
porque yo odio los minutos tarde,
que te rías cuando estoy estresada,
y de repente todo parece estar mejor.

Que no sea tu niña mimada,
sino la mujer que admiras y dejas volar,
y la miras,
y la aplaudes,
porque amas sus alas.

Y las cuidas y las besas.

Y eso,
eso es lo que más amo de ti.

-Te extraño
*Pero ya volví, nos vimos anoche.
-Pero igual te extraño; además no sé qué hacer con tanto libro ¿por qué no me compraste otra cosa?
*Creo que te odio un poco ¿cómo vas a decirme eso?
-Sabes que bromeo, yo amo la poesía.
*Eso es mentira.
-Bueno, pero te amo a ti.
*Lee aunque sea los poemas marcados.


-Ahora lo bueno me toca a mí;
porque has venido agarrando de la mano todo aquello a lo que yo tenía miedo:
a sentir con alguien todo lo que no sentí con nadie.
*Los has leído.
-Todos y siento unas ganas extrañas de llorar.
*Eso es lo que hace la poesía.
-¿Qué has hecho conmigo Alejandra? Me desconozco.
*Para mí, eres hermoso; es más creo que nunca te he amado tanto como ahora.
-¿Qué tanto?
*Digamos que si tú me pidieras que nos casáramos, me lo pensaría.
-Pero tú no crees en el matrimonio.
*Pero creo en ti.

lunes, 14 de octubre de 2019

Conversaciones de Whatsapp


-Feliz día de las escritoras.
*Yo no soy escritora.
-Sí lo eres, me escribiste un poema.
*Jamás te he escrito un poema.
-Es cierto ¿por qué no lo has hecho?
*Porque no sirvo para escribir de lo que me hace feliz.
-¿Y yo te hago feliz?
*Muchísimo.

La vida entre todas las cosas que me ha enseñado,
tengo una que se me ha grabado permanentemente en la cabeza:
"las cosas nunca, nunca resultan como uno quiere"
pero a veces,
y solo a veces,
es muchísimo mejor.

Enamorarse,
es que todos los clichés de repente se cumplan,
que la poesía siempre hable de tu vida,
que las películas de amor se sientan reales,
y que todas las canciones,
sean la banda sonora,
de cientos de recuerdos preciosos.

Y toda esa cursilería.

-Estás preciosa.
*¿Cómo lo sabes?
-Porque tú siempre estás preciosa
*No cuando pase días sin dormir por aquella horrible gripe.
-También esa vez; es más, nunca te he visto tan guapa como ese día.
*Mientes.

Pero también,
es que las cosas más cotidianas,
las acciones más sencillas,
sean tu actividad favorita del día;
que yo esté cepillándome los dientes,
y tú estés haciendo muecas al espejo.

O como aquel día que enfermé,
y tu hiciste una sopa horrorosa,
y te acurrucaste conmigo aquel domingo,
y olvidaste ese correo que debías enviar a media noche.

Cosas así.

-Ya en serio, ¿me escribirás un poema?
*No lo sé, tal vez; probablemente cuando me rompas el corazón.
-Yo no te romperé el corazón.
Ya sé, sábado, iremos a un museo, tomaremos un café, y ahí me leerás el poema que escribirás para mí.
*Tú odias los museos.
-Pero tú los amas.
*Igual no te escribiré un poema para el sábado.
-¿Por qué no?
*Porque así no funciona esto.
-Entonces ¿cómo?

No sé como va esto
¿sabes?
esto de querer alguien,
a veces me faltan las palabras,
a veces no sé que hacer,
a veces no respondo las llamadas,
o los mensajes,
porque no sé que hacer,
porque aún me aterra lo mucho que te quiero.

Porque ese día mientras acariciaba tu cabello,
y lloraba escuchando aquel audiopoema,
que tú decías que era aburrido,
era porque ella también me hablaba de ti.

Porque desde el día en que tu mirada tropezó con la mía.

Todos,
y todo,
me hablan de ti.

"Fue en ese segundo exacto,
cuando al mirarte le pedí al cielo, al destino y a la suerte,
a cualquiera que sea el hilo que mueve este puto mundo,
que no te fueras jamás,
que te quedaras a mi lado siempre."
Lo dijo Loreto.

Pero como yo no soy escritora te digo:
que lo haré mal,
que me equivocaré tantísimas veces,
pero que siempre,
acabaré queriendo que nos salga bien,
que me salgas bien.

Que me faltarán versos,
y escritos sin sentido,
para que entiendas que si dejo que rayes mis libros,
es porque te quiero,
que si dejo que tú elijas el vino,
es porque no quiero que nadie más lo vuelva a elegir,
que si comparto contigo mis canciones favoritas,
es porque quiero que la última canción que escuches antes de dormir,
te recuerde siempre a mi.

Porque tal vez no te de besos inesperados,
ni te dedique canciones,
ni haga regalos sorpresas,
ni te escriba poemas de amor.

Pero que te voy a querer,
toda,
todita la vida,
así
no estés.

Así,
un día te vayas.

Y ahí sí,
que te voy a escribir una antología completa.

-Te quiero.
*Lo sé.
-¿Me estás escribiendo un poema cierto?
*Así es, tendrás que poner cara de sorprendido.
-Más vale que me haga llorar.
*Más vale que traigas cervezas.
-Ya las compré, llego en diez.
*Vale, te quiero.

Dicen que la vida,
siempre pone a cada quien en su lugar.

Y yo he terminado aquí,
contigo.

Ten, tu poema.

lunes, 7 de octubre de 2019

Recuérdame.


No quiero que vuelvas.

Ya no sueño con tu regreso.

¿Tus recuerdos?
Empacados en maletas.

Te quiero,
aún lo hago.

Y eso es lo bonito de personas como tú.

Que siempre te dejan cosas buenas.

Que no sé que tienes, pero pido a Dios que no lo dejes de tener nunca,
que cada vez que hable de ti, se me dibuje una sonrisa preciosa,
de esas en las que todos me preguntan: y tú, ¿de qué te ríes tanto?
y no poder contárselo;
 porque eres mi secreto, mío, y el más bonito.

Que me recuerdes siempre,
que le cuentes a toda tu manada de hijos,
que conociste a una chica que estaba loca
que le gustaba la literatura,
que decía muchas malas palabras,
y era un desastre manejando.

Y que se reía un montón.

Que conozcas Grecia,
Madrid,
y que vivas un tiempo por Brasil.

Que le leas al amor de tu vida algún libro mio,
yo tal vez para ese entonces ya haya sacado como mínimo tres best sellers.

Aunque la vida no nos vuelva a juntar,
recuérdame.

Porque yo presiento que lo haré siempre.

Y ahora entiendo,
que eso;
no tiene por qué doler.

Que tengas risas, lunas, cervezas;
que digas: no la recuerdo muy bien; pero con ella me reía mucho.

Nos vemos en la luna, lleva vino.

Y cerveza, una cerveza también esta bien.

jueves, 3 de octubre de 2019

Si estás sintiendo lo mismo que yo.

No voy hablar de mi posición,
si estoy de acuerdo con las políticas o no.

No voy a criticarte,
y por eso no quiero que hagas lo mismo.

Solo que tal vez tú sientas lo mismo que yo.

Tal vez llegaste a casa llorando,
y te sentiste inseguro,
con miedo;
al igual que yo.

Porque probablemente no puedes pasar más de cinco minutos en redes sociales,
y sientes tanta impotencia con los videos que comparten.

O que no soportes leer comentarios de:
"pero si el alcohol sigue barato"
de niños de dieciocho que cada semana reciben
plata de mami y papi.

Lo único que pido es un poco de empatía,
un poco más de humanidad,
de las personas que salieron a trabajar,
y probablemente aún no llegan a casa.

De que hace tres años,
nos abrazamos,
y nos sujetamos fuerte.

Entonces ¿qué nos pasó?

Que si mañana ves a alguien igual de espantado que yo,
le des un abrazo,
le digas que lo entiendes,
y que si algún día necesita de tu ayuda,
vas a estar ahí,
dándole un hombro.

Porque así somos,
y por favor,
no dejemos de serlo.

Ecuador, te amo;
y por eso te siento,
y me dueles,
me dueles un montón.

lunes, 23 de septiembre de 2019

Jaque Mate


Dado un tiempo,
las decepciones ya no te decepcionan tanto,
total,
acostumbrada ya estás.

No te asombra nada,
no te rompe nada,
no te lastima nada.

Porque estás acostumbrada.

Acostumbrada al dolor.

Y después de tanta tristeza,
de tanto rechazo,
nació un gran amor,
el propio.

Y si no había nadie,
le decía al mesero que me sirviera una cerveza más,
y regresaba a casa,
sola;
siempre sola.

Nunca hizo falta alguien que me abrigara en las noches.

La soledad me hacía ver guapísima.

No recuerdo un día,
que haya echado de menos un mensaje,
una llamada.

Adoraba estar sola.

Pero nunca le hables tan fuerte a la vida,
ella escucha,
se ríe,
y te enseña.

Y yo,
que había prometido siempre estar un paso adelante;
retrocedí de golpe;
cuando miraste y sonreíste.

Que yo te cerré la puerta,
pero tú trepaste por la ventana,
que en verdad traté de que tú fueras uno más,
pero cuando quise ahuyentarte con mi indiferencia,
y mis comentarios hirientes.

Tu ya te las sabías todas,
y con esa risa que tanto detesto
susurraste que mi estrategia:
no iba a funcionar.

"Ah, así que me estás desafiando"
-respondí-
pero la partida ya estaba ganada,
tú me la habías ganado.

Y perdí,
pero te gané.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Hola Lunita, soy yo de nuevo.


Luna,
sé que debes estar molesta,
harta de que siga pidiéndote deseos.

Debes estar cansada de escucharme llorar.

Y la verdad es que yo también lo estoy.

Solo te pido un último favor:

Llévatelo,
llévate esta horrible sensación
de que nada está saliendo bien.

Porque no es así.

Las cosas están marchando excelente,
tal vez no al ritmo que yo quisiera,
pero lo están,
todo está tomando forma por fin.

Pero no dejo de sentir,
esto.

Que podría ir mejor.

Y estoy aquí ahogándome un vaso de vino tinto.

Y hablando contigo,
y tú no pareces escuchar.

Lo entiendo,
estás harta de mis quejas,
y cualquiera lo estuviera.

Por eso no hablo con nadie,
más que contigo.

Lo sé.

Voy para loca.

Pero creo que me cansé
de ser señalada,
de comentarios: "pero a mí me va peor"

Porque de eso no se supone.

El mundo no es una competencia
de medir quien es más miserable.

Se supone que estamos aquí para sostenernos,
y yo me he parado sola todo este tiempo,
bueno no sola,
te tengo a ti.

Creo que las personas deberíamos ser más empáticas
¿sabes?
escuchar más,
criticar menos,
saber que el dolor de otros,
se mide en tiempos y en canciones diferentes;
que no somos nadie para juzgar.

En fin, lunita;
soy yo de nuevo,
que me he sentido sola,
y te he necesitado,
como siempre.

Nos vemos en otro escrito,
te prometo,
que esta vez sera uno feliz,
te lo prometo.



lunes, 26 de agosto de 2019

Te cielo.


Hace meses leí la expresión
"te cielo"
y me pareció un verbo de lo más bonito.

Te cielo.

Tal vez sea porque yo siempre he adorado el cielo.

Creo que es de las cosas más bonitas que nos regala la vida,
me gusta en todas sus formas,
colores
y expresiones.

Me gusta estrellado,
azulado,
y cuando da la impresión que si sueñas un poquito más,
lo tocas con las manos.

Puedo pasar horas contemplándolo,
y cuando está de lo más bonito,
me detengo a tomarle fotos,
a escribirle poemas,
y pedirle deseos.

Y creo que así debería ser el amor.

Es decir maravillarse con las cosas más sencillas,
más cotidianas,
y más sin sentido.

Y esa es mi parte favorita.

Cuando la persona que amas está durmiendo,
y tú te sientas admirar la forma de sus ojos,
la manera en la que sonríe como si estuviera soñando contigo,
como cuando maneja y tú no puedes evitar tocar su cabello,
y ver como arruga el ceño cuando hay demasiado tráfico,
las veces que grita emocionado cuando suena su canción favorita,
y las muecas que hace cuando no está contento con algo.

Es verlo hacer las cosas más normales,
como que esté escribiendo algo en la computadora,
o la forma en la que contesta el teléfono,
y tú no puedas evitar mirarlo
y pensar en lo afortunada que eres.

Es que te ponga completamente tonta la manera en la que habla de las cosas que le gustan,
y tú estés ahí,
escuchando,
como una niña de cinco años.

El amor para mí,
puede definirse en aprenderse la forma precisa
en la que al otro le gusta el café,
y la marca de cerveza que prefiere.

El amor debe ser de esas veces en los que ambos ríen,
porque están seguros de estar pensando lo mismo,
de preferir mil veces los domingos de sofá y pelis,
antes que los viernes de antros y trago fuerte.

El amor debe ser eso,
contemplar el cielo,
y verlo lindo en todas sus formas,
en todos sus colores,
quererlo anaranjado,
azulado,
con estrellas,
y sin ellas;
con lluvia,
y con miles de arcoiris.

Yo no te amo,
cariño;
pero te cielo,
y te cielo un montón.

domingo, 11 de agosto de 2019

Lo que debí llorarte.


Hoy recorrí las calles que una vez de la mano,
caminamos juntos,
entré a los lugares que conocimos los dos,
pedí tu comida favorita y ordené una copa de vino.

Hoy te lloré,
y te lloré a ti.

No al trabajo pendiente,
a las noches de soledad,
a los dolores insoportables de columna.

Te lloré.
a ti.

Y te lloré un montón.

Y pensé en lo mucho que nos quisimos,
y lo mal que lo hicimos.

En que fue un desperdicio,
no haberlo intentado un poco más,
un poquito, nada más.

En fin.

Que ya no se puede hacer nada el respecto.

Empiezo a sospechar que aquel que dijo:
"que nunca se es demasiado tarde"
no tomó en cuenta que a veces los relojes,
no se mueven al mismo ritmo.

Y hoy,
es muy tarde.

La cuestión es que debí sufrirte antes,
y tal vez hoy,
hoy no me doliera como me duele.

Pero es cierto que no te lloraré toda la vida,
que el dolor es necesario
para que la herida sane.

Pero no es lo único que podemos hacer al respecto.

No voy a desangrarme,
no esta vez.

Voy a curarme,
y a curarme en serio,
a ponerle sal a la herida,
y a cuidarla todos los días.

Que te saco,
hoy te saco,
de cada uno de los lugares que te tenía impregnado,
y no lo quise aceptar.

Lo haré solita,
ya la compañía se me da fatal.

Con música,
algo de poesía,
y un par de cervezas,
todo será más fácil.

La vida sigue siendo preciosa.

Hoy he visto el atardecer en casa,
y he pensado en ti,
y en que ya no te quería aquí.

Ya no.

domingo, 4 de agosto de 2019

Montaña rusa.


Pasa que ya no duele;
o eso es lo que dices.

Que no tienes tiempo para estar mal,
te repites.

Pero en una milésima de segundo,
tu mundo empieza a desmoronarse;
y tú,
no puedes hacer nada más que observarlo
mientras se cae.

Sostenerlo es inútil,
porque pesa,
y pesa un montón.

Es horrible sentir cómo tu cabeza navega a diez mil por hora
y tú no poder seguirle el paso;
porque no se puede,
porque te lleva ventaja y tú no la alcanzas
aunque lo intentes.

La mente te juega muy malas pasadas a veces.

Pero no puedes rendirte;
no puedes,
porque te parece injusto que las madrugadas llorando,
las noches sin poder dormir,
las crisis nerviosas en el trabajo,
las manos temblando,
las ganas de vomitar mientras le pides a tu mente que pare;
y todas las veces que te paraste de la cama con la convicción
que sería un día mejor;
no hayan valido la pena.

Estás sola,
me dijo una Ale chiquitita,
pero tú,
tú eres más que suficiente.

He mirado una foto mía sonriendo,
y he pensado que lo vale,
que el esfuerzo siempre va a valer la pena.

Solo estoy un poco cansada,
le dije a mi Ale de doce;
esa muchachita no se cansa,
me dice que lo puedo hacer mejor.

Y yo, le he creído.

miércoles, 24 de julio de 2019

Luz.


El otro día, mientras sonaba:
"Sweet Home Alabama"
recordé que hace mucho no escucho canciones tristes,
canto siempre en la ducha,
bailo en cualquier lugar,
ahora duermo ocho horas diarias
y los domingos se han convertido en mi día favorito de la semana.

Eres el antídoto.

A todo.

Al insomnio,
a las pesadillas,
a las malas noches,
a los días aburridos,
a la casa sin libros nuevos.

Has alejado todo lo malo,
que no consigo recordar cómo reía antes de ti,
o si realmente lo hacía.

No es que haya sido infeliz toda mi vida,
pero
¿has usado lentes alguna vez?
es como cuando los tienes empañados desde siempre,
y de repente,
alguien decide limpiarlos,
y todo claro,
todo luz.

Así,
tú.

Lo sé,
sé que es muy poco romántico que te compare
con mi miopía,
pero lo siento,
sabes que no soy buena en esto,
y lo estoy intentando.

Por ti,
siempre.

Ahora entiendo cuando todos decían,
que siempre viene algo mejor,

Tan hecho a la medida.

A la medida de alguien más,
porque juro que a veces quisiera acabar contigo,
pero eso sería terminar conmigo también,
y por eso paso.

Me sacas de quicio,
todo el tiempo,
con tu sonrisa encantadora,
con tu mirada de siempre saber lo que pienso,
con tu guitarra,
con tu forma de abrazar.

Me sacas de quicio,
pero no imagino la vida sin ti,
y así va la cosa.


En fin,
que lograste lo que te propusiste,
que me tienes aquí,
escribiendo cosas sin sentido.

Riendo como estúpida pensando en ti.

Que te quiero,
y que más vale que llegues puntual hoy.

domingo, 14 de julio de 2019

Te extraño.


Volví a verte,
en sueños,
me refiero;
es la única manera de saber de ti,
últimamente.

Te extraño
¿sabes?
y no de una manera romántica
o necesaria.

Solo te echo de menos,
como cuando la vida se empeña en que te recuerde,
y abro un libro,
y es tu poema el que me saluda,
y escribo un mensaje y el teclado forma la manera
en la que tú solías llamarme.

Y así,
solo,
te echo de menos.

Extraño saber de tus días,
de si dejaste el tabaco,
de si empezaste a leer
como me lo prometiste un día,
si estás pensando en la maestría
o si eso quedó para otra vida.

Extraño esa forma tan fácil que tenías de ver la vida,
contigo a lado,
siempre estaba de vacaciones,
y es eso,
lo que necesito tanto.

Extraño todo eso,
que la costumbre da.

Tenerte era mi rutina,
entonces te imaginas cómo ha sido mi vida,
desde que te fuiste.

Y no,
no ha ido mal,
en realidad me va increíble.

Pero sigue patas arriba,
como cuando el huracán de tu ausencia,
llegó
y acabó con todo.

Y lo siento,
pero no he tenido tiempo para limpiar.

Solo eso,
que te extraño.

Y que aunque no me arrepiento ni un segundo
de que acabara,
hubiera querido que sea diferente,
todo.

Y nada,
que es domingo y,
te extraño.

Solo quería que lo supieras.


miércoles, 26 de junio de 2019

Mejor nunca, mejor.



Te extraño,
lo sigo haciendo;
me dueles,
como el día uno.

Pero ni así,
quiero que estés aquí.

Porque prefiero mis heridas que conozco de memoria,
que sé cuando sangran
y cuando no,
con qué canción lloran
y con cuáles se ponen a bailar.

A seguirte permitiendo que me hagas otras.

Porque sí,
porque el daño lo permites o no.

Y así es.

Recuerdo las veces que soñé,
que llorando le pedí al destino,
que volvieras,
que de repente un día te dieras cuenta
que aún nos quedaban planes pendientes,
películas en cartelera,
y canciones que bailar,
que aún nos quedaba vida juntos.

Y ahora,
que estás a un mensaje de distancia,
a una foto
de hacerlo todo realidad.

Me doy cuenta que hay hilos que no se encogen,
o se enredan
o se estiran,
simplemente se rompen.

Y de ahí,
la única solución
es una buena borrachera.

Es que si,
a veces es mejor nunca,
que tarde.

Igual te sigo debiendo unas cervezas,
conoces mi número,
la respuesta
es sí.

martes, 4 de junio de 2019

Cosas sin mucho sentido.

Prometo señalarte con post its mis poemas favoritos.

Que la tradición de probar una cerveza nueva cada semana,
se convierten en dos.

Saco los vinos de la reserva y brindamos todos los viernes,
porque la vida
nos ha hecho coincidir de nuevo.

Los sábados se convierten en fiesta.
de nuevo.

Y viajamos a las Maldivas,
perseguimos auroras boreales,
y vemos el atardecer en Madrid.

Y cumplimos todos los planes
que una vez nos prometimos hacer.

Y vivimos nuestra eterna luna de miel.

Que compro un librero
para nuestros libros nuevos,
sí,
nuestros.

Escucharemos "Detrás del horizonte" de Vicente García,
y me salvarás de esta tormenta
que resulta de una vida sin ti.

Me apagas los miedos,
me enciendes las ganas,
y me calmas las tristezas.

Y todo en equilibrio,
cuando vuelvas.

Cuando vuelvas,
porque vas a volver.

No te dejo ir,
nunca más.

Prometo quererte.

Siempre.

Pero eso,
déjame demostrarlo,
cada día.

viernes, 31 de mayo de 2019

Carta de despedida.



El problema es que nos quisimos mucho,
pero no bien,
nos quisimos tanto,
y llegó un día en donde no supimos qué hacer.

Me bajaste la luna,
me la pusiste a mis pies.

Y yo que la disfrutaba tanto cuando estaba arriba,
no la quise para mí.

El problema es que te sigo echando de menos,
cada día un poco más,
y se supone que no debería ser así,
¿para eso no era que funcionaba el tiempo?

O eso me habían dicho.

El problema es cuando tengo que morderme la lengua
para no preguntar por ti,
para no saber si estás aquí,
o allá,
si estás,
aún.

El problema es que aún pienso que la vida nos debe unas cervezas,
y no estás aquí para tomarlas,
y morirnos de la risa mientras lo hacemos.

El grandísimo problema,
es que nos rompimos,
y ya;
de eso no se vuelve.

Que no vale la pena,
ni las penas;
intentarlo una vez más.

Es quemar lo poquito que nos queda
y eso sí que sería muy triste.

Buena vida,
vida mía.


sábado, 25 de mayo de 2019

Lo siento.


La baja autoestima,
es algo real.

Te lo dice alguien que desde niña,
se lastimó de tantas formas,
que aún me duelen aceptar.

Una adolescente que cada cosa
que hizo,
que cada logro que consiguió,
lo alcanzó para ser lo que los demás querían que fuera.

Una mujer que le daba miedo,
le daba miedo
no ser como ella,
o como otra,
que no le gustará a él,
o a otro.

Hoy reuní a todas las Alejandras,
y llorando,
les pedí perdón,
perdón por cada lágrima
ocasionada por alguien
a quien yo permití que me hiriera,
perdón
por no ser siempre yo,
perdón
por no felicitarme,
ni sentirme orgullosa
cuando debí hacerlo,
perdón
por las veces que me veía en fotos,
y no me sentía suficiente,
perdón
por las veces que abrazada a la almohada,
me decía que algún día esto pasaría,
pero a la mañana siguiente,
seguía haciendo lo mismo,
que ella es más guapa,
más lista,
más graciosa.

Que yo soy muy torpe,
muy imprudente,
que mis dientes son chuecos,
y mi risa horrible.

Perdón,
lo siento tanto.

No puedo retroceder el tiempo,
no puedo cambiar episodios que pasaron,
y que aún logran dejar algo roto mi corazón.

Pero puedo hacer que eso no vuelva a pasar jamás,
que a partir de hoy,
cualquier caída,
cualquier error,
no va a ser causa de falta de amor propio.

Porque todo dolor que es a partir de eso,
puede doler toda una vida.

No estoy ciega,
es más,
nunca he abierto los ojos,
tanto como ahora.

Me he visto en el espejo,
y una vez más,
he visto mi frente amplia,
mis dientes chuecos,
mis ojeras,
mi papada,
mis lunares.

Y saben qué,
que he sonreído,
y me veía preciosa.

Esto no acaba aquí,
lo sé,
es un trabajo de día a día,
que si te confías,
los pensamientos de mierda,
te vuelven a la cabeza,
pero yo los he aprendido a callar.

Ahora se ponen a mi favor.

Y cantan una canción bonita.

martes, 21 de mayo de 2019

A esto le llamo crecer.


Tendría sentido ¿no?
odiarte toda la vida.

Que me juraras que no estabas listo para querer,
cuando en realidad,
lo que no podías era
quererME.

Y dolió,
no tienes puta idea cómo dolió.

En fin.

Que un día dejé de pensar
que era menos lista,
menos guapa,
o graciosa.

Llegué a la conclusión que tú eras un cabrón,
y ya está.

Lo siento.

Nunca fui de adornar lo que sentía,
y eso tú bien lo sabías,
lo supiste cuando me descubriste llorando
porque no quería
quererte de la forma en la que ya lo hacía.

Para ese entonces,
yo ya estaba muy jodida.

Y lo he entendido.

He entendido que no ha sido tu culpa,
siempre será de aquel que decide disparar,
que si no tocas el arma,
esta se queda en su sitio.

Soy una soñadora,
ya sabes,
de las que ven luz,
cuando todo es oscuro.

Y es que hay personas que ni aunque deseemos,
son luciérnagas.

Un día descubrí que mi corazón estaba tan acostumbrado a estar roto
que ya ni se preocupaba por repararse,
solo estaba ahí
a expensas de que alguien más lo rompiera.

Y eso,
es una de las cosas más tristes del mundo.

Pero un día,
no puedo ni recordar cual,
mis ojeras desaparecieron,
mis migrañas se calmaron con tequila y sal,
y yo salí a bailar.

Y aunque ahora,
me duelen los pies
nunca más pienso quedarme observando,
y ver como todo el mundo hace de mi pista de baile
lo que le venga en gana,
porque esta vez he decidido ser la protagonista,
la más guapa.

Y me sienta increíble el papel.

Que aún tropiezo,
es verdad
que a veces siento un montón
y es imposible lidiar con tanto,
pero,
para eso están las cervezas.

Que nunca pensé que quién me ponía el pie una y otra vez,
era yo misma.

Pero me he aburrido.

Y ahora solo quiero paz.

Y de vez en cuando la hallo,
he encontrado en mi rutina,
una forma extraña de tranquilidad,
lo repititivo no siempre debe asustar.

No cuando los fines de semana
hacen de las suyas y me recuerdan que después de tanto,
sigo siendo yo.

Es verdad,
que estoy en mis mejores años,
y no pienso esperar a que algo cambie,
cuando soy yo la que puede darle un giro diferente.

Me estoy equivocando,
un montón
pero esos errores,
son míos
y estoy muy orgullosa de ellos.

Le dije a la Ale de doce que se quedara tranquila,
que sino me hago escritora,
me vuelvo cantante,
pero por ahí voy,
y ella me sonrió
y me dijo que lo único que quería
era verme feliz.

Y lo entendí,
 lo entendí todo.

Ay pequeñita,
te extraño tanto.

Me hice cerquillo,
 luzco como tú,
 sólo que con unos cuantos años,
heridas,
lágrimas,
risas,
y de más.

Voy hacerte sentir orgullosa,
te lo prometo.

domingo, 5 de mayo de 2019

Nuevo comienzo.


Dicen que los comienzos son lo más bonito,
los nervios de los primeros encuentros,
las mariposas del primer beso,
las miradas brillando,
las sonrisas en momentos inesperados.

Pero eso es lo bonito de ti,
que jamás dejo de comenzarte,
que cuando pienso que la rutina nos va a coger desapercibidos,
estás tú,
dándole otro giro a lo nuestro.

A contarme un secreto nuevo,
a cantarme una canción que recién aprendiste en la guitarra,
a susurrarme nuevos poemas de un autor que no sabía de su existencia,
a emborracharnos,
y bailar nuestra canción favorita mientras nos reímos como dos locos.

Porque estamos locos,
totalmente locos,
uno por el otro.

Mi día número uno.

Siento que jamás voy a dejar de conocerte,
y es por eso que todos los días te digo:
mucho gusto, el amor de tu vida.
a lo que tú respondes:
encantado, te ves hermosa.

miércoles, 1 de mayo de 2019

Señor Patricio.


Eres mi cable a tierra,
la expresión más real que Dios existe,
es decir,
en medio de millones de personas
¿cuál es la probabilidad de que alguien como tú
sea mi padre?

Mi mapa de vuelta a casa,
mis puntitos tachados en el calendario,
mi llamada de emergencia,
mi roca inamovible.

Tú.

Eres la evidencia que el amor se resume en cosas muy simples como:
el que duermas tres horas cuando viajamos,
que siempre estés en la puerta del terminal esperando,
que yo esté a punto de llamarte,
y encontrar tu número timbrando al rato,
como que un día cualquiera te haya sorprendido llorando,
mientras yo cantaba en el auto,
y decías que todo lo que yo hacía era casi que perfecto.

Papá me estoy quedando sin letras para ti,
y es porque no puedo,
me es imposible describirte de una manera correcta,
de agradecerte de forma ejemplar.

Eres perfecto papá.

Con cada cana,
con cada arruga,
con cada línea de expresión,
con cada año,
que a ti la vida cada día
te sienta mejor.

Con tu mal humor,
con tus chistes de mal gusto,
con tu manía de nunca querer disculparte,
con tu carita cuando sabes que fallaste
y quieres que nosotros te busquemos y te demos un abrazo.

Con cada lágrima,
con cada sonrisa,
con cada desayuno sorpresa,
con cada frase de admiración a mamá.

Eres perfecto papá.

Con cada mañana de Fórmula1
con cada champions
con cada carrito de colección
con cada vino juntos.

Eres perfecto.

No imagino un día que el estar abrazada a tu pecho,
no sea mi cosa favorita del mundo.

Casa es cualquier lugar en el que tú estés.

Tus niños han crecido,
y queremos conocer el mundo,
vamos a viajar,
a volar,
a llenarnos de arte,
de mucho arte.

Pero tú y mamá, siempre;
siempre van a ser nuestra pista de aterrizaje.

Nos sacamos la lotería con ustedes.

No me cabe en la cabeza encontrar a alguien que me ame más que tú,
me niego amar a alguien más que a ti.

Feliz cumpleaños Señor Patricio,
lo siento,
el próximo año me invento otro diccionario,
y te escribo un poema de lo más bonito.

Te amo.

viernes, 19 de abril de 2019

Un poquito de paz.


Mamá una vez dijo:
quédate en cualquier lugar,
que te traiga paz.

Obviamente en ese entonces,
yo no entendía a qué se refería,
y hay veces que aún no lo entiendo
del todo.

¿Qué es eso de paz?
y por qué tarde o temprano la anhelamos tanto.

Solo sé que un día el insomnio me cobró factura,
que los viernes de tragos
ya no me sentaban bien,
que de las amistades vanas ya estaba muy harta,
que era lo que pasaba conmigo,
si un día cualquiera encerrada en el baño,
yo solo quería sentarme a llorar.

Y así,
empecé anhelar mi casa,
mi cuarto,
mis libros,
mis letras.

Y buscaba, y buscaba;
mi sonrisa
y yo ya ni la reconocía.

Pero si algo he aprendido en la vida,
es que los días grises son los que te enseñan
a pintar tus días con un poquito de color.

Y no sé,

Pero para mí,
la paz,
a veces se disfraza de personas,
esas que nosotros escogemos que estén en la oscuridad,
esas que con su sonrisa
te guían al final del túnel.

Mira má,
he aprendido que es verdad,
que ahora prefiero una persona en la trinchera,
que miles ahí,
cuando todo va bien.

En algo no tenías razón.

La paz,
son personas,
no lugares,
son casa,
calma,
café,
y poesía.

Muchísima poesía.

Es llegar a casa,
tener un montón de deberes por hacer,
la tesis,
trabajo acumulado,
y que todo se calme un ratito por un simple abrazo.

Má,
la paz,
es esos cinco segundos
en los que te digo:
mamá ya llegué,
y tú entre dormida y despierta me dices que me acueste,
un ratito,
pero solo un ratito.

Aún no entiendo muchas cosas
y cada día aprendo unas nuevas.

Pero eso sí,
la paz se parece muchísimo,
muchísimo a tu sonrisa.

sábado, 6 de abril de 2019

Otra tonta y absurda historia de amor.


Te conocí en un bar,
coqueteando con una rubia,
y rápidamente pensé que eras uno de esos.

De esos que les gustaba el cigarrillo,
mujeres,
alcohol,
y presumir a sus amigos de ello.

Pero eso sí,
la cama siempre sola al amanecer.

Y estabas ahí,
con tu guitarra de siempre,
con algunas cicatrices visibles,
y otras tantas ocultas.

Con tu vaso de whisky con mucho hielo,
y con mil historias en tus canciones.

Era tu forma de amar la música,
que hizo que me quedara,
tu manera de apreciar el arte,
tanto como yo,
hizo que deseara al universo
que no te fueras de mí jamás.

Tenía miedo,
claro
¿quién iba pensar que un chico de bares,
se iba quedar esperando a la niña de las letras
y muchos silencios,
a la de pocos amigos,
y poca gracia al caminar?

Pero me esperaste,
me esperaste esa vez que te quedaste media hora
afuera,
mientras yo decidía abrirte la puerta,
y como no lo hice,
volaste directito a mi corazón.

Y de ahí
si que no te saca nadie.

Lo que unió la música,
que no lo separe el hombre,
-me dijiste-
o una mujer
-te respondí-

La única mujer capaz de romper esto,
la observo todas las mañanas al despertar,
y espero no quiera eso nunca;
y con eso,
me convenciste.

Como dice Fito: no buscaba nada y te vi,
y ahora,
no puedo dejar de verte.

domingo, 31 de marzo de 2019

21 días


He leído que lleva un período de 21 días,
acostumbrarse a algo.

Llevo 22 sin ti,
y duele como el día uno.

Cuando la vida me aburre,
escribo;
y te extraño.

Pero más te extraño,
y es una mierda.

Uno nunca sabe cuánto añora a alguien,
cuando es a él a quien quiere contarle cosas tan básicas
como que: no alcancé a desayunar,
mi jefe hoy me felicitó,
y los profesores este semestre están soportables.

Y él,
no está,
ya no.

Te echo de menos,
porque las cosas marchan tan bien,
en serio,
todo está tan en orden,
como si la vida por fin estuviera jugando a mi favor,
y es contigo con quien me gustaría compartirlo.

Te echo de menos
porque aún pienso que podemos funcionar,
ojalá tu pensaras lo mismo.

Pero no.

Lo siento,
es domingo
y pues,
te echo de menos.

22 días
y juro que tu voz aún retumba en mis oídos,
tu aroma se ha quedado impregnado en la habitación
y ese suéter que dejaste un día olvidado
ayer abrió la puerta de los recuerdos,
y estás aquí,
aún.


No quiero empezar a olvidarte porque
aún sigo queriendo que seas tú,
solo tú,
y tal vez un día despierte y ya no quiera eso,
pero hoy,
no es uno de ellos.

Y te echo de menos,
tantísimo.

¿Lo haces también?

Llámame y vamos por una cervezas,
o por una vida,
juntos,
da igual,
con las cervezas me conformo.



domingo, 17 de marzo de 2019

Costumbres.


¿Han hecho algo de manera automatica?
¿Sin premeditar?
Como cuando te encuentras haciendo cosas
que siempre has hecho y por eso no te resultan extrañas.

Costumbres,
le dicen.

El conjunto de habitos que adquieres por el simple hecho
de repetirlo con continuidad.

Y asi.

Pensar en ti,
quererte a ti,
esperar por ti.

Como si llevara una vida haciendolo,
siempre hacia a ti.

Quisiera que fuera de otra forma.

Que sonara la cancion
correcta,
que la luna llena alumbrara nuestro lugar,
que las cervezas estuvieran heladas
y que por fin
sea yo,
a la que tù puedas llamar hogar.

Costumbres.

Como quisiera soltarlas,
soltarte.


martes, 5 de marzo de 2019

Me gusta recordarnos.

Me gusta recordarnos riendo,
haciendo chistes privados,
escuchando música en el auto.

Me gusta recordarnos leyendo poesía,
hablando de libros,
de viajes,
de planes.

De cómo se vería una vida juntos,
y era hermosa.

Me gusta recordarnos un domingo cualquiera,
en pijama,
viéndote cocinar,
mientras yo iba por cervezas.

Me gusta recordarnos en días de sol,
en fiestas
y en mi absurdo intento de aprender
a bailar salsa.

Me gusta recordarnos con Jarabe de Palo
sonando de fondo,
nuestra historia contada en discos de vinilo,
y en postales de diferentes lugares,

Me gusta recordarnos en fotografías
donde ni siquiera aparecemos
pero atrás de la cámara el cuento es distinto,
como esa vez que no aparecimos con nuestros amigos
porque tu me cuidabas ebria
mientras repetías que me veía adorable de esa forma.

Tu manía de romantizar todo.

Me gusta recordarnos en días de rutina,
y en la que acabábamos con ella
en carro y carretera.

Me gusta recordarnos
amándonos como a nadie,
como si todo lo que sentíamos
se pudiera resumir en cosas tan simples:
como que fueras a recogerme de sorpresa del trabajo,
o que les dijeras a tus amigos que esa noche´
no te apetecía salir porque preferías
un concierto privado entre nosotros.

El amor habla en un lenguaje muy sencillo,
los sordos somos nosotros.

Me gusta recordarnos
viendo películas nominadas al Oscar
para terminar diciendo que ninguna era digna,
que entre todas las historias del mundo,
la nuestra era la mejor.

Me gusta recordarnos
en los días mas felices de nuestras vidas,
porque eso eramos,
felices.

Ojala un día,
no tener que solo recordarte
ojala.

lunes, 25 de febrero de 2019

Love Yourself


Pasé tanto tiempo despreciándome,
que cuando alguien deseo quererme,
simplemente
no pude permitírselo.

Pasé años diciendo "peros"
usando ropa holgada,
escondiéndome debajo de unos lentes.

Permití que los demás me hagan sentir diminuta,
cuando mi metro setenta
demuestra lo contrario
y el tamaño de mi sonrisa
lo reafirma.

Cometí muchos errores,
al anteponer la felicidad del resto antes que la mía,
porque eso era muchísimo más fácil,
total
no tenía que cargar con otra decepción a las espaldas.

Me refugié durante años en libros,
en la poesía,
en letras que gritaban 
lo que yo no podía recitar.

Me olvidé,
de mí.

Pero hace ya varios meses
que he aprendido que la música
suena mucho mejor
cuando soy yo,
la que me saco a bailar.

Y me he permitido de disfrutar de lo hermosa que es la vida,
y esta me ha visto con unos ojitos preciosos,
y yo le he dado un guiño como respuesta.

Creo que ya va siendo hora
que las cosas salgan bien,
y están yendo increíble.

He decidido que así fuera.

Me compré unas rosas,
una tarrina de helado,
y he puesto la temporada 15 de Grey´s Anatomy.

Será una tarde interesante.

Porque cuando nadie me quiso,
yo tuve que hacerlo,
la vida me enseñó
que no siempre tendré un hombro
en el cual dormitar,
y cuando es así;
me toca poner las dos manos en el suelo,
y vamos,
que me levanto de golpe.

Porque a veces así es.

Gabriela,
que es una de las personas más independientes de este mundo
me dijo una vez:
al final del día nos tenemos solo a nosotros,
y más vale que tu compañía sea agradable.

Y he pensado mucho en eso.

Y vamos,
que pasar conmigo;
está de muy puta madre.

jueves, 14 de febrero de 2019

San Valentin


Volverse intensa,
niña,
adolescente caprichosa,
pero por primera vez
descubrirse siendo uno mismo.

El amor es muy extraño.

Lo descubrí un día,
cuando regresé a casa y la cama estaba tendida;
porque Gabriela por fin entendió que no podía dormir
si no estaba así;
es decidir seguir compartiendo habitación
aún pudiendo tener cada una su cuarto.

Es que en mi casa nunca preparen jugo de maracuyá
porque saben que lo detesto,
es encontrar un libro que leer en la cómoda cada que regreso a casa.

Que Cami compre cervezas,
que mis mejores amigas cocinen en mi casa,
y que Paúl compre pastillas de dolor de cabeza a altas horas de la noche.

Por fin,
he aprendido que el amor,
sí que está en las simples cosas,
y espero no olvidarlo en los otros días que vienen.

Y está ahí,
en las llamadas de papá,
en el "me avisas cuando llegues",
en mi favorito:
"pero mira, que eres guapísima"
estando en pijama y con ojeras.

De verdad que el amor es el motor que mueve al mundo;
y a veces,
lo olvidamos,
o priorizamos otras cosas
como los likes de Facebook,
no lo sé.

En fin.

Que hoy nadie me regaló flores,
ni me dedicaron canciones,
o me prepararon alguna cena romántica,
pero me sorprendí
mandando mensajes de amor,
y recibiendo muchos de ellos.

Descubrí que hay personas
que me adoran y que yo amo a muchos más,
y creo que ese es el objetivo de este día.

Y aunque siempre me he considerado una persona
con muy poco que ofrecer;
hay gente que me quiere tan pero tan bonito;
que supongo que algo debo estar haciendo bien,
ojalá no lo deje de hacer nunca.

Supe que papá llevo a cenar a mamá,
y eso es lo bonito de este catorce de febrero,
que él sigue presumiendo a su esposa como un colegial enamorado.

El amor existe,
y está ahí
a ladito nuestro.

No lo dejemos escapar.

No otra vez.

Feliz San Valentín.


jueves, 7 de febrero de 2019

El amor es...


Es un cliché.

Pero en esta historia van a escuchar muchos de ellos.

Lo conocí,
en los días más grises de mi vida,
y aquel que dice
que en los bares uno no conoce
a las personas que de repente marcan tu camino.

Díganle que se ha equivocado.

Yo a él lo conocí
con varios tragos de vodka encima,
él,
olía a cerveza,
y a esa aroma que ahora reconozco
como casa.

Como es de costumbre,
empecé hablar de cosas sin sentido,
él dijo que esos lugares
no eran frecuentados por poetas.

¡Qué suerte, porque yo no soy escritora!
-mientras luchaba con mantenerme en pie-

A partir de ese día
cada viernes
eran un: ¿te apetece una cerveza?

¿Y a quién no se le apetece una cerveza?
o seis,
y con esa sonrisa,
yo encantada.

Paisajes,
sonrisas;
los días con él
eran una eterna película de amor.

De esas con finales felices.

Es como cuando escuchas una canción,
y te gusta mucho,
y la tarareas,
y la tarareas.

Y jamás te cansas.

Tú,
mi canción en la cabeza.

Es ese cómplice que ni siquiera sabías que necesitabas.

Pero desde él,
solo él.

Hasta sentarme a leer,
mientras él luchaba con sus videojuegos,
que sonara de fondo alguna canción de Michael Bublé.

Para mí era,
Navidad,
Año Nuevo
y Carnavales;
todo en uno,
solo con verlo llegar.

Mi festividad favorita.

Y sí,
tal vez no sea el amor de mi vida,
pero se le parece muchísimo.


viernes, 1 de febrero de 2019

Tonterías.


Una vez leí algo así:
"si quieres ser eterno,
haz que una escritora se enamore de ti"

La buena noticia:
es que yo no soy escritora.

La mala:
es que sin serlo,
tú,
para mí,
eres inmortal.

He escrito tanto de ti,
que tranquilamente pudiera hacerte un libro,
o dos,
tal vez una saga,
con un desenlace terrible.

A veces leo,
y releo,
lo que alguna vez escribí,
como te describí,
como te soñé,
y te versee.

Que a veces
no sé,
si no eres más que la ilusión
de lo que quería que fueras.

Y no lo sé.

Ojalá pudiera dejar de escribir(te)
y extrañar(te)
esto de no encontrar más inspiración que tu risa,
es una verdadera mierda.

Mira lo horrible que escribo,
desde que no estás.

Ojalá dejaras de jugar con mis letras
y vinieras a decirme que me echas de menos,
que me quieres de más.

Hay cervezas,
por si se te antoja.

Tonterías.

Voy a dormir,
mejor.

domingo, 27 de enero de 2019

Fibromialgia.


Apuesto que al ver ese nombre,
rápidamente entraron a Google,
revisaron blogs,
hablaron con un doctor que les explicara
con palabras entendibles,
lo que esa mierda significaba.

Lo sé,
porque yo hice lo mismo.

Silla de ruedas,
alcancé a escuchar,
algo de la alimentación,
y dolores hasta el día en que muera.

No entendía nada.

Estaba enferma,
y ya.

No iba a curarme nunca.

Pero eso era lo que querías Ángela,
pensé.

¿Eso era lo que quería?

Médicos cada tres meses,
pastillas todos los días,
y que ya no puedo esforzarme,
porque estoy enferma.

Enferma,
enferma,
enferma,
enferma.

Salí despavorida del hospital,
y Rodrigo salió detrás de mi.

Le solté que era hora que se fuera,
él respondió que hoy no tenía trabajo.

De mi vida,
-me refiero-

No te voy a soltar,
entiéndelo.

Y desde ese instante,
no volví a estar enferma,
nunca más.


sábado, 26 de enero de 2019

Sí, pero no.


No tienes nada de lo que yo quería.

Tienes todos los defectos que alguna vez odié.

Y siempre hueles a tabaco,
lo cual detesto.

Eres el producto a todas las veces que dije:
"qué estúpida para sufrir de esa forma."

La respuestas a todos mis:
"pero a mí, jamás."

Como me gustaría retroceder el tiempo,
y nunca tropezarme con tu mirada.

No voy a decir;
que todo pasa por algo,
que nunca pierdes,
siempre aprendes.

Al carajo.

Hubiera preferido no conocerte nunca.

Fuiste una pérdida de tiempo,
y ya está.

Pero no.

Aunque esté de lo más enfadada,
sigues ahí,
en esa partecita en donde guardas las cosas que algún día
te hicieron feliz,
tan feliz.

Lo que quiero decir
es que y ojalá
me hubieras querido de otra forma,
que va,
ojalá me hubieras querido
y ya.

Pero no.

No lo hiciste.

A lo que voy
es que por fin me he dado cuenta
que cuando se quiere,
se puede.

Pero tú no puedes,
ni quieres,
nunca.

Estoy menos ciega,
pero un poquito más estúpida;
aún te espero.

Y qué desperdicio.



domingo, 20 de enero de 2019

Me duele.

Me duele.

Me duele entrar a redes sociales,
prender la televisión;
y escuchar
"mujer violada,
mujer asesinada,
mujer acosada presenta denuncia en fiscalía."

Pero más me duele leer:
"pero ella se lo buscó,
pero estaba borracha ¿qué esperaba?
pero si el acosador fuera guapo, sería su novio."

Y es que leo,
y leo,
y trato de buscarle un sentido,
respetar la opinión de los demás;
porque a mi sí me educaron así;
pero es que no puedo,
no logro justificar aquellos que tratan de defender lo indefendible.

Es que me duele,
que mi hermana me diga:
"pero un día puedo ser yo"
y no poder decir nada,
porque sí,
porque puede ser ella,
o cualquiera.

Porque no se trata de cuidarnos más,
porque a mi me han acosado
vestida de abrigo, botas, bufanda
a plena luz del día,
que no,
que tenía dieciséis años
que no le lancé una mirada coqueta.

Me duele que las personas no entiendan que me duela.

Me duele que me llamen exagerada
cuando mi hermano no puede dormir en las noches,
esperando que llegue.

Porque el daño no solo nos hacen a nosotras,
porque en casa nos esperan personas que nos quieren.

Déjame llegar, por favor.



viernes, 11 de enero de 2019

Eres.


Eres día de playa,
cervezas heladas,
amaneceres,
11:11,
sol,
y el sonido del mar.

Eres mi libro favorito,
la esquina doblada,
mi final feliz,
mi cuento con mil y un tomos.

Eres poema escrito en servilletas,
café en las mañanas,
Belerofón sonando en la radio.

Eres concierto de Maroon5,
fiesta los días viernes,
y domingo sin resacas.

Eres mi canción favorita
mientras manejo,
encontrar parqueadero,
ciudad sin tráfico,
calles sin basura,
y bebidas sin sorbete.

Eres copa de vino,
lasaña de almuerzo,
lagos,
montañas,
y días de acampada.

Eres luna,
noches estrelladas,
consejos de papá,
abrazos de mamá.

Eres Seattle,
vista desde el Space Needle,
New York en otoño,
Londres los 365 días del año,
un recital en Madrid.

Eres un baile sin música de fondo,
abrazos,
y siestas cortas después de un día cansado.

Días de películas,
audiopoemas
y encontrar dinero en mis bolsillos.

Y eso que yo nunca creí en la suerte
te has convertido en mi amuleto favorito.

Eres el conjunto de todo lo bueno
que puede pasar en la vida,
todas las cosas bonitas que nos ocurren y a veces
uno ni siquiera es consciente.

Eres,
todas mis cosas predilectas,
todos mis dientes de león
susurrando tu nombre.

Imagina que alguna vez,
llorando pediste algo,
tan rendida,
tan rota.

Cuando llegaste a pensar que no lo merecías,
que a ti,
no te tocaba acertar.

Y ocurre,
de repente aparece,

Así,
como lo soñé.

Así,
tú,
pero mejor.